Hoy las hordas de la incertidumbre
Han invadido el seno mismo de nuestra intimidad
Han masticado, masacrado y vomitado
Sobre la dignidad misma de nuestros corazones en soledad.
Los ríos negros fluyen como el aire
El miedo y la inseguridad se apoderan de todo
Los cuerpos violentados pintan un cuadro surrealista
Las uñas secas, el olor penetrante, el frio abrumante
El estomago vacio, la garganta apretada y el corazón jadeante.
En el piso, yacen los recuerdos
Las familias, el patrimonio y los reencuentros
En la memoria yace ahora el insoportable dolor
El conformismo sumiso que se asoma distante
Tan lejano como la esperanza, como la entereza y el candor.
Hoy se vive una guerra terrible
Pues hemos sido sacudidos, arrastrados y olvidados
Hemos sido transformados, marcados, arriados
Y separados de nuestros seres amados.
Hemos visto la muerte vestida de gala
Disfrutando de un vals al ritmo de nuestras peores carencias.
Hemos comido y bebido del cáliz de la inoperancia
Clamando por una mano, gritando por clemencia.
Nuestra patria ha sido quebrada
Ultradaja y violentada,
Lo que ayer la naturaleza nos regaló con tanto cariño
Hoy nos los quita con el mayor de los odios.
Pues sin darnos cuenta, nos hemos vuelto enemigos
Al parecer irreconciliables, distantes y perdidos.
Gracias a nuestros hermanos los homo sapiens
Pues nos han sabido querer y odiar
Han sabido reconstruir, han sabido apuntalar
Y también han sabido robar, quemar y saquear.
Pero lo que ayer parecía imposible
Hoy se muestra con cara de realidad
Pues los desafíos increíbles de la vida
Ya están tocando nuestra puerta con verdad
Para despertarnos bruscamente ante el sentido
Que eternamente nos hará la palabra
LIBERTAD.
Dedicado a todos mis hermanos, familiares y amigos que están sufriendo, quizás, por única vez en sus vidas, las consecuencias de la pesada mano de la madre naturaleza. Pero peor aún, que ahora viven las consecuencias de la pesada mano de la humanidad. |