Ola…Adiós.

Solo quedó la huella de tu andar en la arena,
Mas no pude seguir el rastro.
Recuerdo el aroma dulce de tu cuerpo,
Pero no así lo dulce de tus besos.
Aquella canción lleva a mi mente a nuestro pasado,
Sin embargo tú y yo no podremos ir nunca jamás a ningún lugar.

Hoy te dejé una docena de rosas de las que te gustaban en vida,
Pero no hay cosa que odie más que hacerlo ahora que estás muerta.
Unas cuantas lágrimas riegan cada semana tu sepulcro,
Mas no parece florecer nada con cada gota salada.
Decir que me haces falta, que te extraño no hace falta,
Lo pienso todos los días, así como tú estás en mi mente.

Perdóname desde donde te encuentres,
No sabía nadar y la marea estaba alta.
Me encuentro sumergido en pena y soledad,
Enterrado como tú bajo mis pies.
Nos vemos la semana entrante,
Que manera más extraña de despedirme, pero ojala así sea.