Mil palabras se cruzaron la primera noche. Ninguno dio el primer paso, el miedo se hizo presente de perder ese momento, no querer romper lo que nos unía sin saberlo aquella noche, pero fueron nuestras miradas que nos delataron; arropaban la ternura de nuestras almas y nos arrancaron las verdades más calladas.
Los días y noches han pasado desde aquel día, y el deseo de volver una y otra vez sobre aquella noche y revivir aquellos besos que nunca me han dado, que en tus labios aún tiemblan suspendidos, recorridos por el fuego intenso de nuestros cuerpos. Umbral que mi lengua acalorada su humedad con ansías bebería, sutil, sumisa y eterna dormiría.
Sin tanto pensar en que nos depararía el futuro, el deseo de disfrutar cada momento juntos era nuestra mayor aventura, sin planes y sin saber si al día siguiente nos veríamos, lográbamos que la noche se ha parte del día, deseando que el amanecer no se presente, siendo eterno nuestros encuentros.
Han pasado más de 2 años de aquel día, nuestro futuro ya ha sido escrito por nosotros solos, pero no agarramos el significado de nuestro programado curso de vida y solo podemos dejarlo pasar y no preocuparnos por nada.
Pasamos momentos juntos y nuestra fidelidad hacia nosotros mismos es fundamental en este viaje llamado Vida...
El corazón siente un impulso... un instante... un rumbo que ambos seguimos. Es por eso que aprovechamos los días.
Me abrazas día, noche y en la distancia, eres dueño de mis pensamientos, tienes un lugar en mi alma, lugar que nadie podrá quitártelo, tu te lo has ganado.
Eres un hermoso privilegio en mi vida, sol de mis noches, abrigo de pasión y dolor, dueño de mi vida.
Hemos pasado por la misma perdida, a mi me acompaña el pensamiento que triste brota de mi ser, sin haber tenido un abraso calido que me proteja de tanto dolor, no culpo a nadie, pero sola me he encontrado. Experiencia y sentimiento que me ayudaron a crecer y a comprender, situación que me ayudo a comprender el momento menos esperado que a ti te toco vivir, estaba a tu lado, y mis abrazos y cosuelo has tenido al igual que mi compañía, solo no estabas, más bien tengo tu imagen floreciente, dándonos los abrazos que aún los siento, realizando ambos nuestro duelo.
Gracias a ti he vuelto a vivir, entre nuestras blancas sabanas, blancas sensaciones, puras emociones, tentadoras caricias.
Nuestro encuentro es para hacernos felices, para compartir cada silencio, para no parar de reír y no detenernos en tristezas.
Continuemos en nosotros, construyendo nuestra historia, haciendo felicidades y prometiéndonos nuestro amor.
No puedo evitar ni dejar de amarte, conocerte es lo mejor que me paso, eres mi mayor anhelo y el resultado de tantas oraciones. Tenerte es mi felicidad, alimentas mi alma, cuidas de mi como yo de ti, me proteges cada día y noche, tus abrazos son ternura, tu mirada expresan el amor que me tienes, tu sonrisa afirma tu felicidad.
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