Esto de pensar es que no se me da bien, acabo siempre cabreado. Hoy me enfadé con una palabra; con la palabra “libertad”.
Seguro que se han fijado en la capacidad polisémica que tiene la palabra de marras y con qué distintos significados, o con que distintos fines se ha utilizado y se utiliza.
“La libre interpretación” del concepto es merecedora de un replanteamiento.
¿Se puede ser libre hoy día, inmersos en este sistema? Nos podríamos plantear si alguien en estos tiempos es capaz de tomar una decisión por si mismo; sin ser influidos por el marketing, los medios de comunicación, las campañas de concienciación… Y no me vale aquello de que es más libre el que menos tiene… porque la libertad de comer es algo muy serio.
La libertad deja de serlo cuando tropieza con la ética, siempre que se sea medianamente ético; o se convierte en delito y corrupción si te pasas la deontología por donde te viene en gana.
¿Qué es entonces la libertad? ¿existe realmente?
Oigo a quienes reclaman una Cuba libre, cuando también estoy harto de escuchar del megalómano orador su convencimiento de que la bonita isla es precisamente eso, un ejemplo de libertad.
Hitler ejerció su particular "libertad", la de aligerar a su manera a la poderosa raza aria de la república de Weimar, aunque el pueblo judío y el mundo en general excepto alguna excepción (Franco, Vaticano…), estuviese mas o menos en contra.
Franco nos liberó de los rojos, pueblo a pueblo, daba igual que fuese en contra de lo que habían decidido más o menos libremente los ciudadanos.
Nos encanta la libertad de poder comprar en domingo; pero nos cargamos de un plumazo la libertad del descanso dominical de los que nos atienden en nuestra compra del séptimo día.
La Biblia, según dicen, nos hace mas libres; aun cuando el renunciar a ella nos hace tener una visión más objetiva y universal del mundo.
La economía es cada vez mas libre caiga quien caiga; con la natural oposición de los que caen, que normalmente son los mismos una y otra vez.
Y es que lo que no me explico es que en un mundo donde gozamos de tantas libertades ¿Cómo es posible que sean tan distintas?. El protagonismo de la historia lo tiene una sucesión de “liberaciones”, cada una con sus lecturas y con sus atributos.
Parafraseando a José Luis Perales “Me gusta la palabra Libertad”.
Para definirla recurriría a Benedetti, que en “Primavera con una esquina rota” la colocó de forma genial en boca de una niña: “Libertad es una palabra muy grande”.
Para encontrarla me valgo de Calamaro: “La libertad la conocen los que la perdieron”
Para buscar sus orígenes, acudo a Octavio Paz “Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día”
Semánticamente, no existe palabra mas pisoteada y oprimida, se tergiversa, se vapulea, se la desprovee de contenido y se ridiculiza su uso y su función. La exigimos sin pensar en lo que decimos y la convertimos en banal. Casi me imagino un expositor, con libertades para todos los gustos… baja en calorías, para diabéticos, sin gluten, al ron, a las finas hierbas, en su jugo, fileteada, con verduritas… "póngame medio kilo de aquella, que parece tierna".
Nótese que no he nombrado a Bush… pero como dijo Nicanor Parra “USA, ese país donde la libertad es una estatua”.
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