Entre espejismos y espejos
Me he perdido de mí.

Las ráfagas del pasado
Me babean por los ojos;
Estos ojos míos, como el rio,
Arrastrando los peces del dolor.
Pero he aprendido a sonreír
Con las pupilas saladas,
A latir con un pecho vacio.

Anoche le hice el amor
A la almohada; delante de tu foto
Mas tu sabias que te pensaba;
Después dormí sobre ti
Con la cabeza puesta sobre ella.

He intentado exorcizarme
De tus dulces y crueles demonios;
Pero siempre acabo rezando
Ante la santa tanga que dejaste
Y que me ponías como bozal.

Quizás siga padeciéndote;
Como los perros enferman de hambre
O como el hambre enferma de perros.
Pero quiero que sepas que no sabes
Que nadie andará tan enfermo de ti
Como este perro que exiliaste por
Exceso de ladridos a la luna.