Me he convertido al fin
En una persona bohemia,
La que siempre quise optar, aparentar
Vendí mi fe
Por un rito antiguo del mal,
y lagrimas convirtiéndose
En profundos mares de sangre.
Sacrificare almas
Aun aferradas a su estupida fe,
y observare a dios burlándosele
De sus fieles exterminados.
Nadie deseara subirse
En aquellos columpios abandonados
Por niños escapando,
Y ocultándose para no ser decapitados.
Complaceré dirigirlos
Hacia la muerte inevitable,
Drogando a este mundo
Perdido en la absoluta oscuridad.
Contemplaré la burda destrucción
De almas entre sí,
Y que satisfagan el aburrimiento de dios
Que cansado de escuchar,
Aburridas clemencias absurdas
No lograra trabajar, ni concentrarse
En la decadencia de los últimos fieles,
Pretendiendo obstinarse
En su absurda fe.
Serán el máximo sacrificio
De ritos sangrientos
Y que la rabia sea, el propicio infierno,
Fuera de la mierda que no rodea
Buscare no dejar escapar
A todos aquellos marcados,
Por este destino final.
Me jode ver rogando
por la estupida misericordia,
Donde a nadie ya le llega a interezar
Solo habrán días de llanto y silencio,
Donde se culmino la sumisa clemencia.
Comenzando a bailar
Las danzas fatales,
Perteneciendo al fin,
Al sarcasmo del mundo
Que siempre desee habitar.
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