MENTE ORDINARIA
El joven regresaba de la escuela un tanto cansado pues a el le resultaba muy molesta la escuela aunque fuera bueno en ella, su vida era normal, tan normal como lo dice la palabra, aunque la mayoría de las personas a su alrededor le decían que vivía en un cuento infantil, el pensaba mas alla de lo usual en un chico de 14
Vivía en casa de su tio, donde tenia que lidiar con sus primos
Eran dos primas, una de 18 karen y otra de 10 susan y su primo de 14 nicolas, “alias Nick” (con el mejor que se llevaba). Pensaba que su vida era problemática pero aun así la quería y apreciaba como cualquier otro
-Dan!! ¿Por que has llegado tan tarde?- Grito súbitamente la pequeña susan –
-papa te castigara!- el muchacho miro al cielo, como si allí se encontrase la respuesta a sus preguntas
-ok, ok le explicare que tuve que quedarme un poco mas en la escuela –
Dijo calmadamente el muchacho
Entro lentamente, al hablar el muchacho parecía tener el control, pero sus piernas decían lo contrario pues estas temblaba cuan gelatina
-¡¡¡¡¡DAN!!!!!! – un grito ensordecedor dejo tambaleando al pobre muchacho que no sabia si correr o quedarse quieto para que no le hicieran nada
-¿si, tio?- pregunto dan perdiendo la vista en el piso, como si buscara algo que le ayudara a salir del problema
-¿Qué hora crees que es? Y mírame cuando te hablo!! – dijo estruendosamente un hombre alto con una pequeña barba que pensaba le hacia parecer malvado, pero en realidad lo que le hacia parecer malvado era su estruendosa voz.
-pues es que me eh quedado un poco con mis amigos, ya vez que el club al que asisto así lo requiere – dijo el joven tratando de mirar los profundos ojos de su tio pero cada vez que lo lograba, su cuerpo le ordenaba que desviara la vista, no valla a ser que lo convierta en piedra.
- no me importa si quedaste de acuerdo con chuck norris para acabar con la basura del planeta, tenemos un horario de llegada a la casa jovencito, y si no quieres acatar las reglas, se vera reflejado en tu mesada.- el hombre decía a la vez que movía su dedo índice, como si indicara el camino a seguir en cada acción que tomase
-no, lo siento no volverá a pasar- dijo lamentándose con la cabeza inclinada el joven dan
-Sabes, antes no eras así, antes ayudabas en la casa, te preocupabas por tu madre, trabajabas y tenias una mente muy madura, tus notas en la escuela eran el orgullo de tu madre, eso cuando apenas tenias 7 pero ahora mirate, no ayudas para nada en la casa, tus notas han caído a las de una persona común, tu alimentación ya no es la misma, te la pasas horas en la computadora y tu cuarto es un desastre
Sabes que pronto regresaras a casa con tu madre y espero te comportes mejor.
Al menos… por ella.- dijo aquel gran hombre y paso a retirarse a su habitación, mientras el joven se quedo un tanto perplejo ante la situación y decidió ir a su cuarto
-¿Diferente? Que ironia, simpre eh querido ser diferente a los demás, ayudar a quien pueda, y ser el mejor para poder ayudar, pero nunca pensé que yo era así.
Y que ahora soy diferente, lo mas extraño es que no lo recuerdo, no recuerdo nunca haber sido una persona excelente, de echo no recuerdo gran parte de mi infancia.
Mi infancia para mi empezaba a los 9 años puesto que no recordaba mas allá-
Eso pensaba el joven mientras alguien toco su puerta y entro con sigilo.
-puedo pasar?- pregunto una joven dama, de aspecto joven y amigable que se infiltro rápidamente en su habitación y se sento en la cama del muchcho
-ya has pasado!! Por cierto ¿como has entrado? Mi tio no dejaría pasar a nadie, después de la regañiza que me dio…- se detuvo lentamente y dejo de hablar, pensaba que ella no debía saber de lo sucedido.
Ella era su mejor amiga, por no decir la única, su nombre era sam (samantha) y era su amiga por que pensaba y comprendía algunas cosas que el joven dan pensaba, a diferencia de su resto de amigos y amigas.
-tu hermana me ah dejado entrar…- miraba el piso aquella joven de una forma tan peculiar como dan- y eh escuchado algunas de las cosas que discutían, aunque no fuera mi intención…- su voz fue desvaneciéndose en el aire hasta que en la habitación hubo una calma aterradora, la chica paseo sus ojos por aquella habitación, no es la primera vez que se infiltra en su habitación pues vivian cerca y a ella no le agradaba estar en casa sola, muchas veces ella se quedaba horas platicando o jugando dentro de esa habitación, pero en ese instante parecía algo completamente extraño para ella, no reconocía ningún rincón de la misma y se preguntaba si allí es donde vivieron miles de aventuras juntos.
Tal vez se deba a que en estos instantes dan no es tan hiperactivo e infantil como siempre que la habitación se vea diferente.
-escapemos!!- de pronto una voz rompió aquel cruel silencio nublaba aquella habitación, era dan que mas que nunca tenia fuego en los ojos, decidido a hacer la diferencia hoy mas que nunca.
-¿de que hablas?- pregunto un tanto intrigada sam -este mundo ya no es suficiente para mi, yo no soy la persona que fui, ni sere la persona que soy.
Haremos una búsqueda!! De aquellas mentes perdidas, aquellas mentes que dejaron de ser y se transformaron en algo que no deseaban…- de pronto el joven dan hizo un pausa y continuo- ¿en que estoy pensando? Solo somos dos jóvenes de 14 años, solo somos mentes ordinarias ¿que haremos? ¿Entrar a internet? Hmmm… si nisiquiera pude encontrar a mi padre. – el joven dio media vuelta y aquella energía que uso para dar aquel gran discurso desapareció y se recostó sobre la cama.
-y ¿Cuándo nos vamos?- de la nada sam dijo decididamente aquellas profeticas palabras que cambiarian el destino de ambas vidas o es acaso ¿que ese mismo sea su destino?
-el próximo fin de semana saldremos con la excusa de viaje de campo, diremos a tu tio que te quedaras en mi casa después del viaje hasta el domingo por la tarde y tendremos todo arreglado así que prepárate, en primera encontraremos a tu padre y el nos ayudara en la búsqueda que propones así que espero y no me decepciones.
Tengo mucha fe en ti.-
Con estas palabras salió decidida de la casa aquella joven dama que no había duda de por que era amiga de dan, simpre impresionaba a dan con sus actos completamente decididos y planeados de una forma poco habitual.
-¿acaso te fugaste todo el fin de semana de casa por aquella busqueda?- pregunto muy interesado el doctor Vladimir
-si, pero toda aquella charla motivadora y todas esas ganas y esperanzas pronto se transformarían en un sentimiento desagradable- contesto el joven dan mientras volteaba a ver sus reloj de bolsillo, preocupado por cuando tendría que entrar a clases.
-no te preocupes por la hora te dare un justificante, mas importante ahora es que paso en tu búsqueda- pregunto confiado el doctor mientras llenaba el justificante prometido
- pues no me gusta recordar esos momentos pero dicen que una persona loca no difiere entre lo que le agrada o no e inversamente así que …
La historia continuo en aquella pequeña oficina de orientación escolar
Continuara…
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