-CAPITULO 2 -
A la mañana siguiente, un ruido seco y rítmico la despertó. Le había costado mucho rato cojer el sueño, pero tras mucho recapacitar, ya había tomado una decisión. En la cueva no había nadie asi que salió para buscar a Gala a la que encontró cortando leña a un lado de la boca de la caverna, aquel era el sonido que la había despertado.
- Buenos días pequeña ¿Qué tal as descansado?- Dijo sonrriendo mientras descansaba un momento.
- Cuando consegui dormirme, descanse muy bien, gracias-
- ¿Y bien? ¿Ya as tomado una decisión?-
- Si... Maestra- Al decir aquello la niña sintió un gran alivio pues suena mejor "maestra" que "ama" y al ver la sonrrisa de Gala sintió una gran alegría.
En esta situación pasó nuestra joven los siguientes tres años y para ella fue como un fantastico sueño del que no quería despertar. Gala comenzó a enseñarle cosas maravillosas desde el primer día e Irati intentaba absorver todo lo posible.
Mientras buscaban comida por el bosque aprendió todo lo que era comestible o no. Cuando sufría algún dolor, quemadura o herida...Gala le mostraba con que plantas podía curarse. Durante las noche de luna llena correteaba y jugaba con la manada de lobos y con los cachorros, los que mas curiosidad tenían, incluso llegó a conocer cada gesto y cada mirada como si conociera su lenguaje y tambien bajaban una vez al mes al pueblo más cercano durante una semana, cuando necesitaban dinero m,ontaban una pequeña tienda a las afueras de este para que la gente, sobre todo mujeres, acudieran a pedir remedios a sus males que la religión no les podía solucionar, y poco a poco Irati tambien fue aprendiendo estos secretos mientras veía trabajar a su maestra.
Iraty era feliz, muy feliz. Para ella la felicidad era estar toda la tarde encorriendo a las liebres, pues la joven estaba creciendo ágil cual lince, fuerte cual oso y astuta como lobo. Luego se tumbaba en la fresca hierba y esperaba a que las estrellas la acunasen hasta quedarse dormida, y despertar con el cantode los pajarillos, que el color verde esperanza de las hojas le labase las retinas, que el agua de un riachuelo cercano le quitase la pereza del cuerpo...Para Irati todo esto era la felicidad y ella la viviendo y por ello se sentía completamente satisfecha consigo misma. Ademas cada día aprendía cosas nuevas que la fascinaban.
Un día Gala se puso enferma pero Irati, tras el ataque inicial de nervios, supó que hacer enseguida; salió corriendo en busca de todo lo que necesitaba y un par de dias despues su maestra mejoró. El problema era que aún estaba devil para viajar y tenían que bajar al pueblo al dia siguiente, asi que tendría que ir Irati sola.
Gala le dio claras instrucciones de que no devía hacercarse al pueblo, que la que quisiese algo devía ir a las afueras. L a joven se puso en camino al amanecer, llevaba consigo un pequeño carro que transportaba ella misma y llegó poco antes del anochecer. Montó la tienducha y ordenó todos los frascos en un gran baúl de madera que escondió en lo mas profundo de la tienda. Aquello le resultaba algo aburrido asi que esperó a las visitas leyendo uno de los muchos libros que la maestra guardaba con celo, aunque no pudo leer mucho pues enseguida llego una mujer interrumpiendola.
- Pase pase buena mujer- Le dijo Irati al ver que tituveaba- Mi maestra esta convaleciente y no se sentía con fuerzas para viajar hasta aqui-
La mujer se sentó frente a la joven en una sencilla banqueta que le ofreció la muchacha.
- Aun asi creo que yo podré ayudaros- Continuo diciendo- ¿Y bien? ¿Que puedo hacer por vos?-
- Pues verás... hace un año mas o menos que me casé y... aunque lo hemos intentado, no consigo quedarme encinta y temo que mi marido me deje por una mujer mas joven y fertil- La mujer se revolvió en su sitio incómoda. Una lágrima acavo bajando por su mejilla.
Irati no podía comprender como una mujer podía sufrir tanto por un hombre pero su trabajo no era cuestionarse las razones de sus clientes asi que se arrodilló y rebuscó en el baul hasta que sacó un pequeño frasco con forma de lágrima lleno de un líquido anaranjado.
