“Las espinas de la rosa”
-La otra versión -
IV
-Al salir de ahí mi cabeza estaba llena de cosas relacionadas a lo anterior. La arrogancia de Brenda me había sacudido mentalmente. Caminamos hacia los dormitorios y ya en la habitación Lei se sentó en su silla observándome. Ivonne y Alejandra llegaron después y se sentaron también a observar como paseaba de un lado a otro en el espacio que tenia para ello.
-Es hora-dijo Ivonne levantándose y arreglándose los pliegues de la falda.
Yo me detuve de mi monótono caminar y corrobore con un vistazo en rápido el reloj, las manecillas de este señalaban las cuatro en punto. Ivonne camino a la puerta y la abrió, yola seguí pero Alejandra me detuvo y se despidió de mí, lo cual era algo sobre actuado. Pero algo que me pareció extraño aunque no debería de serlo fue la manera en que Lei me tomo y me dio un beso en la mejilla. En el sentía mezclado algo de tristeza. Ivonne esgarro un poco la garganta en señal de que teníamos que irnos.
Cerré la puerta y ambas empezamos a andar, bajamos hasta la planta baja y al salir creí que iríamos al edificio de actividades rodeando por el camino de arboles que dan a la capilla y al kiosco, sin embargo Ivonne prefirió el camino mas largo-algo demasiado extraño en ella ya que siempre se quejaba de tener que caminar grandes distancias- empero esto tenia una explicación que entendí cuando comenzó a hablar.
-¿Y que te dijo?-pregunto.
-Si que eres sutil, yo creía que tratarías de llevar la conversación por otro lado hasta llegar a eso.
-La verdad me gustan las cosas interesantes, no lo puedo evitar. Pero si quisiera saber que fue lo que te dijo. Aunque de una manera u otra tendré que saberlo, tengo una hipótesis acerca de lo que te dijo.
-Mientras no empieces con tus hipótesis sacadas de un manga o de una serie de televisión, escuchare cuanto tengas para decirme-respondí.
-Umm, entonces no hablo.
Me reí de ese comentario y le conté lo que había pasado mientras los pasos los hacíamos algo lentos. Pero no hay nada que dure para siempre y estábamos frente al edificio en un dos por tres. Al lado la malla metálica la piscina que por el m omento las chicas de natación y nosotras no podíamos utilizar. La entrada de la construcción estaba abierta de para en par, así que nos disponíamos a entrar. Suspire antes de dar el primer paso en la escalinata y después mi otro pie lo acompaño y así siguiendo esta secuencia donde llegaríamos al ultimo piso pasando por donde estaban las aulas de las otras actividades con sus respectivos profesores y alumnas integrantes.
Al llegar permanecimos frente a la puerta, mire a Ivonne que me devolvió a mirada, tome mis manos y me troné los dedos provocando ese ruido hueco que se deja escuchar.
-¿Debo de hacerlo?-dije pensando en voz alta.
-Si, debes hacerlo, no has llegado hasta aquí para huir como una cobarde-se escucho detrás de mí.
Nos volvimos a la voz de la chica detrás de nosotras, Judith estaba con la sonrisa en la cara y paso en medio de nosotras para tocar la puerta, después de unos instantes Manola, una de las integrantes nos recibía. Por detrás de ellas podía ver la semiclaridad que se dejaba ver entrando por la ventana y que era algo distorsionada por la cortina. El olor a café salió de la habitación que estaba abastecida con macetas de plantas pequeñas para decorar el lugar. Un anaquel en donde había montones de papeles y fólderes y en una mesa lateral donde pude ver que había una cafetera que era de donde provenía esa fragancia que nos había recibido y arriba de esta una alacena que se encantaraba abierta y que en su interior tenían tazas y algunos platos.
Entramos en el lugar e inmediatamente identifique donde estaba ubicada la persona por la cual me sentía rara, al hacerlo baje la mirada caminando detrás de Judith y de Ivonne, todas nos saludaron y respondimos al saludo de la misma manera. Volvía la mirada hacia donde podía ya que por alguna razón sentía que Mónica me miraba en esos momentos y hacia que un sudor frio se presentara en mí.
Judith nos señalo dos sillas que había delante de la mesa que ocupaba Brenda, Irais y Mónica con otras chicas, después de algo de silencio y de contemplar con mi mirada el lugar y ver el escritorio enfrente de la ventana que pertenecía a Judith, esta hablo.
-Bien, aquí estamos para que las nuevas integrantes sean presentadas y pues lo único que tengo que decir es que sean bienvenidas, aquí todas tratamos de ayudarnos y cualquier cosa que no puedan hacer o que tenga una pregunta, no duden y trataremos de ayudarlas lo mejor posible. Así que si son tan amables por favor pónganse de pie y preséntense, después pasaran por “el interrogatorio”.
Al escuchar esto sentí que quería vomitar o hacer algo para salir de ahí. No era muy buena hablando en publico y cuando tenia que hacerlo el pánico se apoderaba de mi, claro que Ivonne no esperaba que fuera demasiado pronto, pero ella se apresuro a levantarse para presentarse.
