MAÑANA ZARPA UN BARCO

“Acordate que mañana zarpa un barco”
me decías sonriendo … y yo reía,
sin vislumbrar siquiera,
que cada risa encerraba un triste adiós.

El barco arribó una mañana
y taciturno, como siempre lo habías sido,
te subiste sin una despedida.

Dejaste en tierra tu morral de desesperos,
tu ansiedad, tus angustias, tu tristeza.
¿Cómo no viste que a la orilla se quedaban
los que amabas, te admiraban y querían?.

Te fuiste solo, amarrado a tus sueños e ilusiones,
creyendo que en esas tierras tan lejanas,
esa paz que tanto ansiabas hallarías.

¡Te extraño mucho!... ¡yo te quería!,
como a un amigo, como a un padre,
como a todo lo más grande de esta vida.
¡Me siento sola!… pero el barco ya se ha ido…
¡No volverás!... ¡Y no sé cómo llenar este vacío! .


A la memoria de mi querido tío Luis Alberto García López (quien el 10 de febrero de 2008, no tuvo paciencia para esperar el barco indicado)