Que si es la luna o quizá el sol,
si soy yo el que te sueña,
o si dormido siento un solo silencio parametrado,
si sueño de día, o vivo de noche,
transcurren diez mil palabras,
mientras me pregunto:
¿valdrá la pena pensarlo?
Condicionales enredados húmedos de formas sinuosas orbitando:
¡Llevo cincuenta mil neuronas trabajando!,
a causa de hacerme simple, la pregunta,
de si pensar es lo correcto,
en medio de tanta ruta.
¡Dejarme llevar por supuesto!
engañar al intelecto,
contar hasta diez para evitarte,
y cuando vivo el segundo previo del intento,
mis ojos te anuncian mareados en perfume,
despertando entre las nubes.
Y si lo pienso -me digo yo-,
puede ser de espaldas,
¿o será mejor hacerlo directo?
¿desde el segundo piso o desde el décimo?
a gritos o quizá en silencio mirándote esos ojos bajo pleno allanamiento,
sin luz,
bajo las sábanas,
de la cama de este maldito hospital |