-Bueno, mi nombre es Ivonne Ibarra Rodríguez, tengo diecisiete años, tengo un hermano llamado Josué, mi madre y mi padre llevan casi veinte años de casados y me gustan los perros, me gusta tocar el piano, soy muy curiosa y me gusta dormir, comer y claro me gusta ser muy analítica.
Estas y otras cosas las explicó Ivonne como si para que no le preguntaran nada, parecía una mini biografía exprés que al parecer ella había analizado y puesto en su cabeza lastimablemente y al parecer ella quería comprarme tiempo para que yo pensara algo ingenioso, mas sin en cambio me parecía interesante escucharla, la verdad era como si las palabras fluyeran tan fácil para ella tan francas.
Las preguntas de las demás se refirieron a sus gustos y cosas por el estilo, cosas que eran extrañas ya que provenían de Ivonne.
Lastimablemente era mi turno y cuando me levante parecía como si la lengua se me trabara ya que no estaba acostumbrada a hablar en multitud, aunque fueran pocas personas y también por el hecho de que Mónica estaba ahí presente y atenta a todo lo que tuviera para decir.
-Mi nombre es Natalia Merlo Mondragón y pues al igual que mi amiga Ivonne soy nueva, así que espero poder llevarme bien.-fue lo único que salió de mi boca y espere a que las preguntas no fueran tan invasivas.
La primera en hablar fue Judith, lo cual me quitaba un peso de encima y a la vez me lo ponía, ya que conociéndola cualquier cosa podían salir de sus labios.
-¿Cuál es tu fecha de cumpleaños Natalia?
-Pues naci el tres de Diciembre.
-¿Cuántos hermanos tienes?-preguntó Irais.
-Tengo 3 hermanos, soy la única mujer.
-¿Por qué elegiste entrar en un colegio para mujeres y no uno mixto?-fue la pregunta de Brenda.
A esta pregunta creí que tenia un truco escondido perlo al momento no lograba hallarlo, así que respondí mesuradamente.
-Mmmmmm, porque quería cambiar de aires; es todo lo que tengo que decir.
El turno de Mónica llego y esperaba lo que fuera; podía aceptar la proposición de Brenda de hacer lo que quería pero algo también me lo impedía desde cierto ángulo, ya que aun seguí teniendo ciertos sentimientos encontrados por Mónica y no sabia si debía hacerlo o no. Estaba preparada para cualquier cosa, pero jamás lo hubiera estado de verdad al escuchar que lo único que me pregunto fue:
-¿Qué día naciste?-fue lo que dijo mirándome con extrañeza y cierta apatía.
-¿Eh?........pues naci el día tres de diciembre como ya lo había dicho.
No fue tan grave como lo había pensado y ocupe de nuevo mi asiento, así que estaba muy contenta con los resultados aunque aun me sentía incomoda. Judith de nuevo tomo la palabra.
-Ya que nos conocemos, pues hay que aprovechar que Mireya ha hecho café, ¿ustedes gustan una taza?-dijo dirigiéndose a nosotras- afuera hace estaba lloviendo y hace algo de frio, así que si quieren, pueden servirse.
-No gracias-dijo secante Ivonne-tenemos que irnos, ya que mañana tenemos una prueba de historia y vamos a estudiar en la biblioteca, así que si nos disculpan.
Ivonne se levantó deprisa y yo la seguí, caminando a la puerta donde Judith nos alcanzo y salimos del lugar despidiéndonos de todas.
Judith cerró la puerta y me tomo del brazo entrelazando el suyo con el mío. Los dientes de ellos se asomaron reflejando una sonrisa. Bajamos las escaleras mientras estábamos platicando acerca de las pruebas del día de mañana. Al llegar a la salida Ivonne se retiro un poco dándonos la espalda y quede cara a cara con Judith que me veía detrás de sus anteojos.
-¿Estas bien? ¿Te molesto algo de ella?
-No, no es eso, simplemente………………….la verdad si me sentí rara, pero no es algo por lo cual alarmarse, gracias por preguntar.
-De nada, bien te veo en la hora de la cena, así que ve a estudiar, nos vemos.
-si, te veo ahí. Adiós.
Me di la vuelta para ir tras Ivonne que se había adelantado algunos pasos y cuando mis pies tocaron el primer escalón Judith me asió del brazo y me pego a ella y me beso en la boca. Mis ojos se abrieron ante tal acto pero después el calor de ella hizo que mi cara se ruborizara y mis ojos se cerraron ante su caricia.
Ella se separo de mi y claramente entendía su sentido de afecto hacia mi era lo que también me confundía y mas me confundió cuando solo se dio la vuelta sonriendo dejándome ahí. Moví la cabeza y corrí para alcanzar a Ivonne.
Arribamos al edificio de los dormitorios donde Ivonne fue a su habitación y yo a la mía. Al entrar Lei se encontraba en su silla con las notas abiertas, cuando ingrese ella dejo su estudio y volverse a mí.
