Por fin, por fin acabó todo y ya puedo decir que te echo de menos...
Aquellas lágrimas que hasta ahora quedaban envasadas al vacío más allá de mis pupilas se han evaporado, humedeciendo tus ásperas pestañas y empañando el sonido de tus latidos.
Hoy quiero dibujar con mi dedo un corazón en tu corazón...
Texto agregado el 02-03-2010, y leído por 429
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