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EL COMBATIENTE
Donde estuvo, donde la vida lo llevó, siempre fue un combatiente. Un buen luchador, por todo y por todos. De niño, de joven, como adulto, incluso siendo viejo, siempre pelando en luchas que generalmente no eran suyas, pero que él tomaba como propias. Buscaba siempre controvertir, oponer, camorrear, con la piedra, el palo, la molotov en la mano o con la palabra convertida en punzante retórica o solamente como leperada o mentada de madre que también duelen.
Fue un combatiente porfiado en contra de la injusticia, peleó con denuedo por defender a los pobres de los ricos. Olvidando que muchos ricos no son culpables de serlo y mucho menos de que los pobres sigan siendo pobres. Él no hacía diferencias, siempre generalizaba. Denostaba contra la sociedad porque no ayudaba a los marginados, pero en su plan de lucha jamás hizo una propuesta de cómo hacerlo, él sólo peleaba por eso, por aquello. Fue un contumaz sedicente adalid de los desprotegidos, creyó que con darle cobijo, comida y un poco de afecto a unos cuantos era suficiente para que se le reconociera como el gran guía o gurú de la reivindicación social, en forma grosera confundía la limosna con la filantropía. Era tanto su afán de luchar por hacerse notar, que pregonaba sin ningún recato sus actos, olvidando la más elemental discreción y aquello que dice: “Que no sepa tu mano izquierda, lo que hace la derecha”
Llevó al extremo sus ansias de combatir, que lo hizo en contra de aquellos que de buena fe se le acercaron para que reconsiderara su actitud, se dijo incomprendido, no amado, acorralado por todo y por todos. Se apartó entonces amurallándose en su soledad, peleando consigo mismo en cruenta lucha de conciencia que lo ocuparon en sus últimos días.
Finalmente, mi buen amigo, el gran combatiente murió entre denuestos contra la vida, en un amanecer nublado, como en medio de una alegoría muy propia de él, en donde el sol luchaba por dejarse ver y las nubes parecían puestas de acuerdo para que eso no sucediera.
Al atardecer, la madre tierra recibió el cuerpo del camarada que hizo de la vida una lucha constante en favor de los demás y olvidó por eso, establecer la verdadera e importante lucha que debemos iniciar y ganar antes de empezar ninguna otra: la lucha por encontrarnos a nosotros mismos, para vivir de la mejor manera posible y entonces sí... poder morir en paz.
Jesús Octavio Contreras Severiano.
Sagitarion.
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Texto agregado el 26-02-2010, y leído por 751
visitantes. (7 votos)
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Lectores Opinan |
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22-04-2010 |
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Todos de alguna forma somos luchadores, la diferencia es, como el texto lo plantea, que a veces unos piden mas reconocimiento que otros, sus batallas aspiran a lo heroico y usan la violencia como remolque a sus peticiones, es una opcion válida, incluso necesaria,; pero, como todo en la vida conlleva la posibilidad del fracaso y de la injusticia. Es un buen texto, tiene algunas virutas que se podrían sacar, como el exeso de adjetivación "contumaz sediciente adalid", "...punzante retórica o solamente como leperada o mentada" , "gran guía o gurú" , "la verdadera e importante lucha que debemos iniciar y ganar". Pero son detalles absolutamente inferiores en tu texto. He seguido tus escritos y me gustan mucho, este no es la exepción. Un abrazo. andresgonzalo |
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20-03-2010 |
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Magnifico texto,excelente para la reflexión.besote ALMAGUERRERA1 |
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28-02-2010 |
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Obviamente, es un texto sin invención de ninguna clase. Pintas a un ser humano con todas sus contradicciones: por un lado hace el bien, por el otro lo pregona. Alguien necesitado de reconocimiento, y mucho. Tal vez, no conoció el amor en su sentimiento más puro. No es fácil escribir –tan objetivamente- sobre alguien a quien se ve que querías tanto, y tú lo has hecho con toda la delicadeza y la diafanidad digna de quien sabe respetar la naturaleza humana, de quien acepta a un amigo con sus debilidades y fortalezas y de quien comprende que así es el ser humano: una amalgama de todo lo que compone al universo. Un texto reflexivo y de gran calidez humana. Fraternal abrazo. Sofiama |
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27-02-2010 |
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Hay quien se olvida de sí mismo por los intereses de los demás. Suele suceder, pero hoy cada vez son menos, la mayoria de las personas en la actualidad, son individualistas, egocentricas, apaticas y poco preocupadas por el entorno que los rodea. Hacen falta tipos como el que mencionas. Perdon amigo, si le di una lectura diferente a lo que escribes. Siempre es un gusto leerte. Saludos. Azel |
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26-02-2010 |
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Un combatiente muy especial,olvido la lucha mas importante.Me parece un texto rico y digno de tener en cuenta como lección de vida ,por lo menos para mi.A veces es tan fuerte la nececidad de ser reconocido que uno olvida hasta la causa de su lucha.********* shosha |
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