-¿Y, que paso?-pregunto.
-Fue algo extraño, pero no paso nada malo, así que creo que esta bien, solo por ahora creo que lo esta.
Después de esto, los días se acumularon poco a poco, pero sin grandes cosas que reportar, ya que Ivonne y yo solo trabajábamos en lo que teníamos que hacer y referente a Mónica solo puedo mencionar que tratábamos de evitarnos al máximo y para que esto no se viera tan afectado por lo que había sucedido entre nosotras los saludos corteses eran obvios y apropiados.
Un viernes después de las actividades del club, Lei y Vanesa tenían que retirarse ya que se irían a su casa ese día y no como lo solía hacer, así que Judith nos acompaño tanto a Alejandra y a Ivonne a dejarlas, después de esto, ellas se separaron dirigiéndose aparte dejándome sola con Judith.
-Te has estado adaptando muy rápido, ¿verdad Natalia?, se ve que tratas de hacer las cosas lo mejor que puedes.
-No lo creo así-dije algo apenada, la verdad Ivonne me ayuda en lo que no soy buena.
-Sabes, siempre he visto que tus amigas se van y te dejan aquí, por ejemplo mañana Ivonne y Alejandra se irán a sus casa y Vanesa y Leilani no regresaran hasta el lunes, ¿no te sientes sola en estos casos? ¿Por qué no te vas a casa?
-No se si podría, y si a veces me siento sola, pero no es para tanto, así que esta bien por mi.
-No, no esta bien-dijo reprendiendo mi comentario, mientras paseábamos por el jardín que hay entre los edificios y parándonos frente a las estatua de la virgen-si tú quieres, mañana en lugar de irme a mi casa te invito al cine, ¿Qué te parece?
-La verdad es muy repentino, además si tu tienes cosas que hacer mañana, la verdad me sentiría mal que tu rompieras tus promesas con otras personas por mi, así que yo….
-¡Vamos!, no pasara nada, así que me dirás que si ¿verdad?-la forma en como me hablaba era algo atrevida pero combinaba con ella perfectamente lo cual era un punto a su favor y no tenia nada que hacer el día siguiente así que podía aceptar su invitación.
-Está bien, acepto ir contigo-respondí.
Después de decir esto ella se acerco a mí y me abrazo colocando mi cabeza en su hombro. El olor de su perfume impregnado en su saco era muy dulce y atrayente, sus manos se deslizaban por mi espalda algo que hacia a propósito ya que al ser mi espalda la zona mas sensible que tengo el rozar de sus manos provocaba en mi cosquillas que se intensificaban y me hacían que me pegara mas a ella. De pronto sus manos se posaron en mi cintura y me arquee un poco y la vi, su mano tomo mi espalda y la empujo hacia ella, la punta de su nariz frotaba a la mía y sus ojos miraban a los míos, ella jugaba con darme un beso y yo me quedaba ahí estática esperando a que lo hiciera, pero el hecho de que acercara sus labios hacia mi y alejándolos al momento además de u exhalación que me provocaban hormigueo en la piel solo hacia que me provocara.
-Me gustan tus ojos Natalia, son los más hermosos que he visto.
Trague un poco de saliva ante tal comentario por parte de ella, lo que me provoco que me apenara y me sonrojara. Ella trato de decirme algo más, pero antes de que lo hiciera yo me abalancé contra ella y la bese en la boca. Sus labios húmedos por el labial que ella usaba además de que cuando tomo confianza succionaba los míos y después de eso las lenguas de cada una se mezclaban en una danza única, después ella me separo y sorprendida con una sonrisa en la cara solo pudo decirme “¿Por qué fue eso?”.
Yo sonreí y me separe de ella y no respondí, al parecer ella lo entendía solo que buscaba una manera para apenarme lo cual consiguió, así que por la hora caminamos a los dormitorios tomadas de la mano.
Cuando llegue al tercer piso y entre a mi habitación me dirigí al cuarto de baño, prendí la luz y me vi en el espejo, mire mis ojos y cuando los vi detenidamente por primera vez me sentí avergonzada de verlos, tal vez era por la forma en como Judith había influenciado en mi esto y vi mis labios, con mis dedos recorrí el contorno de ellos hasta llegar a las comisuras y los mordí un poco sacándome una sonrisa ya que no sabia porque había actuado de esa forma ante ella era algo que me causaba intriga pero que me fascinaba.
Después volví a la realidad después que en mi cabeza fantaseaba con lo que había pasado, tocaban a la puerta, me dirigí a abrir e Ivonne y Alejandra estaban ahí de pie, las invite a entrar y cuando me miraron Ivonne rápidamente empezó a conjeturar.
-A mi no me engañas, a ti te paso algo, y no cualquier cosa, algo bueno.
La risa me delato rápidamente, así que no tuve mas que decirles lo que paso, ellas empezaron a gritar y causar barullo y a alegrarse al igual que yo, algo que no había pasado desde que entre en esa escuela.