Cabalgo los sueños de esta cuidad
embarrada, vapuleada, y sádica.
al mismo tiempo, sin la opción
de deshacerme del laberinto
social que envenena
el crepúsculo de mi vida.
Me sumerjo cada noche entre
suicidados pensamientos,
y vasos empapados de mentiras,
que yo mismo coloco allí ,y que no pretendo
dejar a un lado por mas aterradoras que sean,
he intentaré maltratarlos hasta que dejen
salpicado el eje de mis cerebro
que estallará en cualquier momento
por culpa de mis malos tormentos.
Y la cuestión avanza, mis botas rotas
de transitar la senda de la vida
están obligadas a soportar
un poco mas de hostigamiento
al igual que mi cuerpo y mis ideales,
los cuales ya no se, si son buenos, o malos.
Pero de algo estoy seguro,
un día, no muy lejano,
veré al mundo por arriba del hombro,
y me reiré del barro,
del laberinto social,
de mis suicidados pensamientos,
mis botas viejas y quien sabe
que mas cosas, y
buscare un lugar decadente
y tranquilo para dejar
podrir mis pensamientos
en un pliegue de papel sucio.
Ernesto Ynzaurraga 3 de febrero 2009
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