- Antes de dartelo... Estas segura de que el problema es tuyo y no suyo?-
- Si. Él tiene un hijo de una relación anterior de la que quedó viudo- Al escuchar aquello si que le ofreció el frasco.
- Deves beberte cinco gotas durante cinco noches, la sexta descansa y la septima noche procura yacer con tu hombre. repite esto hasta que se gaste el frasco. Pero no tomes de mas o enfermarás- La mujer le agradeció su tiempo y tras pagarle se marchó por donde había venido. Irati se quedó otra vez sola y esta vez pasó mucho rato hasta que alguien volvió a entrar. Esta vez era un hombre mayor, cojeaba de una pierna y le costó mucho trabajo sentarse en la pequeña banqueta. Esta vez, el hombre se llevó una bolsita llena de unas flores secas que hervidas aliviaban los dolores de huesos.
Y asi pasaron los días , mas bien las noches, entrando y saliendo personas de todas clases, cada una con sus problemas pero todos buscaban la misma solución. Aquel pensamiento le gustó, ella podía ser la solución a muchos problemas de otras personas, ella prodría ayudarles y hacer algo por el prójimo. Si, aquella idea le gustaba y pensó que quizás Gala lo hacía por la misma razón.
El cuarto día que estaba allí, alrededor del medio día llegó corriendo hasta el claro un niño pequeño afogado por la carrera.
- Necesito vuestra ayuda... Mi madre ...- Hablaba entrecortado- Esta enferma y no puede moverse. Tienes que acompañarme hasta mi casa... Por favor-
- No se puede mover, os lo ruego señora...Si no vais morira...- Las lágrimas comenzaban a aflorar en los ojos del niño y la muchacha no pudo mas que recordar su dolor cuando perdió a su madre, no se podía negar, podía ayudarle y tenía que hacerlo.
- Te acompañare, pero has de llevarme por las calles mas oscuras, no deseo ser vista. ¿Comprendes? Espera que he de cojer algunas cosas, acompañame y me vas contando lo que le ocurre-
Despues de cojer todo lo que necesitaba salieron y siguió al muchacho por las calles mas oscuras y tortuosas del poblado. Andaron un buen rato, cruzaron el pueblo de lado a lado hasta que llegaron a una pequeña choza muy humilde, de una sola habitación que era calentada por una hoguera en en centro de la misma. La mujer se hayaba tumbada en uno de los dos camastros que formaban el mobiliario de la casa. Se hallaba dormida, aunque de vez en cuando se revolvía en lo que parecía una pesadilla. Irati se agachó, estaba muy pálida y al tocarla notó que estaba muy caliente.
- Coje unos trapos y mojelos con agua fria- Le ordenó al muchacho el cual obedeció enseguida.
Le colocó los trapos húmedos en la frente de la mujer y luego se acercó a la hoguera, cojio un cazo y puso agua a calentar, cuando hirvió echo al agua una mezcla de hierbas.
- ¿Que crees pues que fue la causa?-
- Pues no lo se muy bien, pero pesqué unas truchas y ella las cocinó, al rato empezó a sentirse mal- Le contestó el niño.
Iraty recordó que su maestra le había dicho en una ocasión que el pescado mal cocinado podía probocar la enfermedad, asi que volvió a rebuscar en su jubón y añadió más hierbas al potingue.
Tras un rato hirviendo sacó el caldero del fuego y lo dejó enfriar un rato para luego darselo de beber a la mujer. Unas horas despues la fiebre le bajó asi que le dió instrucciones para que siguiera el mismo tratamiento durante unos días más.
A los pocos minutos Irati salía de nuevo a la calle en dirección a la seguridad del bosque. Andaba rápido por las calles más estrechas y oscuras, intentando no ser vista, cuando, al doblar una esquina, se encontró de bruces con el cuerpo inerte de un hombre , tirado en mitad de la calle , con una mancha enorme de sangre debajo del cuerpo. Tambien había dos guardias ataviados con armaduras y armados hasta los dientes.
No le dió tiempo a pensar ya que alguien la agarró de un brazo y la arrastró hasta una puerta cercana. Le taparon la boca y la empujaron al interior de la vivienda.
- ¡Estas loca! Esos culpan a los primeros que pasan por al lado- La voz de un hombre la saco del susto.
