Tenía puestos los largos
y no era fantasía,
me quedaban de chupete
justo, justo a mi medida.
A la casa de Carlitos
me fui derrochando pinta,
cierto aire distinguido
en el pecho me latía.
Carlitos tenía una hermana
que en las venas me corría
la dulzura de su rostro
a un ángel se parecía.
Carlitos era el Compadre
que en la cancha me asistía,
con toques y con paredes
en el club de La Avenida.
Así se llamaba el cuadro
con sus colores que unían,
los centros y las gambetas
de Carlitos con las mías.
Golpeé la puerta tres veces
y me atendió Carmencita,
y al ver sus ojos un sueño
me corrió por las pupilas.
Me dijo que guapo estás
desnudando una sonrisa,
esos largos que estrenas
te quedan de maravillas.
Yo volaba en una nube
con las alas de la brisa,
me temblaba la quijada
del mentón a las rodillas.
Carlitos llegó a mi encuentro
extendiéndome una silla,
el ángel se fue despacio
a perderse en la cocina.
Mi amigo le dio un hondazo
a mi nube de alegría,
pisé de nuevo la tierra
sin saber ni lo que hacía.
Se define el campeonato
el domingo con Esquinas,
necesitamos tus goles
ponete todas las pilas.
Esquinas era un rival
casi clásico diría,
tenían un gran despliegue
de fútbol y valentía.
Nosotros con el empate
nos quedábamos arriba,
a los otros la victoria
solamente les servía.
Hermano no me falles
me dijo en la despedida,
de vos depende el equipo
sos toda una garantía.
Cuando ya me estaba yendo
escuché a Carmencita
mi corazón galopaba
sin los frenos, ni la cincha.
Se me acercó despacito
con su fragancia exquisita,
con dos boletos de cine
que se ganó en una rifa.
Me gustaría que el domingo
me dijo con su sonrisa
vayamos los dos al cine,
a ver "La última cita".
Yo me quedé boquiabierto
parecía una ironía,
el partido del domingo
y el nombre de la película.
Le respondí balbuceando
que un compromiso tenía,
de jugar con los muchachos
justo también ese día.
Carmencita me miró
juro que no era la misma,
se me escapaba la chance
que esperé toda la vida.
Aquel domingo jugué
como barco a la deriva,
Esquinas nos aplastó
y nos pasó por arriba.
Y yo me quedé sin nada
sin campeonato, ni cita,
sin importarme los largos
ni aquel club de "La Avenida".
La gambeta se me fue
por el túnel de salida,
había perdido el partido
y también a Carmencita.
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