Febrero 20, 2010
La diminuta isla de Yuram se encuentra enclavada en medio del Océano Atlántico, y es una auténtica rareza, ya que su existencia se reconoció plena y oficialmente en pleno siglo XXI, época en la cual se podría decir que quedan en realidad pocas cosas por descubrir en el planeta.
En realidad se trata de un macizo de tierra firme de algunos miles de kilómetros cuadrados en medio del mar. Dada su pequeñez, la isla no había sido considerada por ningún cartógrafo, e incluso se dudaba de su existencia. Hoy podemos suponer que quizá un puñado de marineros de vieja escuela la conociese desde hace algún tiempo, y que incluso haya dado hogar a más de un náufrago perdido en la inmensidad del mar. La naturaleza volcánica de la isla ha propiciado el desarrollo de una selva, si bien pequeña, hostil e inexplorada, que abarca buena parte del escaso territorio de la isla, y no sería difícil que, amen a su confinamiento, haya varias especies endémicas desconocidas para el ser humano. Por todas estas razones, podemos decir que esta primera expedición a Yuram es una arriesgada aventura científica, la cual sin embargo, habrá valido la pena, una vez que se hayan recabado los datos de la misma.
Febrero 26, 2010
Hemos atracado en la costa de Yuram por la madrugada. Si se me permiten ciertos arranques de sentimentalismo, debería decir que mi emoción por ser el primer hombre civilizado en poner su planta sobre este suelo virgen, no podría compararse a nada que haya experimentado en toda mi vida. Montamos el campamento base en la playa, y en cuanto todo esté listo, emprenderemos la expedición tierra adentro, en pos de develar los secretos que este fascinante territorio tiene para nosotros.
Han pasado quizás tres horas desde mi última nota, y estoy verdaderamente sorprendido, conmovido, anonadado… no hay en verdad palabras para describir el tamaño de descubrimiento que acabamos de realizar en esta extraordinaria isla olvidada de Dios: justo el primer día de nuestro viaje, y prácticamente sin necesidad de internarnos en el territorio inexplorado de Yuram, nos hemos topado con algo que cambiará la historia, la ciencia, y quizá todo lo que sabemos sobre la evolución de nuestra especie: justo cuando nos disponíamos a partir rumbo a la selva, escuchamos un gran alboroto en la incipiente selva que comienza a unos metros de la playa donde acampamos. Lógicamente, todos empuñamos nuestras armas, previendo el ataque de algún animal, conocido ó no, capaz de producir semejante alboroto. Cuando observamos varias figuras acercarse de entre la espesura de la selva, no pudimos sino contener el aliento primero, y quedar boquiabiertos después: de la espesura del bosque, un grupo de… seres se acercó a nosotros. No podría decir en realidad si se trata de humanos o simios, pero en cualquier caso, se trata de homínidos que podríamos calificar de superiores. Trataré de describir a las criaturas, independientemente de las fotos que la expedición ha logrado capturar de las mismas:
Se trata de seres bípedos, su talla es un poco menor que la de los seres humanos. Su postura es ligeramente encorvada, y aunque en general se podría decir que se trata de seres humanos de un tamaño menor al promedio, estos seres se distinguen por sus brazos, desproporcionados con respecto a su cuerpo. Al igual que nosotros, poseen un pulgar opuesto; pero como los simios, están en su mayor parte cubiertos de pelo rojizo. Las facciones de estas criaturas son ligeramente toscas, son como una especie de paso intermedio entre el simio y el hombre, pero a diferencia de los pre-humanos que conocíamos hasta entonces, estos tienen más en común con el ser humano que con el mono.
Sin embargo, lo más notable de estas criaturas es el hecho de que al parecer han sido, como nosotros, dotados de la razón: En cuanto nos vieron, el que iba a la cabeza del grupo hizo una seña a sus compañeros, y les gritó algo, como si les diese una orden. Todos los miembros de la expedición estábamos tan asombrados, que bajamos instintivamente las armas. El jefe de las criaturas se acercó con cierta curiosidad, pero sin miedo, al capitán Johnson, al cual observó con detenimiento. Una vez que la criatura terminó su inspección, hizo una mueca, una especie de sonrisa simiesca, abrazó al capitán, y pareció invitar a sus compañeros a unirse al grupo. Sus compañeros de especie parecieron comprender que su jefe había dado el “visto bueno” a sus visitantes, por lo que se lanzaron a nuestro encuentro de manera festiva, abrazándonos y llevándonos frutos de la vegetación local para recibirnos, (ó al menos esa es la interpretación que yo, como científico, doy al comportamiento de los seres). Este recibimiento no ha hecho sino confirmar mi teoría de que a lo largo de los años, náufragos que han quedado desamparados a merced del océano, han encontrado en esta portentosa isla una salvación, quizá incluso un verdadero hogar, y ¿por qué no aventurarse a decirlo? hasta una familia. Este encuentro es el primero en su género, una verdadera revolución científica, y quizá cultural, para la raza humana.
Pero lo más emocionante de todo este periplo es esto: el texto que usted lee, amable lector, ha sido escrito en la choza de una aldea de las criaturas que nos recibieron en la playa de Yuram.
Febrero 28, 2010
Con cada día que pasamos como huéspedes de los nativos de Yuram, nuestro asombro aumenta: esta gente se ha desarrollado desde hace cientos de años, sin otra influencia externa que no sea la de los náufragos que han llegado a arribar a sus playas. Sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que ellos desarrollen una cultura propia, una civilización, si se le quiere llamar así, e incluso una especie de dialecto que no esperábamos encontrar en un sitio como este, y por lo cual lamentamos no traer con nosotros a algún lingüista, ó a algún otro experto en algún área similar, para facilitar nuestra comunicación con los indígenas, e incluso para estudiar su composición y similitudes con los lenguajes humanos. Sin embargo, la Fundación que ha patrocinado este viaje se ha comprometido a enviarnos un especialista, al cual esperamos dentro de cinco o seis días.
A pesar de este inconveniente, hemos podido aprender bastante de la cultura y costumbres de la gente de Yuram. Por lo que hemos podido observar, la estructura social de esta cultura es sencilla y funcional, aunque primitiva. Al parecer, el miembro más vigoroso y dominante de la tribu es el líder de la misma, de lo que se puede deducir que ésta sub-cultura no conoce las bondades de la Democracia, sino que se rige por la ley del más fuerte. Cuesta pues, creer que una sociedad en la cual el grueso de la población no tenga voz ni voto, la vida pública sea sencilla y con relativamente pocos conflictos entre particulares, aunque es mi opinión personal que dicha situación difícilmente perdurará, a menos que la población empiece a tener participación activa en la vida pública de esta rudimentaria sociedad.
Espero con ansias la llegada del lingüista y del antropólogo, pues pienso que con ellos se desvelarán más secretos de la dinámica social de esta tribu de pre-humanos.
Continuará…
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