Hidrogeno y oxigeno perfumado te recorren.
Por eso tu aliento nutre el éter con vapor de jazmín.

El ánima se te escapa a golpe de bostezos,
Y sube serpenteando la topografía de tu cara
Y se adentra entre tu pelo como los rayos de mi mirada;
Y sigue trepando nubes hasta que el sol arde tu alma…

He intentado devorarme tus bostezos, los he vigilado
Y los he intentado cazar entre las redes de un beso.

Un temblor de tu piel bajo el silencio de la luna
El cansancio del telón que cubre tus ojos
El aburrimiento insoportable…
Todos presagios de una ráfaga de aire desde tu boca;
Todos mensajeros de un posible boquear.

Es involuntario manifestar tu aburrimiento o estrés
De esa manera tan bestial, y en cambio tan inocente.
Pareces el rompimiento de un botón de rosa,
El estallar del albor matinal,
El explotar de una supernova…

Tus labios se abren como una concha de mar,
Tu cabeza se desliza empujando al viento
Y tus pupilas, las escondes, como cuando te beso

Mágico instante el de liberarte de ti
Exorcizándote el demonio de tensión y de apatía
Que vaga por tus adentros.
Y yo devoró el ángel que escapa entre tus labios
Entre la liturgia de un bostezo.