Basta de rúcula, endibias, escalopines y cilantro
volvamos al tuco, los fiedeos, la ensalada mixta y el perejil.
Basta de Cassei defensis, extracalcios y antioxidantes,
volvamos al pan casero, el queso mantecoso y el yogurt entero y firme.
Basta de cocciones al vapor, verduras al gratén y carne de suricata semicruda,
volvamos al vacío a las brasas, el puchero de dos horas y la bolognesa de toda la mañana.
Basta de sushi, soja, tofu, wok o algas nori;
volvamos las papas fritas, las hervidas con perejil o el coliflor con salsa blanca.
Basta de tacos, totopos, nachos y chiles jalapeños;
volvamos a las empanadas, las sopaipillas, los pasteles fritos y las humitas en chala.
Volvamos a las fuentes!!! A las de tallarines caseros, a las de carne al horno con papas.
Volvamos a la tierra; a los camotes asados al rescoldo, las papas ahogadas con salsa blanca o las zanahorias en escabeche.
Volvamos a las aguas nacionales; a la corvina a la vasca, la zamerlu a la romana o el dorado asado junto al Paraná.
Volvamos al dulce de leche, el alfajor santafesino, los huevos quimbos y la ambrosía cuyanos.
Argentinos, argentinas, volvamos que la comida está servida. |