Hace muchos años en un tétrico bosque del país Bi lú, nació una joven de nombre Sháo, ella era muy linda y amable, tenía la habilidad de poder hablar con todas las criaturas que habitaban en el bosque, los cuidaba, los ayudaba y les daba buenos consejos.
Un día mientras recogía verduras para la cena vio a un extraño animalito que jamás había visto, tenía cuatro patas, cola, orejas caídas, era de color café y producía un sonido parecido al de los lobos.
Sháo no tenía idea de que era y decidió seguirle, lo siguió por media hora sin darse cuenta de lo mucho que se había alejado de su hogar, de repente empezó a escuchar voces que parecían llamar a alguien, en eso la extraña criaturita lanzo un sonido y corrió velozmente a la salida del bosque de donde provenían aquellas voces.
Cuando Sháo se acerco entre los arbustos para ver lo que sucedía, vio a muchas criaturas muy parecidas a ella, unas más gordas y otros altos y morenos que otros, estaba confundida no sabía que había criaturas iguales a ella, quería acercarse pero le daba miedo pensar como podían reaccionar ante ella aquellas criaturas, así que un poco desanimada regreso al bosque.
Pasaron varios días y parecía que Sháo estaba en las nubes, en lo único que pensaba era en aquel lugar y aunque Sháo siempre estaba rodeada de sus amigos del bosque, ella deseaba explorar esas tierras, pero le daba miedo el ser rechazada.
Un día volvió a escuchar el sonido de aquel extraño animalito de hace varios días, apresurada salió en su búsqueda y cuál fue su sorpresa al verlo no solo a él, si no también a una criatura semejante a ella que estaba jugando con el extraño animal.
Sháo trato de esconderse tras un arbusto, pero el sonido del helecho la delato, lo que llamo la atención de su semejante – ¿Quién anda ahí?, ¡una joven!, hola me llamo Qing Ji y tu ¿quién eres?- le pregunto, y ella asombrada de que podía hablar y al mismo tiempo asustada salió corriendo a las profundidades del bosque.
Qing Ji la persiguió por un buen rato, cuando logro alcanzarla y la miro a la cara, Qing Ji quedo asombrado por su belleza, pero Sháo creía que había quedado estupefacto por lo fea que era y salió corriendo.
Varios días pasaron y Qing Ji siguió buscándola sin detenerse, hasta que un día mientras caminada por el bosque la encontró, - amiga mía, he estado buscándote,- ¿cuál es tu nombre pequeña doncella del bosque?- le dijo, Sháo asustada trato de huir nuevamente pero esta vez Qing Ji no la dejo escapar
- tienes que venir al pueblo conmigo, todos son muy amigables-
- mi nombre es Sháo y lo siento no puedo acompañarte nunca he salido del bosque, quiero preguntarte porque eres parecido a mi- le respondió.
Qing Ji se presento formalmente y le volvió a pedir que la acompañara al pueblo y que ahí había muchas personas parecidas a ella, Sháo no sabía qué hacer, sentía una gran curiosidad por ir a aquel lugar llamado pueblo, pero era tan tímida que no se atrevía a salir del bosque, así que le pidió que se marchara.
Durante varios días, Qing Ji iba diario al bosque a visitar a Sháo, animándola cada vez más a ir al pueblo, hasta que un día las criaturas del bosque se dieron cuenta de lo que sucedía – nuestra querida amiga Sháo, tu siempre nos has ayudado y aconsejado, por eso ahora nosotros te decimos que vayas y explores nuevas tierras, nosotros siempre seremos tus fieles amigos- le dijeron.
Sháo pensó en eso durante varios días, hasta que acepto la invitación de Qing Ji de ir al pueblo, camino al pueblo, Sháo estaba extremadamente nerviosa ¿qué van a decir de mi?, ¿les agradare?, ¿me verán como un monstruo?, miles de preguntas cruzaron por su mente en aquel momento, tanto que estuvo a punto de rendirse y regresar al bosque, pero Qing Ji no la dejo y la animo a seguir adelante.
Cuando llegaron al pueblo, Sháo inmediatamente llamo la atención de todos y en menos de un minuto se rodeo de personas, Sháo estaba muy asustada ¿tan fea soy que horrorizo a tantas personas? Se cuestionaba.
En eso una pequeña niña se acerco - ¿eres una princesa?, ¿quieres ser mi amiga?-; estas palabras confundieron enormemente a Sháo - ¿princesa, yo?, ¿por qué querrías ser amiga de alguien tan fea como yo?- le pregunto.
Qing Ji soltó una pequeña risa hacia lo que Sháo había dicho, se acerco y le dijo – Sháo, mi pequeña doncella, ¿tan ciega estas que no puedes apreciar tu propia belleza?, no solo eres bella por fuera, tu corazón también es bello-, Sháo miro alrededor y vio a aquellas personas que la rodeaban sonriendo y dándole la bienvenida.
Sháo se sintió muy feliz de haber sido aceptada y algo arrepentida por no haber ido antes al pueblo, a partir de aquel día todo fue felicidad, se dio cuenta de que ella había prestado demasiada atención a lo que la gente pensara de ella y que eso le había impedido muchas veces ir a explorar nuevas tierras.
Así que Sháo, junto con Qing Ji, las criaturas del bosque y el pueblo, comenzaron una hermosa relación de amor y amistad que perduraría para siempre. |