dios mío, ya es la hora... todos tienen que entrar a la casa pero no llega nadie... debo hacer algo al respecto porque puede que venga el gran hacedor y nos de forata por toda la eternidad... dios, qué terrible dilema. por un instante pensé en matarme, huir, algo por el estilo, comenzar una vida nueva donde nadie me conozca, pero, dónde está aquel lugar en donde apenas me miran entienden que soy un ser humano como el resto de toda la humanidad... quizá deba buscar una caverna y esperar a que todo termine para mí... no lo sé, pero, nadie llega, estoy solo como un loco atado a su camisa de fuerza... he decidido buscarles... apenas he salido, he caminado despacio, luego he corrido hasta chocar contra un señor muy bien vestido... le he pedido perdón y luego le he preguntado por ellos, por mis amigos... el tipo ha puesto una cara como el signo más grande de interrogación, y con sus ojos afilados, me ha dejado solo... ha pasado el día, y a cada persona que me he cruzado, le he preguntado por ellos... nada, nada de nada, absolutamente nada... ya es de noche y desde el fondo de la oscuridad del universo he escuchado una familiar voz... ¿eres tú?, pregunté al tipo que hablaba desde el fondo de todo el universo... ¡qué quieres!, gritaron... les dije que deseaba que volvieran conmigo porque me sentía muy solo... ¡jamás!, dijeron, para luego, alejarse con una que otra estrella... así fue como me quedé solo en un mundo lleno de personas, cosas, animales, vegetación, etc...y desde aquel momento he tenido que actuar como todas las personas que van y vienen de sus casas... me saludan y yo, les respondo con una sonrisa así como las de ellos... pero cuando estoy solo, extraño a todos mis amigos que alguna vez me dijeron que eran una parte de mí...