GRIETAS

Era una noche estival, cálida, estrellada, la luna estaba llena e iluminaba el planeta, especialmente a un país, a las ciudades, todo en paz, tranqulo, y alegre.
Las personas se divertían en los locales nocturnos, otros dormían placidamente, otros presenciaban espectáculos musicales, todos reían felices, sin sospechar que la naturaleza traía una sorpresa estremecedora.
La noche avanzaba, y en la madrugada, un fuerte movimiento alerto a las personas, el suministro eléctrico se corto, la ciudad en tinieblas, solo la luna ilumrinaba, la tierra se movía fuertemente, muchas gentes gritaban, otros en silencio, rogando porque el infirerno pasara, las vajillas al suelo, las casa al suelo, la tierra se habría y tragaba todo lo que estaba a su alcance, el pánico era el dueño en esos momentos de la ciudad, del país, de las personas, rostros atónitos, pálidos, un sudor frío por el cuerpo, la mirada vacía, llena de terror, el movimiento continuaba sin cesar, fueron dos minutos de guerra, de horror.
De pronto se silencio todo, se aquieto por unos momentos, sin luz, todos horrorizados buscando algo para iluminar el espacio, la noche tranquila, la luna tan blanca, tan iluminada. Nadie se movía de sus lugares, alertas a esperar que vendría, los humanos aterrados, la tierra temblaba, rugía fuerte, para asustar a esos pequeños seres, que cuando la naturaleza habla en su idioma de horror nadie entiende su lenguaje, solo silencio, solo tristeza, solo dolor y obscuridad.......
La noche más larga de ña existencia, muchas personas se reunieron para acompañarse y no dejar que el temor se apoderara de ellos, aunque ya el miedo había dejado huella en la mente, en el alma, en el corazón, todos con los ojos muy abiertos, el corazón latiendo rápido, el cuerpo inquieto, y la mente nublada, el terror llego sin aviso, y se apodero de todos.
Las horas avanzaron lentamente, y dejaron grietas en todos los humanos y tambien en todas la viviendas, algunas ya sin poder habitarlas, y las grietas del alma se quedan para siempre.
El amanecer sorprendió a todos con los ojos muy abiertos, para mirar lo que el desvastador terremoto dejo....... aquello que destruyó......lo que se llevó.... el sol salio para iluminar y dar energía a los humanos que aun temblaban de miedo, la tierra seguía moviendose a ratos muy fuerte, luego mas leve, pero hacía presencia, para que nadie se olvidara que la naturaleza tiene todo el poder, nosotros los humanos, la subestimamos, pero ella es grandiosa, poderosa, maravillosa, estremecedora, y nos acoge para acunarnos y para apretarnos fuertemente, y decirnos que hay que ser más humilde, cultivar la paz, la tranquilidad, la alegría, para amarnos mejor y más, sanamente.
La tierra tembló y amenazo con destruirnos para siempre, pero se detuvo......para dar otra oportunidad......de pronto en una ciudad el mar se volvió furioso, y olas gigantes cubrieron y arrasaron todo a su paso, hasta humanos que se fueron en un suspiro, sin tener la conciencia de pronunciar algún nombre, sin pensar en Dios, todo en un segundo, a la velocidad de la luz, y allí quedó la tristeza, el vacío, la desolación, la destrucción, paso todo lento, pero la tierra sigue rugiendo.....y nos amenza con volver a despertar nuestros sentidos..... y allí estamos pensando ¿cuando vendrá?, tal vez nunca, o quizas en el minuto siguiente.....incetidumbre......alerta.......
Pero todo pasa y los humanos tenemos coraje, fuerza y energía, hay que perder el miedo, pero tener respeto por esta bella tierra y por lo maravilloso del mar, hay que concentrarse en el amor, en las energías positivas para enviar al universo, así lo acallaremos por un tiempo, mientras en la ciudad llena de grietas, tratamos de ir sepultando la noche de horror vivida por tantos humanos.
Las grietas del alma, el corazón y la mente se demoran más en borrarse, porque son más profundas que todo lo material, lentamente seguiremos el caminar hacia la alegría, la paz, y el temple.
Grietas en la madrugada quedaron, bajo la luna llena que nos acunó aquella noche estival.