Divorciados Pecadores
...el Arzobispo administraba las Hostias, y los hombres, ordenados en fila, pasaban delante de Monseñor, comulgando como buenos cristianos.
Para finalizar el Acto, la Autoridad Eclesiástica saludó a cada uno de los devotos, con un agradable: -“La paz sea contigo”.
Una voz en off, anunciaba: - Concluimos con la transmisión en directo desde la Cárcel Central, de la Ceremonia en la cual comulgaron los reclusos...
Y el Flaco meditaba: “Cómo lamento integrar esta sociedad hipócrita y despistada, en estos tiempos de caos.
Esta gente que está recluida en Cárcel Central, son delincuentes de guante blanco, que por razones obvias, no son enviados a los establecimientos pesados, pero son delincuentes al fin.
Están comulgando delante de las Cámaras de Televisión, a la vista de quienquiera verlos.
Días pasados, el Papa recordó a los católicos, que los Divorciados no pueden comulgar, porque el lazo matrimonial primario, continúa vigente, de modo que la mayoría son vulgares bígamos, y solo Dios, Royalties mediante, puede dejar sin efecto, la fracasada unión primaria.
Hay muchos célebres casados, cuyos vínculos han cesado, por los buenos oficios de la Iglesia.
No se trata precisamente de pobres ni menesterosos.
Pero bueno, aceptando la censura a los divorciados, quisiera imaginarme la confesión de algunos de los hombres que comulgaron hoy:
Cura: - Ave María Purísima...
Preso: -- ¿Como dijo?.
- Ave María Purísima...
-- No conozco ninguna.
- Está bien hijo, ¿que tienes para confesar?. Te escucho...
-- Mire Padre..., es la primera vez que me confieso, y no se por donde empezar...
Creo que el primer pecado que cometí, fue cuando violé a la vecina de enfrente..., pero en realidad, ese fue un acto natural que no revestía gravedad
La cosa sí se complicó cuando llegó el novio, y no tuve más remedio que hacerlo pomada, delante de la guacha.
Como la única testigo del crimen era ella, no me quedó más alternativa que eliminarla para que no me deschavara..., y hasta hoy, gracias a Dios, no me han descubierto...
Pero lo que me trajo aquí es algo mucho peor, resulta que...
- Está bien, hijo, es suficiente, reza tres Padre nuestros y un Avemaría.
-- ¿Y eso que es?
- Ve con Dios, hijo mío, que estás perdonado...
“Supongo que el pecado cometido por un divorciado, que huyó de su casa escapando de la defenestración y el desprecio de su cónyuge y sus hijos, es mayor que el Asesinato, la Violación, el Robo y la Rapiña..., y peor si luego de rodar como rodé yo..., logra construir un matrimonio exitoso...
Eso no tiene perdón del Papa, porque es evidente que Dios, en muchos casos, no debe pensar como Su Santidad.
Sin dudas, quienes dirigen la Iglesia, conocen mucho de justicia terrena, pero son ignorantes de la Justicia Divina.
Por eso, el Dios está dentro mío, y es guía y destino de mi camino.
Solo reconozco una voz: la que viene de mi interior, y me avisa cuando estoy errando el camino, me calma cuando estoy airado, y me consuela ante la injusticia y el agravio.
Esa voz me ordenó retirarme de mi hogar, como respuesta a la afrenta y el desprecio.
Por eso nadie lloró.
Nadie se sintió afectado ni ofendido.
Todos los que me rodeaban, estaban esperando que se fuera el Ogro, así tenían el camino libre para actuar a piacere, sin un padre vigilante y condenador de malas acciones.
Y nadie pensó en mi, que quedé sin familia, sin futuro, sin planes y transitando un sendero cuyo final desconocía.
Nadie preguntó si sufría, o como me sentía.
Aunque sí me segregaron, los amigos con familia constituida, aquellos que estaban seguros en su hogar, no fuera que mi conducta se tomara como ejemplo por los exitosos padres de familia de intachable conducta..., como si no los conociera.
Y tras de cuernos, palos. La Iglesia nos condena, descalificándonos en una Sociedad de pecadores, corruptos e hipócritas.
Y aunque muchos divorciados somos correctos, respetuosos de las Normas Sociales, la Etica y la Moral, estamos considerados escoria, aunque reconstruyamos nuestra vida, y vivamos alejados del pecado y las tentaciones mundanas.
Quiero a la Iglesia, la respeto, y pienso que es tan necesaria como cuando Cristo la fundó, pero discrepo con algunos de sus preceptos, ya que los hombres y las mujeres, muchas veces caemos, y en lugar de ayudarnos a salir de situaciones penosas, que no hemos buscado, somos tratados como vulgares infractores a la ética y la moral.
Mi voz interior me dice que debo callar, y tratar de comprender.
Una vez mas le haré caso, pues siempre tiene la razón y la Verdad.
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