Todo cambia todo se transforma.
Lunes cinco de Abril del dos mil nueve.
El reducto se colma de gérmenes invasores, de distintas maquetas de la naturaleza. Contra el plano energético de la cordura, del contorno hecho mosaico. Desapercibidos como higos en la fuente.
Cual úlceras en los paisajes de alguna fotografía, de alguna lengua atrevida.
Con la ayuda desinteresada de una gran amiga del alma, un hombre desentierra los huesos de un tal Ramón, un compañero de oficina que asesinara en épocas pasadas, décadas que siempre serán distintas. Juntos arman el esqueleto entero, quien enseguida adquiere vida.
No obstante lo convencen de que murió de otra manera, secuestrado por militares, donde apareciera en una fosa común con otros desaparecidos. Para, previa segunda parte del engaño, colocarlo a derretirse en una hoguera.
Pero de aquel mismo fuego donde el esqueleto viviente quedara hecho cenizas, de donde prescindiendo de oídos, se fuera escuchando la confesión del criminal acerca del verdadero destino que le tocara en desgracia, ahora nuevamente emerge del crematorio pero por fin vestido de carne y huesos, además con ropas arriba de color colorado.
Y utilizando poderes sobrenaturales los reduce a estar atados con sogas invisibles, sobre un árbol mágico, con hojas en apariencia como apesadumbradas, ha ser azotados con otra de grueso trenzado.
Pero el Sauce se troca en mujer, en mujer gigante, que rauda se pone a acunar a los personajes en su regazo.
Entre los bustos de la señora, quedaron boyando como dos felinos; pronto deslizándose en tobogán sus plumas por el cuerpo hasta por fin llegar al propio suelo del restaurante. Donde sin remedios, con sorpresa, estampan sus uñas en la cerámica dibujando la desesperación por lo sucedido.
Rafael y Micaela maldicen a Ramón cual enemigos, pero suplicando perdón, exigiendo agradecimiento por la alquimia conseguida, por los años que quedan a vivirse por delante.
Por otro lado, días más tarde, otro hombre, llamado Lenon, se encuentra aguardando en una esquina céntrica, en la avenida Callao, que alguien venga a buscarlo para ir hasta una supuesta oficina, donde deberán de entregarle un dinero por la venta de unos terrenos. La calle transversal está interrumpida porque desde ahora ha de llevar otra asignatura, con su debido congestionamiento haciendo sonar los bocinazos. Se siente estafado.
La persona en cuestión que Lenon espera es nuestro Rafael. Quien con previa tenacidad se ha convencido de que debe reintegrar el dinero que le confiara el vendedor, teniendo intenciones de cumplir con lo pactado.
Pero cuando resignado daba la vuelta, para cuanto menos evitar esperar en vano, se topó con él, quien se interpuso en su camino, solicitando que lo acompañe hasta su domicilio.
Aunque después, al momento de contar el dinero fresco, al igual que a su turno Ramón, decidió quitarle la existencia, asestando una certera puñalada en el medio del pecho, a la altura del afamado corazón.
Y de vueltas a nuestro crematorio, este que milagroso funciona con alcohol etílico, donde las llamas son aspas de una fabrica de seres. Para enseguida quedar con el esqueleto expuesto al viento de las llamas azules. Directo frente a las burlas de tipo de niños de toda la concurrencia. Donde el diablo de Ramón festeja aplaudiendo con brazos de pura fibra musculosa
el poder esculpir al dente al recién asesinado.
Pero el esqueleto de Lenon hace pupa para arriba, como queriendo acompañar al alma, que en las adyacencias espera cual bombero.
Resulta divertido para la propia Micaela y para todos, contar dinero bañado con los reflejos del fuego, alegrando la mirada, y la perpleja inocencia del deshecho humano.
Lo opuesto al Lunes, pues es el punto más lejano, es su hora veinticuatro.
Lenon poco a poco se fue transformando en un ente de color celeste, con nubes sobre la mollera que hacen llover cual regadera.
Pudiendo salir de las nuestras llamas intacto como antes, enseguida yendo al Sauce con forma de mujer abrasadora, de madre de paso que luego se desase en la primavera, hasta integrarse al grupo, casi sin rencores. Como queriendo explicar lo que es el cielo de Dios y describir su textura con abundantes detalles.
Lenon ocupa el espacio del restaurante haciendo una danza de expresión corporal, con el aditamento de con mucha pasión recriminar a Ramón por ser un asesino serial, por no valorar la existencia como tal, ajena a nuestros bajos instintos.
Hasta hoy día, nadie ha podido cual plaga erradicar la pobreza, solo mejorar la calidad de vida:
hacer que el barro en la lágrima se filtre hasta dejar transparente el torrente, pintando un surco en la cara del cosmos. Por el resto todo sigue en escalera, en pirámide con la punta estrellada.
Pues ha de ser que lo importante es estar, si es posible contemplando el rebaño sin quitar niente.
La hoja vacía.
Bueno, como les venía contando:
De niño sufrí de sin-números de abusos, sexuales, de violencia física, de atentados callejeros.
