Al igual que un drogadicto,
mi felicidad depende de pastillas,
del control que no puede suministrarme la mente,
nadie lo entiende,
y esta adicción me consume mientras yo la consumo a ella,
una gota de descontrol cae en mi paladar y pasarán uno, dos , tres y cuatro días en mi mente,
sólo la estrella mayor ve lo que me pasa,
y para los otros no me pasa nada,
porque esto es nada,
es solo un juego de una utopía hecha realidad,
es un juego infiel de miradas en el espejo,
para todos sería eso,
si se los contará,
pero,
para mí es una tortura sin fín.
"comer para vivir, no vivir para comer" |