Al acostumbrarse a la penumbra pudo ver que quien la había arrastrado era un muchacho de su misma edad mas o menos.
- Pero si yo no hecho nada- Le contestó cuando le quitó la mano de la boca.
- Eso a ellos les da igual.- El joven se acercó a ella para mirar por la ventana y entonces la joven pudo oler su olor corporal. Eso le provocó un sentimiento que nunca había sentido antes, notó un extraño calor dentro de ella, un escalofrio le recorrió el interior de los muslos y de pronto se sintió incomóda y tuvo que alejarse de él.
Tuvo que pasar allí la noche, con aquel desconocido, pero por alguna razón no le provocaba desconfianza, alrevés, se sentía muy atraída por él. Incluso cuando consiguió dormirse tuvo sueños extraños con el que no había tenido nunca antes.
No pudo dormir bien en toda la noche, estaba mas nerviosa junto a aquel desconocido de lo que lo había estado nunca antes y estaba incómoda asi que decidió marcharse antes de que él se despertase.
Recojió todo lo mas deprisa que pudo y se abalanzó hacía la calle, tán rápido se fue que no se dió cuenta de que se dejaba la preciada daga que llevaba siempre consigo. Enseguida llegó a la tienda y se tiró en un rincón con una manta para intentar descansar. Aquella noche habría perdido muchos clientes y esperaba que regresasen esa noche, si no la maestra se enfadaría con ella. Durmió casi todo el día y lo poco que estuvo despierta lo pasó leyendo, aunque no fue capaz de leer ni una sola frase, tenía la mente en otro sitio...Por suerte para ella aquella noche acudió muchisima gente , más de lo normal y ella acavó exausta. Horas despues de haber amanecido aún estaba recojiendo todo lo que había desperdigado por la tienda, cuando alguien entró deslumbrandole con la luz del sol.
- Lo siento, esta cerrado, tendrás que venir esta noche-
- OH! No... yo no vengo a pedirte consulta- Aquella voz...La joven se incorporó al oirla- Solo vengo a devolverte esto- Y tras decir esto, le tendió el cuchillo que se había olvidado la noche anterior.
- Gr...gracias- De nuevo la joven sintió aquel nudo en el estomago.
- Oye...Si as acavado...te apetece comer algo, casualmente traía unas hogazas y un poco de queso- El joven esbozó una seductora sonrrisa.
Sin poder evitarlo, a Irati le sonaron las tripas del hambre que tenía lo que provocó que el joven riese a carcajada limpia.
- Venga, voy a preparar el desayuno mientras recojes- Y salió de nuevo al exterior, dejando a la joven sumida en las sombras y los nervios.
Tras haber recojido salió con su nuevo amigo y juntos gozaron de un agradable desayuno mientras los primeros rayos del sol les calentaban los rostros. Aquel joven se llamaba Orion y tenía un par de años más que ella, se dedicaba a la carpinteria y trabajaba con su padre en lo que mas tarde, sería su taller. Charlaron sobre asuntos sin importancia y rieron despreocupadamente. Despues de desayunar, el muchacho volvió al pueblo para comenzar su jornada no sin antes quedar con Irati en verse al día siguiente.
Irati se acostó hecha polvo en su rincón y denuevo volvió a tener sueños calurosos donde ella y Orion estaban tan cerca el uno del otro que podía sentir su respiración, oler su aliento, y verse reflejada en sus negras pupilas.
Y asi transcurrió el resto de la semana, por las noche atendiendo la peticiones de las gentes, al amanecer desayunaba con Orion y luego pasaba el día soñando cosas extrañas, pero llegó el dí en que tuvo que volver con su maestra a las profundidades de la maleza y de despedirse de Orion hasta el mes siguiente, que volvieran a bajar al poblado.
Gala se recuperó enseguida y todo volvio a la normalidad, bueno, todo no, las estaciones fueron pasando y cada vez que bajaban al pueblo Irati hacía todo lo posible por escaquearse un rato para reunirse con Orion, con quien cuya relación se fue consolidando a ratos , escondidos de ojos ajenos en los alrededores de la aldea, paseando entre los árboles y hablando de todo lo que pensaban y sentían. Tambien llegó el día en que se quedaron sin saber que decirse y con un sentimiento muntuo sus labios se unieron en una promesa muda y dulce.
