Comenzó a nacer en la planta de sus pies, salió por su garganta atronando el aire.
Rozó una nube y realizó el vertiginoso descenso.
Con la fuerza de un rayo cayó sobre una roca perforándola.
Con cada nuevo grito la roca fue desintegrando. El último grito dejó al desnudo un corazón de cristal.
Acariciado por el sol, todo fue bañado por una luz pura.
Una figura etérea se manifestó desde el corazón. Él
quedó de rodillas. Se acercó y abrazándolo con infinito amor secó sus lágrimas, besó su frente y con una voz angelical tocó su esencia llamándolo; Hijo mío.
Participante del reto Cien.
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Texto agregado el 20-02-2010, y leído por 781
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Lectores Opinan
24-05-2012
Si hubiera sido "ella". Sería como la victoria de dar a luz.Eso me imaginé. Hermoso.***** pantera1
26-04-2011
Alumbra!... alumbra el interior del corazon! piara