Tú estabas conmigo, tus dos labios eran míos,
tus secretos, tus tesoros ambos compartíamos.
Las palabras salidas de tu boca, eran sólo para mí;
yo era el dueño de tu silencio, yo era dueño de ti.
Yo era tu mundo, tus días y tu Sol,
yo era para ti algo nuevo, para ti yo era amor.
Hasta que desperté, hasta que abrí mis ojos.
Sólo fuiste un sueño más, desperté estando solo.
Amanecí en un cuarto vacío; allí estaba yo,
no veía tus ojos, no escuchaba tu voz.
Necesitaba calor y no sentía tu amor,
desperté estando solo, en un cuarto para dos.
Por amar se da todo, por amar te perdí...
Comenzando mi vida, una muerte viví,
qué difícil fue despertarme sintiéndome infeliz,
qué difícil fue despertarme y amanecer sin ti. |