Pasó el invierno y el cumpleaños de nuestra protagonista se acercaba, hiba a cumplir dieciocho años dentro de unas lunas y la maestra había comenzado a instruirla para su iniciación ya que para llegar a ser una savia de lo antiguo tenía que pasar unas pruevas. Irati aún no sabía de que se trataban pero era algo que le preocupaba, aunque estaba decidida a dedicar su vida a aquello. Poco a poco Gala fue explicandole de que trataría todo; el primer paso era celebrar una reunión que se celebraba durante el solsticio de verano, en aquella reunión se llevaría a cavo la primera prueva que trataba de mostras sus hábilidades y conocimientos sobre el mundo animal, para ello tendría que someter a su voluntad a alguna de las bestias del bosque. La reunión se celebraría unos valles mas al oeste, donde los antiguos tenían un templo sagrado desde tiempos inmemoriables.
Irati creía tener esa prueva superada pues como ya hemos dicho antes, nuestra joven protagonista creía comprender el idioma de los lobos, pero el hecho de ser observada y puntuada no le gustaba en absoluto.
La segunda prueva sería en otro lugar un poco mas al oeste, en un lejano lugar donde la gente, según Gala, aún hablaban la lengua antigua y donde Irati devería demostrar sus habilidades con las plantas.
La idea de ver lugares tan singulares y lejanos le entusiasmaba pues deseaba ver el mundo. Y la tercera y mas dura prueva de su iniciación se trataba de realizar un largísimo viaje , hata un lugar muy al oeste, ha decir verdad, tenían que llegar al lugar donde la tierra deja paso al oceano, al fin de tierra conocida. Aquella prueva era la que mas le preocupaba pues aquel era un viaje de tres o cuatro meses, peligroso, desconocido...La incertidumbre de no conocer su futuro la atormentaba pero saber que Gala la acompañaria la tranquilizaba.
Todo esto le enseño Gala durante los últimos días y la hizo estudiar más que nunca, apenas salían de la cueva pero la maestra era inmensamente paciente y poco a poco Irati fue adquiriendo muchisimos conocimientos, incluso aprendió a chapurrear un poco el idioma antiguo.
Como todos los meses, llegó el dia en que tenían que bajar a la aldea, pero aquella semana sería la última que bajaran en muchas lunas, asi que nada mas llegar consiguió escaquearse y fue en busca de Orion, el cual estaba en su taller, fabricando una gran puerta de madera de roble.
- ¡Valla! Este mes se ha pasado volando, con tanto trabajo...- Al verla, dejó lo que estaba haciendo para hacercarse a ella, cojerle la cara con las dos manos y plantarle un apasionado beso en la boca.
- Tenemos que hablar, cuanto antes.- La joven se ruborizó y miro alrededor por si alguien los habia visto, pero allí no había nadie.
- Si tanta prisa te corre, habla, estamos solos- Le contestó.
- Me voy, no volveremos en muchos meses, solo quería que lo supieras- La voz se le quebró un poco y se fue antes de qu alguna lágrima revelase sus sentimientos.
Estuvo todo el día pensando en él, se sentía mal y por alguna razón que no llegaba a comprender, deseaba verle, abrazarle, besarle y olvidarse de la conversacón que habían tenido.La maestra ya había empezado con las visitas, y todo esto estaba pensando Irati mientras ordenaba los bultos en el carro cuando notó un golpecito en la espalda, se giró pero allí no vió a nadie. Cuando hiba a girarse de nuevo notó otro golpecito en la pirena y escuchó un silvido que provenía de unos matorrales cercanos.
Se acerco con el mango de su daga cojido con la mano por si acaso, pero antes de que pudiera reaccionar, dos manos las arrastraron detrás del seto. Quedó tumbada boca arriba en el suelo y Orion sentado sobre ella la tenía inmovilizada.
- Orion! Nos van a ver...Vete!-
- No! No me voy hasta que no me prometas que cuando de la media noche estarás en la orilla este del estanque-
Irati conocía aquel estanque pues muchos eran los ratos que habían pasado juntos paseando por sus orillas y al ver como le brillaban los ojos al muchacho no pudo negarse. Y asi lo hizo, mientras Gala seguía con su trabajo, Irati se escabulló hasta donde había quedado con él, aunque aún no había llegado asi que se tumbo en la fresca hierba para contar las estrellas (algo que hacía desde cria) pero no llebaba ni cien cuando una sombra le tapo el cielo. Era Orion tumbandose sobre ella delicadamente para besarla muy lentamente.
