Tu cuerpo


Yo no quiero tu alma, que no sé lo que es
que almas las tengo puras y sencillas
a mi alcance, claras y transparentes
(que no como la tuya):
la de mis perros, que felices la ignoran
la de este cielo azul que no la necesita
de estos olivos que dieron con su fruto.

Yo no quiero tu alma que es de todos
lo que quiero es tu cuerpo sin cáscaras
ir pelándolo como una clementina
elemental, de huesos, de cabellos
de carne y epidermis
rotundas delgadeces.

Tu cuerpo de ojos, nariz y boca
tu cuerpo de miradas y risas
tu cuerpo manejable entre mis manos
tu cuerpo de llanura inacabable
para mis pies cansados.

Cuerpo de arcilla roja
cuerpo de plastelina
de mármol de Carrara
de carne berroqueña

Tu cuerpo de carmín y de siena
venas azules transparentes
pechos y corazón de níqueles y aceros.

Tu cuerpo que me hable y me penetre todo
como la tierra yo, tú como raíz de un olmo
para que la estercole
tu cuerpo, fugitivo que se escapa
tu cuerpo desmembrado en mi recuerdo
como un rompecabezascorazones
encima de mi mesa
que tengo que montar para tenerte entera.

Tu alma para el diablo, su alimento
carne para los dioses todos
del olimpo o la gloria
que se la rifen y la gocen toda.

Tu cuerpo detrás de las montañas escaladas
allá en el horizonte que se aleja
por más que yo le vaya
tu cuerpo es lo que quiero

Tu cuerpo pensamientos y pasiones,
paredes de una casa de ladrillo
donde dejar mis huellas digitales
y marcar las esquinas con orines
como un perro encelado.

Tu cuerpo, donde no sé qué habita.