Inicio / Cuenteros Locales / Tildur / La muerte de Luis
Cuando la vio cruzar la calle, Luis supo que iba a morir. Pero en vez de salir corriendo, en vez de gritar y aullar auxilio, se quedó allí parado tratando de adivinar las facciones bajo la capucha.
Como si tratara de aferrarse a la estúpida esperanza de que no fuera realmente ella, como si la certeza de su muerte pudiera ser un mero momento de escalofrío, una extraña sensación de desasosiego a esas horas de la noche.
Ella simplemente cruzo la calle, bajo la tenue luz de las farolas oxidadas, ajena a las conversaciones de los estudiantes tras las clases, ajena a la pareja de la esquina que se abrazaba, ajena a las libretas de apuntes, a las sonrisas y a las miradas. Enfundada en su capucha cruzo aquel mundo irrelevante como un espectro, como una bala silenciosa disparada contra su frente desde muy lejos.
El seguía quieto cuando llegó a la acera, y tan solo cuando estaba a pocos pasos acertó a reaccionar, retrocediendo torpemente sin dejar de mirarla, saboreando el terror de lo inevitable.
Pasó a su lado y, en un movimiento felino y rápido como el relámpago clavo un insante el frió brillo metálico de su mirada en él. Como un acto casual, indiferente. Como un cartel de neón que gritaba "No me importas en absoluto ".
Y Luis murió aquella noche. |
Texto agregado el 20-03-2010, y leído por 68
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