De los bosques la arena y el cielo
siluetas aristas texturas y el mar
desde los desiertos y montañas de hielo
asta lo que en verano se pueda tocar
sin que antes de bruces al suelo
o como hojas al viento volar

Todo cuanto muere vive de nuevo
todo cuanto crece es su deber continuar
cual semilla de cedro y álamo negro
de la hojarasca que deja el otoño al pasar
marchitas cubren todo cual velo
para luego un jardín de belleza crear

De las nubes grises y el páramo helado
perfumes aromas sonido invernal
desde el prado seco y bien asoleado
asta las cunas de aves que esperan volar
cuando muy pronto sus cuerpos alados
quieran el vuelo poder remontar

Oh madre tierra tu nombre impetuoso
ese que todos ignoran y quieren callar
yo deseo hacer oda y canto orgulloso
miles de versos poder regalar
a tu inmenso honor majestuoso
para que nadie te quiera dañar

De los árboles verdes y el salto plateado
rocíos caídas vapor y humedad
desde las aguas turbias y el mar azulado
asta la estirpe que habita en el amplio ramal
y en el suelo triste, oscuro y mojado
o donde la vista no pueda alcanzar.