El eco profundo del silencio
Viaja inalcanzable por estas calles,
Como guardián perpetuo de la noche
¡Como verdugo de esta gente!
Ciudad muerta, sin luna;
Apestada de tristezas y traiciones,
Entre otros olores…
Esquinas llenas de algún abandono
El cristal, quebrado y manchado en el piso,
Manchado e inerte…
Como el amor de primavera
Que yace bajo el puente.
Soledad infinita, calcinante…
Puñal perenne y sangrante
Incrustado en las calles y alamedas
¡Y cómo olvidarse de las flores
Y labios mustios!
Esta luz sin sol, sin vida
Alumbra la calle de los vencidos
Llena de historias y canciones de olvido,
Todas comenzaron con ilusiones
Y gemidos inmortales,
Y todas acaban con traiciones
Y lagrimas rendidas
Como hojas de otoño…
En honor a estas gestas:
La calle de los vencidos.


El mesiaz