Inicio / Cuenteros Locales / toxica / Kodiak
El oso Kodiak tenía 15 años cuando vió por primera vez a los hombres y se enteró de que él mismo era un animal. Durante toda su vida había vagado solitariamente por los bosques nevados de su tierra natal, cazando focas e hibernando en las cuevas.
Hasta que un día en un claro, dentro de una carpa amarilla oyó a una pareja de humanos apareándose. Le llamaron la atención primero los sonidos, luego los olores y su curiosidad lo obligó incluso a quedarse escondido entre las ramas varias horas, observando el ir y venir de aquellas frágiles criaturas. Le llamaron sobre todo la atención los cuerpos desprovistos de pelo de los seres, y la forma en que se comunicaban. Sus risas. Sobretodo sus risas. ¿Por qué se reían aquellos animales? ¿De qué?
El oso Kodiak siguió vagando durante algunos días por el bosque tratando de encontrar algo que le causara risa. Pero el río por ejemplo seguía su amarillo descenso sin nada particular que contar. Los salmones no ofrecían un espectaculo mucho mas lúdico, saltando río arriba con sus salidos ojos tan alerta. Tan preocupados.
El oso Kodiak volvió hacia la carpa de los humanos completamente convencido de que si echaba en falta el poder reírse, entonces él debía ser mucho más como los humanos que como los osos. Debía parecerse mucho más a ellos si tantos años en los bosques no le habian dejado ni un solo recuerdo que poder atesorar.
Entonces decidió que se iba a convertir en humano. Que aprendería a hablar como ellos y que tendría una gran casa blanca en la ciudad, con enormes ventanales y puertas amarillas. Una esposa de pelo rojo y un trabajo en la bolsa de comercio.
Durante días ensayó el lenguaje de los humanos, las formas en que se movían, la manera en que sus manos asían las cosas tan delicadamente sin romperlas. Decenas de salmones perecieron aplastados mientras el oso ensayaba como tomar los objetos como lo hacían los humanos, hasta el momento en que aprendió a controlar la fuerza de sus garras y a devolver suavemente a los animalitos a la corriente del río.
Por fin estuvo listo para hacer su debut frente a los humanos de la carpa. Se acicaló, se limpió el pelaje de excrementos y de ramitas secas, y se abrió paso entre el follaje, en dos pies y tratando de esbozar una amigable sonrisa.
La mujer de la carpa se dió vuelta para mirarlo un segundo antes de proferir el primer grito. El oso Kodiak le explicó en lenguaje de humanos que era amigo y que venía a unirse a ellos, pero ella siguió gritando y huyendo. Entonces el oso le tomó la cara entre sus garras para hacerla callar pero ella se retorcía tanto que terminó por aplastarle un poco la mejilla y el ojo izquierdo. Ella dejó entonces de gritar y se quedó muy quieta en el suelo. El oso Kodiak sintió el primer disparo en la espalda como si lo hubiese mordido una serpiente.El segundo se le clavó en la parte trasera del cuello y le astilló la columna. No necesitó volverse para saber quien lo había herido. Podía oír al hombre gritar aún a su espalda cuando se desplomó cuan largo era sobre la carpa.
El oso kodiak murió sin saber lo humano que había sido siempre. Lo humano que había sido al odiar su vida, al ambicionar ser algo distinto de lo que era, y al haberse dejado matar por ello. |
Texto agregado el 22-03-2010, y leído por 466
visitantes. (16 votos)
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Lectores Opinan |
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16-06-2010 |
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muy bueno!!!! Serjio |
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11-04-2010 |
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Buena analogía, y pobre oso. Aunque si hubiese sido el oso, ver a los humanos "haciéndolo" me daria más que motivos para la risa. Se deforman tanto, gimen tanto, wacks. Si, reiria de ello y de su detestable humanidad . le dejo 5. . Parasito |
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24-03-2010 |
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El escribir desde la optica o piel de un oso es algo dificil, por eso bien por vos.
Tambien dejas un mensaje final que a muchos les haria bien leer. Bello y extraño isis1974 |
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24-03-2010 |
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Extraño cuento: De hecho los humanos soñamos con darnos la vida del oso, nos vamos de campamento a pescar salmones y "convivir" con la naturaleza. Claro, eso de convivir quedó claro que es un chiste. Ojo, los salmones saltan río arriba cuando van a desovar, río abajo nadan y se dejan llevar. NeweN |
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24-03-2010 |
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Ese oso Kodiak es un viejo verde, que eso es lo que es el jodio oso libidinoso, eh? marxtuein |
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24-03-2010 |
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Ajá!!..eso estuvo bueno eh!!..salu2... XxLuDoxX |
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23-03-2010 |
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Ajam, eso de toxica, no se por donde va,,,este cuento es nada toxico... gabov |
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23-03-2010 |
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Entonces, eres como dice mi paisana, tóxica por fuera y dulcita por dentro. rigores |
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22-03-2010 |
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Excelente cuento. Muy bueno. firpo |
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22-03-2010 |
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Hola Clavel. Este cuento me gustó. Al fin dejas la cámara en casa. Cinco. Kodiak |
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22-03-2010 |
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Quise visitarte para explicarte mi comentario, pero tu ldv está cerrado. susana-del-rosal |
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22-03-2010 |
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Dada la trama de la narración y la forma estupenda en que éste cuento es llevado adelante, me hizo recordar a otro oso del mismo nombre que le ocurre lo mismo, se "desquita" de los seres humanos, porque él no es capaz de alcanzar los logros de otros.
Muy bueno. ***** Catman |
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22-03-2010 |
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Me quede sin palabras, un muy buen cuento que pone a pensar en nuestra condicion de humanos e incluso por que no de osos. psique_p |
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22-03-2010 |
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ESPECTACULAR malaya |
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22-03-2010 |
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Vale. Comprendo. Mis 5* josesur |
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22-03-2010 |
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Tu narración va mas allá de ser un simple cuento. Es todo un estudio psicológico para el que quiera leer entre líneas. A veces usamos un disfraz de violencia y rudeza que no nos corresponde para encubrir lo que realmente somos... como el coco, que es áspero y duro por fuera pero que tiene dentro la pulpa dulce y suave.
Disfruté la lectura. Saludos desde Venezuela. Y yo sí te doy 5* porque lo vales y no soy rencorosa. susana-del-rosal |
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22-03-2010 |
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Muy bueno. Beticita |
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22-03-2010 |
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buenisimo!! arcano20 |
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