Después de tantos años hoy siento la penumbra de lo irónico, en mi sonrisa
cuando jodo el mundo,
siendo yo misma.
Pero qué es del hoy incierto, que me corre por los dedos en silencio, para fugar de mi vida, y ahora sí, dejarme escuchar el viento
–me habla-.
Tremenda inocencia de cuando fui niña;
hoy me difumina el alma teñida de verdades, o de mentiras

…

¿dónde está el color correcto de mis ojos?


¿dónde corro si te encuentro,
cuando me busco?

y no tengo sitio alguno que no haya pisado la ironía
de mi sonrisa, y el llanto de mis hinojos

dame más de dos razones para volver al cielo, más de dos te pido que riñan contra esta copa de vino y tres cigarros, y la lujuria que no se apaga (nunca).


Queda mí…
Un palpitar que apaga la agonía de estos, y otros días. Quedan cenizas.


…Ya lo dijo Lorca; ¨agonía, siempre agonía¨.