(Porque dije o no dije algo,
mi hija me declaró: 'Es que
tu ya no me quieres"
Creo que se refería a un día
en que dije que no se veía
bien en una fotografía
y ésto dicho por su padre (!).
¿Que yo ya no quiero a mi hija?
Le escribí esos versitos
y se los puse por su almohada.
Viendo su carita de ángel
cuando soñaba en su cama).
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¿Que no ves hija querida
nuestro retoño tercero
que tu guardas el encanto
del rocío mañanero
en el pétalo de una rosa,
de la rosa eres el pétalo,
y la rosa de ese jardín
y haces del jardín un edén
y que tu eres el edén
de tu viejo cuando con él?

Eres tintes después de lluvia
de arco iris por la montaña
y tu rostro es el color
de los días de mi invierno
tu naricita, tu piel, tus ojos
y tu dulce y tierna sonrisa.

Tu risa es cantar de pájaros
por cientos que burbujea
entre ramas y entre hojas
como un juego de escondite
entre zenzontles y calandrias,
canarios y hasta periquitas.
Tu risa y tu alborozo hacen
que el corazón de tu padre
se desborde de alegría.

Al firmamento subió Euterpe
a robarle el pícaro titilar
a las estrellitas del cielo
trayéndolas aqui a la tierra
lo colocó en tus chinos ojos
que ahora brillan desde adentro
con rayos de luz que iluminan
el alma del que ama a tu madre
quien lo siente ¡Tan bonito!

De modo que ¿Ves hijita?
Eres preciosa, eres mi gema
y me das con tu existir
mi razón para vivir.

Así decía tu abuelita
cuando hablaba de sus hijos:
"Ustedes, nuestros tres hijos
son la más pura expresión
del amor entre tus padres".
Ven acá mi morenita
y dale a tu padre un beso.
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Creo que estos versitos
la hicieron pensar un poco
pues la próxima mañana
llevando el poema en la mano
me dió un besito en la frente
diciendo "Muchas gracias, papa"