*-* GRITA *-*

Puertas y ventas se azotaban por la fuerza del viento que se sentía esa noche, el rechinar de las puerta, el murmullo del viento, todos estos elementos se combinaron para que esas noches no pudiera conciliar el sueño, es una noche nada mas eso me dije mientras trataba de dormir, “solo es una noche”.

128 días duro ese martirio para mí, por mas clavos que ponía en las puertas, por mas que amarraba las ventanas, siempre el mismo ruido, siempre el mismo murmullo, los gatos en mi puerta, en la mañana era también lo que todos los días pasaba, no sabía el porqué, no sabía la razón por la cual esto no cambiaba, siempre, todo era igual la niña en la ventana que me sonreía, el perro que en el bote de basura que tumbaba para sacar los desperdicios, ahí estaban los vidrios rotos, las sabanas húmedas, siempre lo mismo,¡DIOS MIO QUE ESTA PASANDO!, pero al que todos llaman DIOS no me escucho, mis gritos hacían eco en mi recamara siempre era lo mismo, las mismas piedras, las mismas rejas, las mismas tejas.

128 días duro mi tortura, sin salir, sin reír, siempre ha sido lo mismo pero no se que día estoy viviendo hoy, si mi esposa aun sigue aquí, la sigo amando, la sigo queriendo como ayer. Siempre lo mismo, la misma comida, los mismos sabores, los mismos olores, todo es igual, ¡DIOS MIO AYUDAME! a pulmón abierto gritando y llorando a la vez, mi pecho rojo, mis venas saltadas mi cabello alborotado, siempre lo mismo, las estrellas están en el lugar que estuvieron ayer la luna no salio hoy, ni tampoco salio ayer, el sol quemo igual que anteayer, cuando el loro canta, canta lo mismo que canto ayer y a la misma hora que lo hizo ayer todo es lo mismo que ayer.

128 días duro mi prisión, ya los sabores no tienen sabor, los colores perdieron el tono y las flores su aroma cambio, ¡algo cambio!, ¡algo! ¡cambio!, los sabores no tienen sabor? ¡Algo cambio!, ¡algo cambio!, ¡el perro!, ¡el perro!, ¡el perro!, la basura no tiro, ¡DIOS MIO ALGO CAMBIO, DIOS MIO ALGO CAMBIO, CAMBIO, CAMBIO!, ¡mi pelo!, ¿mi pelo?, ¿blanco es?, ¿mi piel arrugada esta?, ¿MI ESPOSA?, ¿MI ESPOSA?, ¡¡mi esposa no está!! ¡DIOS MIO! ¡QUIERO QUE TODO SIGA IGUAL! ¡¡QUIERO TODO IGUAL!!, los mismos gritos, los mismos ruidos, los mismos llantos, todo lo quiero igual que siempre, lo único que quiero es ver a mi esposa otra vez, verla gritar, llorar, sufrir, lo mismo de siempre, la quiero escuchar gritar mi nombre, la quiero aquí.

190 días duro mi tristeza, los grillos cantaban, los ratones chillaban, todos era diferente al día anterior, pero yo quería que todo siguiera siendo igual que aquellos días en los que mi esposa estaba ahí conmigo, con mis rezos, mis gemidos, mis risas, con todo lo que los dos sabíamos hacer, ¡DIOS MIO AYUDAME!, pero mis suplicas por ese al que ustedes llaman DIOS, no fueron escuchadas ni con el llanto, ni con el dolor, nada fue escuchado por él.

Un día mas duro esa tortura impuesta por él, porque escucho mi suplica y me dio otra oportunidad para estar con mi esposa, pero no la podía tocar, abrazar, no la podía besar, ella no me veía, no me escuchaba, no me sentía, todo pasaba tan rápido, el tiempo no se detenía las horas parecían minutos y los días horas, todo era tan rápido, ya no quería eso, no podía disfrutar de su presencia, no era posible. Pero hubo un momento en que el tiempo si se detuvo, para que yo apreciara a mi esposa, el pliegue de su piel en su rostro, eran, eran sus arrugas, las más hermosas que jamás había visto, el pelo ahora es mas blanco el blanco que jamás haya visto pero no duro mucho ese momento porque siguió pasando tan rápido como antes, y todo siguió siendo igual, todo era lo mismo, hasta que mas no la vi, un día salio y no regreso, yo la busque por todos lados, pero todo volvió a ser lo mismo, desperté en esa casa vieja y antigua, las mismas ventanas, las mismas puertas, el perro regreso a la basura como lo hacía siempre, el murmullo del viento volvió con más fuerza, todo era casi igual, solo faltaba ella acostada en su cama, solo se marcaba la silueta, los gritos del viento resurgieron y la niña sonriendo en la ventana seguía ahí como cuando estaba ella.


No se cuantos días pasaron para que me diera cuenta, que no podía cambiar, porque estaba atrapado en el tiempo, no se que paso la noche aquella en que mi esposa me tiro al suelo no se qué sucedió después que discutimos, no se que paso, y no lo quiero saber, ahora quiero seguir viendo al perro, a la niña, y escuchar los gritos y lamentos que suelta el viento solo quiero que todo siga igual.