Las personas buscan su felicidad, su infinidad, aquel alguien, aquel lugar. En el cual sientan de verdad.
Mienten su vida, deseos y esperanzas. Abandonan su amor por el simple hecho del perdon y lo venden en subastas a nada y a nadie.
Asi caminan por calles tristes, rompiendo las hojas que aun vuelan, las hojas que luego caen esperan al sòl para que ilumine sus dias del perdon. Pero el es perezoso y no le interesa salir entre nubes de influencias.
Se queda bajo tierra, bajo las lagrimas del dolor, del algun dia haber dicho adios.
Texto agregado el 23-03-2010, y leído por 163
visitantes. (3 votos)