Se contagió de aquel virus sin darse cuenta y de repente sin percatarse ya estaba todo su corazón infectado, no digo que sea malo solo que después cuando el encanto acaba solo deja una huella casi imborrable.
El ahora en la soledad se pregunta si fue bueno conocerla y amarla, y aunque él sea el único que tiene la respuesta y aunque sabe que le duele y que su alma sufre da gracias a Dios por haberla tenido aunque sea un instante. Da gracias a Dios porque sintió el placer de tocar sus labios con los de ella, dio gracias por haber sostenido aunque sea un instante sus manos y por haber sentido y saboreado el azúcar de su piel y éxtasis de su amor.
Lo miro y lo miro…y es casi como una sombra porque no es ni la mitad de lo que antes fue, el amor no toco su puerta sino que de un empujón se la tumbó y no se vió conforme entro en su corazón e intento acabar con él.
Me pregunto yo? Sabía acaso que iba a pasar eso, es posible que el supiera y aún así dio su corazón en ofrenda sin importarle que deje de latir.
No tenia la eternidad para amarla y ese fue su pretexto amar como nunca antes lo hizo, le entregó sus sueños sus ilusiones sus miedos y hasta su fe, le dedicó cada una de sus metas alcanzadas y cada una de sus victorias y sus derrotas, vivía para ella sin saber que ella no vivía ni para sí.
Nunca renegará de su amor porque es el que le hizo saber que estaba vivo, nunca renegará de sus besos porque a través de ellos encontró el cielo, nunca renegara de haber saciado su sed con la piel de aquella mujer porque después de todo es así como comprendió que el amor es dulzura, pasión, delirio, encanto, magia y dolor.