¡Fuerza Chile!
El gigante gimió y nos hizo temblar.
Nos llega el susurro de Violeta Parra: “Qué pena siente el alma”
La espina dorsal se movió y nos transmitió el dolor de las costillas. De su lado el gran padecimiento, del nuestro sólo el ramalazo.
No mires las ríspidas cumbres que nos separan ni las tétricas líneas que trazan los mercaderes de la muerte; mira sólo los placenteros valles que nos unen y prepárate porque juntos volveremos a sembrar las vides, a beber el vino y a bailar las cuecas.

Paloma, dinos por favor que estás bien.