Fueron todos contra mí, mis padres, hermanos, algunas sirvientas pagadas, tíos, primos lejanos, seudos-amigos.
Peino canas pero hasta la fecha no he podido modificar las circunstancias. Y todo porque decidí por mi cuenta anotarme de Boy Scout, ese fue el gran desafío, cumplir para la Corona, donde ni si quiera me conocen pues no pude continuar la misión.
Pero ahora tengo un sobrino de tres años que está pasando por el mismo trance, aun no sé como hacer para ayudarlo. No estoy desesperado pues yo me críe de la misma forma y se puede seguir para adelante.
Pero llega un momento que comienzas a querer matar a tus agresores de forma serial, aunque sientes que la cifra será siempre insuficiente y por ello terminas por desistir de hacerlo.
De todas maneras, calculo que el fin es que me encuentren culpable cuando la sociedad descubra que Nicolás efectivamente ha sido abusado.
Es muy difícil que alguien pueda imaginar como posible semejante empresa. Que puedan existir tantos terroristas locos y mancomunados para tan bajo fin. Que el propio padre le meta el dedo en el culo por encima del pantalón mientras le amasa el miembro, que la madre le coloque Viagra en la sopa para que permanezca por horas erecto, que la sirvienta lo haga gatear desnudo por la tierra cual perro que tiene parásitos para así lastimarle la colita, que la abuela lo haga jugar con electricidad para que eventualmente quede electrocutado.
Lo mismo observo de los alzamientos populares por causa de crímenes, o abusos de similares, donde dichos participantes del pueblo allegados a las víctimas, vecinos vestidos de gorras con mochilas, atacan a cuanta persona se interponga, o la propia autoridad.
Lo que hoy a mi sobrino y antes a mí, ahora lo está padeciendo mi querido país.
Observen en la teve, que detrás de unas sonrisas diabólicas que se esgrimen, se esconden los objetivos de querer hacer salir el sol de entre los nubarrones; o viceversa.
Voy a seguir adelante pero primero sepan disculpar el bajón de resulta tan descarnado relato.
Con sabor a talco.
El glasé envuelve la pimienta helada,
La pobre oscuridad de la noche en penumbras.
De carabinas detrás de la absurda gallina,
Muy lejos de quebrar el cristal sucio en la piedra.
Antaño recuerdos de humo en los tiempos,
De nada menos que sal arena esparcida en el viento.
Atlanticitis.
Al observar a sus dos compañeros de tripulación una vez más totalmente dormidos por estar ebrios, les propinó como de costumbre unos codazos certeros como para despertarlos por inútiles.
Pero "al estar este existencialmente arto de vivir en soledad", con apuro quitó el piloto automático precipitando el avión en picada sobre el inocente Atlántico. No obstante pueden escuchar con nitidez los gritos entrando de afuera pero nadie reacciona, nada los conmueve. Sus cuerpos tiemblan al compás del rugir de las turbinas. Pero el chofer se siente un estúpido, así piloteando un Supercar rumbo al infierno.
Luego de incrustarse la guillotina hubo que cerrar Guantánamo para reflotar las heridas hundidas en los Alpes. La cabeza de este rodó por el pueblo cual pelota que sale impulsada por la barranca lateral que espera en la lejanía. Mientras los verdulero piden perdón, por el error inútil de querer soñar mirando relojes, de provocar una distención en el paisaje que sufre sin tener que alisar cual prenda la superficie del agua mojada.
Pero nunca es tarde para recostarse en una matrimonial con un pueblo entero, entre un enjambre de duendes en los pelos de la mascota, como piojos en el hijo en época escolar.
La caja deja salir suave músicas de Pascuas, al sol con la espada filosa.
Poesía del bajo mundo.
Lorca está escondido
De bajo de lo prohibido.
Cae la noche cual cárcel
Quedando en un rojo pantano
Del gris atemperar.
Hecho trizas de espanto
cual mar eterno de exigua pasión.
Las pandemias del mal.
Coloqué dentro del sobre firmado, una boleta del partido gobernante, lista completa, pues siempre los he elegido, pero como ahora estoy disconforme ensuciada con bastante excremento; deberían de haber filmado los gestos del presidente de mesa poniendo rostro de Oligarca. Yo por mi parte, cual payaso barato, haciendo que duermo apoyado sobre la caja de cartón corrugado.
Deseo con toda el alma en verdad que impugnen dicho sufragio.
Pero para mi gran sorpresa, a los quinientos años de pasada la elección en cuestión, luego de ingerir la mamadera, cuando todos permanecíamos congelados esperando que el tiempo se digne permitir seguir participando, vuelvo para consultar el resultado definitivo, comprobando que han contabilizado mi voto como válido, ya que no existe ninguno que hayan anulado. La próxima depositaré un cadáver a ver si resulta.
Lo cierto es que todo ocurrió en la Cruz roja. Pero paradójicamente, me encontré con que aquí sin excepciones, estamos todos muy preocupados hablando casi con exclusividad del tema de la gripe A, de la Influenza porcina, de la cepa N1h1.
