Con usted señora mía
Aprendí que el verde no solo es verde,
Sino el sublime color de su mirada
Que inmortal penetra en mis pupilas
Devastando, calcinando y endulzando
Mí ya sometido pensamiento…
Cúbrame de infinito azul…
Como el mar colorea al imponente cielo
¡Azul, azul!..
Es lo que canta su alma a mi eco perpetuo
Y me embarra todo el cuerpo de libertad.

¡Y cómo olvidar su plateado nocturno!
Su rojo intenso, su amarillo travieso
Y su inocente violeta…
Me pintan en mi blancura
Envolviéndome en sus sueños y perversiones,
Haciendo de mí su obra cumbre,
O su aberración extrema…

Usted, señora mía
Me pintó el amor de carmín
¡Oh dulce carmín! Cautivante como su beso,
Eterno como sus labios…

Mujer cromática, perfecta,
Déjeme en su cuerpo multicolor,
Sedúzcame en la magia de su aurora,
Encánteme en su arco iris de vida.
Pero nunca, escúcheme bien amante mujer,
Nunca me deje en el negro olvido,
Ni en mi blancura anterior;
Que al probarla y dejarme pintar…
Soy su obra cumbre
O su aberración extrema.


El mesiaz