Las mujeres después de dos embarazos se convierten en pellejos distendidos, pero antes de eso quiero chuparlas todas rasuradas de las piernas. Movimiento oscilatorio cadencioso durante bacanales con música loca. Las doncellas llevan tacones que les resaltan sabrosamente los nervios y venas de los pies, así como el huesito del tobillo. Siempre regresa uno a casa con material para escribir. Con el pimple circulando por las venas se siente una suerte de qué me importa. En la tele salen comerciales que su única finalidad es hacer reír con lo absurdo del producto que anuncian y a mí me da risa, especialmente cuando ando high. Debes estar loco si haces sólo lo que se te antoja, y siempre las vuelvo locas con mis danzas. He descubierto que toda conversación es implícitamente un alarde cultural. Los que hablan poco se jactan de su sabiduría; los que hablan demasiado de su simpatía. Y todos sacan las palabras de la abuela. Y no se encuentren con foráneos porque siempre quieren demostrar el lirismo del legado lingüístico de su región. Ustedes me entienden, la gente siempre necesita sentir que pertenece a una comunidad con claves jocosas imposibles de entender para los de afuera. Incluso cuando hablamos entre los mismos, resulta imposible desembarazarnos del impulso del alarde cultural lingüístico, como si un extranjero nos estuviera escuchando hablar, por medio de un artificio mágico o desde otro plano, por ejemplo el astral.