Resumen de Libro:
Capitulo 2
Lujuria.
-¿Qué pasa?- me pregunto intrigado.
-No sé, pero voy a ver- le respondí en voz baja.
-Voy con vos- me dijo ansioso.
-No, no, quédate acá cualquier cosa yo te aviso- le dije con algo de miedo.
18 En eso que iba saliendo del cuarto escuche algo que me alarmo exajeradamente.19 Mi madre le dijo a aquella persona que no se impacientara que ya se lo daría, que sería lo que le quería decir, en ese instante no lo entendí, pero al segundo comprendí todo a la perfección.
20 Aquella persona extraña era un ladrón seguramente y, lo que le pedía a mi madre era dinero, supe en ese instante que debía ayudarla porque su vida corría gran riesgo de muerte.
-¡Dale, dale apresúrate que te mato!- exclamo el malviviente.
-Es, es, espere no se impaciente, por favor- le respondió mi madre envuelta en nervios.
-Ves esto nena, es un arma, si no te das prisa te liquido- le dijo amenazante.
21 En ese momento supe que iba a suceder y, también savia que debía hacer, por un segundo pensé en este mismo día a la hora de la tarde, en las preguntas de mi hermano y las mías, me dije a mi mismo si su última pregunta habría sido un fiel reflejo de este momento.22 Pero no pude perder más tiempo era ahora o nunca.
23 Algunos dicen que cuando vas a morir toda tu vida pasa frente a tus ojos, en mi caso solo unos pocos momentos recorrieron mi mente, algunos de los más tristes que me han sucedido.
24 Abrí la puerta bruscamente, cruce le corredor, y di a la sala de entrada, en donde vi a mi madre con su bolso de trabajo revisándolo por todos los rincones, frente a ella estaba el maleante, un tipo desarreglado y sucio, la apuntaba con un arma de fuego.25 Pude sentir la impaciencia del asesino en el aire, puede prevenir el golpe al gatillo y, empujar a mi madre a un costado justo antes del disparo.
26 Vi a mi madre caer junto al brasero de acero y, respire profundamente, luego sentí un pequeño piquete en el pecho, junto a la tetilla derecha, ese piquete me provoco un gran dolor que me derribo, vi a mi madre alzar el atizador del fuego y golpear al ladrón en el rostro, en la frente de donde le broto sangre a borbotones, hasta que cayó al suelo, mi madre arrojo el atizador y corrió a buscar su teléfono celular.27 En ese instante comende a desvanecerme y recuerdo haber gritado el nombre de mi hermano.
28 Horas mas tardes me vi acostado en una cama de hospital tétrica, me sentía cansado en todos los sentidos.29 Pude ver una puerta blanca y detrás reconocí la voz de mi madre que decía entre llantos.
-Está seguro doctor, muy seguro- replicaba.
-Señora Díaz, la bala le perforo una arteria que conduce al corazón, el joven no sobrevivirá mucho más tiempo.
30 Un escalofrió me recorrió el cuerpo, una incertidumbre me invadió por completo, iba a morir en cualquier momento, ya comenzaba a sentir que me dormía contra mi propia voluntad. |