Una mujer estaba contándole una historia a un hombre, tomados de la mano en una estación del subterráneo.”Se que no piensas en esto todo el tiempo, pero debo contártelo, es necesario para que sepas, como donde y cuando…Ocurrió una vez, Una mujer estaba sentada frente al vidrio de un metro subterráneo, de pronto un hombre resbalo y fue a caer con sus manos, fuertes, al pecho de ella. Obviamente ella se sonrojo, lo extraño fue que él también lo hizo y ambos sonrieron con una mueca cómplice, casi intima. No hablaron, se fueron el uno al lado del otro, mirándose de reojo, sintiéndose mutuamente observados por el rabillo del otro. El subterráneo tenía que detenerse, pero ninguno de los dos quería que eso ocurriera. Cuando se detuvo en una estación, él se levanto lentamente, tratando de que la mirada de ella paralizara todo y no tuviera que bajar, ella sonrió al notarlo angustiado, lo miro mas fijamente aun, hasta que él sacó un papel y lo metió hábilmente dentro del bolsillo de ella, ella noto su mano dentro de su bolsillo y la retuvo allí con la suya, se levantó y ambos bajaron del subterráneo, aun con las manos enlazadas dentro del bolsillo, sin dejar de mirarse… de pronto esa fuerza extraña que da el valor, los envolvió a ambos y se besaron como si no hubiera nadie mas, como si solos, ellos dos, ocuparan cada rincón de la estación. Al terminar ambos tenían los ojos brillosos, había llegado el segundo subterráneo… él sonrió y ella entro lentamente al carro… para no verse nunca mas.” Al terminar, el carro ya estaba cerrando sus puertas, ella subió raudamente y sonrió con una lagrima en su mejilla. |