En la más infinita soledad
Donde quisieron quebrar mi alma
Quisieron crujir mi sueño y rendirme en el olvido,
Dejándome en la más tenue obscuridad.

Desgarraron mis carnes
Golpearon mi polvoriento cuerpo
Fui esclavo del desamparo,
Lagrima gruesa de abandono…

Me creyeron vencido.
Listo a entregar mi alma
¡Pero soy fuego vivo de esperanza!
Dueño y señor de mi espíritu,
Poderoso rey de sueños y alegrías.

No importa golpe alguno que fuera mi yugo,
Ni marca que deje al recuerdo.
Soy libre como el mar que choca en las playas
Y como el cielo en el infinito.

Crujan, quiebren, sometan, postren a este cuerpo,
Puede que mis carnes se rindan y se pierdan
¡Pero mi alma jamás!
Seré como la roca perenne que sostiene al faro,
Seré el eco profundo de las montañas
Que grita libertad al viento…

Mas mi dios eterno será mi sol, mi playa
Y mi libertad…
¡Soy fuego vivo de esperanza!
Fuerza que grita en mí.
Yo venceré…


El mesiaz