Cuantas palabras se pierden en el aire tan lleno de olvido, cuantas promesas soportan el frio de un nuevo invierno sin ti, cuantas cartas de amor encienden la hoguera de mi amable soledad, cuantas lunas se apagan, cuantos llantos se encienden, cuantos recuerdos me buscan, cuantas tristezas me encuentran; cuantas veces he escrito sin tener razón, cuanto desearía no tener razones para extrañarte. Pero te extraño, como a mi dulce infancia, y te busco, como la escusa que te trae a mi mente, como a los sueños que extraviamos, no se donde, y te amo, como cuando eras mía, como cuando caminábamos de la mano por las calles mojadas de una ciudad dormida, te amo, aunque sé que eso ya no vale la pena para ti. |