Ella no hizo ni dijo nada, solo se dejo llevar. Sus cuerpos no habían estado nunca tan juntos; Podía notar el temblor de sus brazos bajo su propio peso, su respiración un poco mas acelerada a cada minuto que pasaban besandose e inclusó notó un bulto en su entrepierna que se hiba endureciendo y creciendo a cada instante. Al pensar en aquello, la joven notó como un líquido caliento salía de su vagina y un tremendo escalofrio le recorrió todo el cuerpo, haciendola gemir de placer por primera vez en su vida.
Al escuchar el gemido, la respiración del joven se aceleró entrecortadamente y comenzó a moverse con movimientos espasmódicos de su cadera. A cada moviento de él ella notaba su mienbro apretandose contra su vagina. Orion comenzó a besarle el cuello, apartandole el pelo, con una mano desabrochó los botones del bestido y la palpó entera haciendola gemir de nuevo. Y ya no podía más, con la misma mano se desabrochó los calzones y dejo libre su miembro,el cual fue a apoyarse en la vagina de Irati.
- Estas segura?- Le preguntó Orion mirandola con gran pasión.
- Si , adelante- La pasión no le permitía hablar apenas.
El muchacho se agarro el miembro e introdujo la punta y poco a poco, el resto. Al principio le dolió un poco y tuvieron que parar unos instantes, pero el segundo intento salió mejor y sus suspiros de amor se elevaron en el aire mientras se fundían en un solo ser.
- Casate conmigo Irati- Le murmuró de pronto mientras le acariciaba el pelo, una vez disminuyó la pasión- Yo te puedo dar una buena vida-
- ¿Y porqué as de darme tu una vida cuando yo ya tengo la mia?-
- Porque la vida que as elejido te aleja de mi lado-
- Solo serán unos meses...Luego todo volverá a la normalidad-
- ¿ Normalidad? tener que vernos a escondidas...no poder dormir juntos ni poder despertarme a tu lado...- El muchacho se incorporó- Yo quiero una mujer...no una amante-
- Si de verdad me amas no querrás que me convierta en una mujer como las que vienen a nosotras en busca de algún brebaje mágico que las haga de nuevo interesantes para sus ya aburridos maridos. No creo tener la necesidad de darte mi vida para amarte. Me gusta este amor tan libre que me profesas, pero no estoy dispuesta a volver a servir a nadie. Seré libre toda la vida- Y tra decir esto se incorporó y se metió poco a poco en las aún frias aguas.
Orion la observó unos minutos desde la orilla pero luego se unió a ella en el baño, la abrazó por detrás y tras susurrarle al oido que la esperaria eternamente, volvieron a hacer el amor en el agua como la Luna como testigo.
Pasaron los siete días y tras una dura despedida regresó con su maestra a su hogar. El viaje de iniciación comenzaba en un par de días, que pasaron volando mientras preparaban todo lo necesario. Una mañana que preparaban la comida, Gala la miro preocupada.
- Espero que ese muchacho no te embote la mente, as de estar en plenas condiciones mentales. El ser druida no te impide amar a alguien, pero hay tiempo de todo en la vida de una persona, y ahora es el tiempo de formarte. Lo entiendes?-
- Si maestra, lo entiendo, y si sigue esperando cuando regrese, el será el dueño de mi corazón, que no el de mi mente-
Gala sonrrió satisfecha y continuaron con lo que estaban haciendo. Y asi llegó el día de marchar. Estaban tapando la boca de la caverna conmuchas ramas para que nadie pudiese encontrarla y cargaron la mula que habían comprado con sus bultos, cuando escucharon el relincho de un caballo. Era Orion que había conseguido encontrar su escondite. Se acercó a ella con un bulto en las manos.
- Solo he venido a darte esto, para que recuerdes nuestra promesa-
La joven lo desembolvió y pudó ver una hermosa daga con el mango tallado en madera de tilo. En la talla podían leerse sus nombres entrelazados por una hermosa enrredadera. Irati se emocionó y le ofreció a cambio su vieja daga. Asi quedó sellada su promesa y con aquel gesto comenzó el viaje de nuestra joven protagonista. |