Hoy te cuento a tí mi pensamiento. Tu destino nadie lo sabe, será un tiempo diferente, no miento. Todavía el poder por él devendrá . No enumeres jamás los fracasos ni veas las ambiciones ya truncas. Rearma a esos cansados brazos. Supuesto que es mejor hoy que nunca. Las hierbas mojadas y aún tercas serán testigo de los dulces sueños que se aproximaban a las cercas . Cuando el emisario aparezca para cumplir con su triste empeño la fuerza hará que no lo merezca.
Texto agregado el 15-03-2010, y leído por 355 visitantes. (5 votos)