En el desmadre busqué un lugar para esconderme, de pronto me sentí sin ganas de saber de nadie, y como éramos un chingo, era completamente fácil pasar desapercibido. Allí nadie era amigo de nadie, pero nos gustaba pasar por supercuates, de qué onda banda, qué pedo, qué dicen las morras, cómo andamos y pendejadas de esas; te pasan la mois, la tomas, igual la cerveza, y así, lo que venga en gana; allí uno toma valor porque nos vale madre lo que pueda pasar con nosotros; mañana, si bien nos va, será otro día. Para mí ese día estaba bien para echarme una jeta, ya estaba hasta la madre de tanta vieja pendeja y de ese güey que me hablaba de dios, que dios sí existe y que la verga, me pareció buen pedo porque nadie de los ahí presentes estaría dispuesto a defender la tesis de San Anselmo y menos ahora que les vale madre si existe o no: la palabra del día es "agnosticismo". ¿Qué soy? Agnóstico. ¿Suena bien, no? En fin, también eso me vale madres, yo quiero irme a la cama a jetear porque eso de coger con menores de edad, la neta nel, no quiero pedos con sus papás por muy buenotas que estén tirándole a amargadas histéricas, malolientes y mochas. Chinguen a su madre todos (y todas), empezando por el dj que parió esta música pendeja. Ai se ven, culitos.
|