El lavadero de oro.
En 1982, en viaje hacia un lugar, por la cuesta de lo Zárate, serpenteando por un atajo, de repente me encuentro con un arroyo que atravesaba una huella de camino, muy rural diría yo y veo dos hombres haciendo unas maniobras extrañas para mi
Paro el vehículo y les pregunto...
---Buenos días--- soy el vecino nuevo.
Me bajé y me presenté. Eran dos campesinos.
Eran viejos, su cara curtida por el sol, indicaba que sus vidas habían sido duras.
Ellos vivían en una casita aledaña al estero.
Uno de ellos era el dueño del lugar, el otro era su cuñado y hablaba menos.
El dueño me contó que estaban ensayando con una canoa para extraer oro.
--- ¿Cómo?--- sale oro por aquí--- pregunté intrigado.
---Claro---me dice---- el campo que compró usted fue un lavadero de oro. Durante la recesión del año 1930, yo era minero en el norte, y en esa época nos mandaron a esta zona a extraer oro. Toda esta zona era un lavadero de oro.
---Mire--- ahí ese monolito indica el pedimento de este lavadero---mostrándome una especie de marca hecha en cemento y fierro, por lo menos así me pareció.
--- ¿y cómo lo sacan?---pregunté. Se dieron cuenta que yo no tenia idea y el dueño me empezó a explicar sin ocultar nada.
---Bueno ---dice, esa estructura de madera de unos 50 centímetros de ancho y unos 3 metros de largo y 20 centímetros de alto, es una canoa.
Mientras hablaba yo observaba.
Estaba hecha de madera completamente y en su base había una rejilla fina que actuaba como un harnero. La canoa estaba ligeramente inclinada en la misma dirección del agua y tenia una pequeña puerta de madera, para regular la cantidad de agua que ingresaba a ella.
Debajo del harnero, tenía un pañete de color amarillo.
La inclinación en la misma dirección que corría el agua servía para darle velocidad al pequeño torrente
que permitían ingresar a la canoa, para arrastrar el material del arroyo, con el cual alimentaban la canoa.
Al final se recogía todo el material fino que había pasado por el harnero, el cual lo vaciaban en una especie de sombrero chino hecho de metal, que ellos dijeron que se llamaba chaya.
Alimentaban la canoa con paladas de material que extraían del arroyo, especialmente cerca de la circa.
La circa es el fondo del arroyo y que es impermeable por lo tanto las partículas más pesadas siempre se encuentran ahí.
En cuanto se acumulaba suficiente material fino capturado en los pañetes, pasaban a trabajar con la chaya, paraban el paso del agua mediante la compuerta de madera, y procedían a trabajar con la chaya, la cual la movían con ambas manos sincronizadamente dándole un movimiento tal que hacía que el contenido circulara contra las manecillas del reloj.
El contenido o el beneficio como le decían, era típicamente un material fino y negro, el fierrillo como lo denominaban, al hacerlo circular de esa forma, se iba separando por la fuerza centrífuga y lo iban botando con los dedos, sacándolo de la chaya hasta que al final quedaba sólo el oro, oro en pintitas que me tocó ver y comprobar....
Lo encontré maravilloso y pensé en hacer lo mismo en un estero que pasaba por la propiedad....
Tursol
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