Para quienes no han estado en las regiones de Bío Bío y Maulle es difícil imaginar la magnitud del desastre que azotó, con toda la fuerza de la naturaleza, el área centro-sur de Chile.
Desde otros países la gente desesperada llama, envía mensajes de texto y hasta correo regular a sus familiares, amigos o conocidos, con la esperanza de recibir una respuesta alentadora.
La realidad es que las direcciones en Concepción, Constitución, Talca, Talcahuano, etc. no están sirviendo de mucho por que son más las casas que quedaron en pié que implican un riesgo de desplome, debido a las intensas réplicas que se han seguido repitiendo, que aquellas que pueden ser habitadas sin ningún temor.
En las áreas conocidas como "históricas", las municipalidades, con el dolor del alma, han tenido que resignarse a demoler las construcciones más afectadas.
Como consecuencia, una vasta proporción de las personas que habitaban esos sectores han tenido que encontrar albergue en otros lugares.
Algunos damnificados, incluso, han decidido cambiar de localidad.
En Neuquén, Argentina, se han organizado varios grupos de amigos de chilenos quienes están elaborando una lista de la ubicación actual de aquellas personas que en personfinder o en la página de heridos y damnificados de El Mercurio y la Cancillería, han sido mencionados por personas que escriben del exterior indagando por su situación.
Una especie de correo de chasquis se organizó casi desde el mismo día del terremoto para enviar ayuda inmediata desde Neuquén y Salta, porque fueron las dos localidades argentinas cercanas donde más fuerte se sintió el movimiento.
Hay que tener en cuenta que la capital, Santiago, resistió notablemente los embates del terremoto y la situación allá se hizo manejable en alrededor de 72 horas.
En Concepción, en cambio, la situación de devastación y tragedia es difícil de describir con palabras, y las imágenes que se pueden ver en You tube y otros portales de video no alcanzan a dar cuenta ajustada de la gravedad de la situación.
En Penco, por ejemplo, olas de 25 metros causaron una inundación que por momentos amenazaba con derribar todo lo que encontraba a su paso.
En Concepción centro, Constitución, Los Angeles, Yungay, etc. la situación se agrava cada día porque las réplicas de alguna manera reavivan la angustia y el temor.
En Concepción, anoche, con la fuerte réplica de 6.7, la gente tuvo que salir a la calle despavorida ignorando el toque de queda que aún seguía vigente.
Después de la última réplica, fortísima, la gente ha vuelto a dormir en las calles, por temor a engrosar la lista de víctimas fatales y si la situación no mejora la próxima necesidad imperiosa será habilitar como albergues los edificios públicos como escuelas, etc, que puedan dar refugio a quienes han quedado a la deriva.
Es, pues, muy importante, que TODOS los latinoamericanos se movilicen, dentro de sus posibilidades, para participar de una u otra manera en el esfuerzo de ayudar a Chile los chilenos que, entre otras cosas, siempre han estado listos y dispuestos a ayudar cuando han ocurrido situaciones similares en otros países.
Casi olvidaba mencionar que debido a las réplicas el suministro de agua y electricidad continúa siendo muy inestable, y que la leche cada día es más escasa.
Por ello, uno de los elementos más importantes en los paquetes de ayuda que sean enviados es AGUA EMBOTELLADA y también leche en polvo.
En cuanto tenga una lista actualizada de ubicaciones de personas damnificadas y nuevos albergues puestos a disposición de los afectados por falta de techo, la pondré aquí y en otras páginas que proveen información al respecto. |