Abril 2009, Copenhague. Expedientes. Allan Withaker

El llamado polígrafo o detector de mentiras cuya funcionalidad no ha sido nunca demostrada según los cánones de la ciencia, a logrado nuevas aplicaciones precisamente en el campo que menos éxito ha tenido, el científico.

El investigador aleman, el doctor Karol Skruenberg, quien trabaja en el departamento de física de la universidad de Frankfurt, tuvo una ocurrencia que aún nacida del ocio, se convirtió en todo un hallazgo que muestra que en cierta forma la naturaleza no miente, aunque le gustaría.

El doctor Karol inició una estancia post doctoral en los países bajos siguiendo una tesis conducida por el Doctor Filibert Balghunheim según la cual se planteaba diversas cuestiones de alto alcance, entre otras:
1. ¿Cuál es la vida media del protón?
2. ¿Es la naturaleza supersimétrica?
3- ¿Cuantas dimensiones supercordarias tiene el universo?
4. ¿La variable cosmológica tiene valor cero?

Al notar que su avance de tesis era casi nulo a los tres años ante la amenaza del retiro de su beca, se le ocurrió una idea en una cantina cuando departía con sus colegas, uno de los cuales era un connotado criminalista. "El polígrafo es la solución de la criminalística, tomado de la física, pero no puede hacer nada por la física", indicó su amigo quien por cuestiones profesionales solicitó no ser referido por su nombre en este reportaje.

A la observación de su amigo el doctor Skruenberg formuló casi instantaneamente ciertos principios. "1, podemos sostener que la naturaleza como todo tiene una especie de pensamiento del cual se deben desprender ciertas emociones universales; 2, las cuerdas gobiernan el universo y como tales son fibras sensibles que vibran frente a las emociones universales; 3, como ente universal, la naturaleza puede tener cierta orientación a la mentira y a ocultar sus secretos."

Después, al llegar a su laboratorio comenzó la construcción de lo que hoy se llama en los pasillos de la universidad de Frankfurt, el polígrafo universal. Este como un polígrafo criminalístico, tiene terminaciones orientadas a medir los cambios de las vibraciones en las cuerdas y otros aspectos naturales por medio de la sujeción a árboles, lagos, aire, etc. De este modo, el polígrafo queda conectado a la naturalesza y mide que tanto ella miente. De este modo el doctor en física preguntó algunas cosas a la naturaleza mientras esta estaba conectada y medía si la naturaleza le decía la verdad o mentiras. "Para ello se requiere de un amplio proceso de calibración -indicó-, primero debemos preguntarle cosas de las que sabemos la respuesta para medir cual es su reacción a la mentira, por ejemplo 'dime naturaleza, existe una fuerza en tí llamada gravitacional', al decir que no, las vibraciones registradas por el polígrafo natural se incrementan y el nivel de incremento nos dice que tanto esta la naturaleza expuesta al sentimiento de frustración frente a la mentira". Una vez calibrado, el instrumento puede usarse en preguntas de las cuales no se tiene respuesta como es el caso de las que se expusieron anteriormente.

De este modo el doctor Karel obtuvo respuestas de mentira medible y pudo contestar algunos de los planteamientos trascendentes de la ciencia.

Mientras tanto, en la Pontificia Università Lateranense en el Vaticano, un investigador piensa utilizar el método dirigido a Dios para formular meta preguntas existenciales. El comité de ética de la universidad cuestiona por el momento el hecho de poner a Dios frente al polígrafo, aunque ante la tentación de hallar respuestas, se prevee que la respuesta sea un rotundo si al documento protocolario.