Todos los dias a las diez, llegaba Amelie a pedir lo mismo en aquel pequeño restaurante del romantico Paris...
"Un chicle de menta por favor"
Sacaba monedas de su vieja chaqueta para asi pagar su unico antojo posible, jamas se dio cuenta que hacia mas de tres meses un apuesto extraño la observaba siempre desde la misma mesita junto a la ventana, salia igual de ensimismada en sus pensamientos mientras que el enamorado suspiraba por su amor...
Cuenta la historia que un dia, Amelie le miro, y se quedo prendida de sus ojos, fue igual para ella, un amor a primeva vista, si, de esos que dicen que no existen, pues asi fue, hubo boda, hubo champagne, hubo celebraciones de todo tipo para aquella pareja que parecia lograr la felicidad, un dia Amelie sintio malestares raros, llena de alegria corrio al medico pensando estar embarazada, pero despues de muchas pruebas el resultado fue fatidico, cuando mas viviria tres meses mas, un tumor maligno abarcaba su cabeza, tomado como rehen su cerebro y sus facultades...
Los dias fueron pasando uno a uno, el enamorado esposo veia como dia a dia su amada perdia todo, un dia cualquiera a media mañana Amelie abrio las alas y se echo a volar en los brazos de la muerte, se rindio, se le acabo el tiempo, se fue sin decir adios, desde entonces todos lloran cuando se le ve a un hombre desgarbado y con cara de inmenso sufrimiento todos los dias a las diez, entrar en aquel mismo restaurancito y pedir un chicle "de menta por favor", lo toma, mira al cielo y dice... "Para ti Amelie"...
|