DE ESTATUA EN LA CALLE
Morado su atuendo y el rostro impasible,
Junto a “mi platero”, inmóvil y erguida,
La vi esta mañana…, mirada perdida,
Ni un músculo mueve..., ¡parece imposible!.
Ante una moneda, se torna sensible,
Vuelan sus manitas, como agradecida…
¡Pobre de esa niña, que aguanta, aterida,
La lluvia y el golpe del viento irascible!...
¡Que si hace de estatua, no es por un capricho!...
¿Qué otra cosa haría, por poder yantar,
Y así, liberarse del temible nicho?...
Le sobra vergüenza, para mendigar…
Lo que hace, es bien noble, como queda dicho…
¡Semeja una imagen, de las de adorar!.
¡Sonríe, indulgente, la Virgen Maria…
Sabe que mi verbo, no es de idolatría!
EMILIOSALAMANCA
19 Febrero 2010
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