Pero en la sociedad hay un clima de miedo que espanta, dando a pensar que esta Pandemia puede llegar a complicarse temiéndose que ocurra lo peor, algo parecido aquella del año dieciocho que terminó eliminando a cincuenta millones de personas, lo que hace que se haga imposible permanecer indiferentes, callados sin opinar haciendo algún aporte necesario. Entonces fue que solicité atención a los gritos para dar concejos prácticos casi arengando desde una tribuna. Lo principal es la higiene, limpiarse las manos con asiduidad y persistencia, exclamé, más, cuando se tose hay que hacerlo sobre el codo para no ensuciar las manos.
Finalmente en tan solo dos años, el planeta se fue despoblando siendo unos pocos los seres que quedamos con vida. Vaya. Algunos tienen alas, otros narices de chancos, en muchos casos ambas cosas a la vez, pero por suerte siempre con el predominio de los rasgos humanos. Con decir que a uno le quedó el pito con forma de sacacorcho.
Cuando mi querida suegra duerme ronca que hace temblar las copas de los estantes. Debo de ser el único tipo que tiene los pelos parados como un pichón de Cardenal, además las uñas largas con filo en las puntas.
Así, con dicha contra mencionada, luego del desastre mundial, igual se mantiene incólume el sistema democrático, teniendo que presentarnos a depositar los sufragio en verdaderos nidos de Cóndores, ruines cajas de Pandoras.
Exclamaciones carentes de sentido, metáforas de esperanzas, urnas vacías con deseos a regañadientes de anhelar un mundo aunque más no sea con reminicencia del anterior que ya fue, que tanto a coro supimos maldecir con furia en aquellos clubes de barrio hoy deshabitados.
Los años que luego pasaron solamente fueron acumulando muertos, que fuimos apilando en el cementerio con cruces abrochadas en la propia democracia, pues que vayan al carajo, ni por las tapas pudieron detener la Viruela animal que hizo tantos estragos.
Pero finalmente, resultó ser una pesadilla real. El propio presidente tuvo que despertarme, por estar dormido sobre la Urna, incrustando el codo casi en la ranura mientras con la mano sostengo la cabeza, y por sobre todo con el sobre sucio de dicho "barro", que pese al desatino me permitieron meter en la caja. Por aquello recibí una reprimenda que fue acompañada por una arresto carcelario hasta que finalizó el escrutinio. Aduje que estuve descompuesto, que ese fue el motivo del desatino.
Pero al día siguiente tuve que regresar al propio establecimiento, pues a consecuencia de la participación en el tema de la gripe, devino en que me hube enrolado como auxiliar para trabajos de enfermería, para tal caso de resultar inprecindible. Apenas en la primera reunión, donde hubo que elegir un delegado que nos represente, lo primero que hice fue mojar el dedo índice exponiéndolo a la correntada del viento antes de pronunciar a quien prefiero votar.
Fuimos los primeros en recomendar a la población, los barbijos de forma obligatoria para tener que transitar por la vía pública, pero son tantos los reclamos por sostener las costumbres del libertinaje cual religión, que deprimidos por el gran fracaso preferimos quedarnos encerrados en la selva del hogar antes que intentar modificar las malas costumbres de desafiar al peligro. Un alud de improperios rodaron de los labios gigantes de la voz del pueblo para que nos apartemos de la misión de evitar el contagio. Gritos de Tarzanes de la gente enfurecida, por la negación de lo más que evidente, que es enfrentar con responsabilidad la adversidad, con medidas sensatas de asumir de prevención social.
Fue tal el descuido mundial, que apenas en semanas el número de contagiados se multiplicó de manera alarmante, pero aun así nadie hace caso de las medidas de prevención, motivo por el cual los integrantes de la Cruz roja tuvimos que salir con megáfonos a pedir que por favor que se pongan los barbijos de una buena vez, que reaccionemos impidiendo que se propague.
Somos los únicos siete infelices que tenemos la boca tapada como corresponde. Pero uno de nosotros cayó en las garras de inadaptados que terminaron por crucificarlo en un palo de luz al que le clavaron un travesaño. La triste escena se hizo menos trágica por el hecho de tener el barbijo colocado.
Hubo que volar con las alas batientes y desplegadas para poder escapar llegando al cielo, aun así existen distintos cadáveres que nos acosan desde que salimos tironeando nuestras piernas.
A nadie parece importar tener que morir súbitamente sin que medie una agonía.
El virus se hace cada vez más abrasivo, de traje y corbata yendo de pulmones en pulmones, haciendo que se llenen de infecciones en poquísimos segundos. Todo parece indicar que estamos frente al fin del mundo.
En la cumbre de otra dimensión montados en insectos gigantes que nos trasladan cual camellos por el desierto, a un supuesto lugar en donde podremos echar raíces, además de preparar nuestro regreso como haciendo una posta en el camino.
Nunca imagine que pudiera existir una terminal de micros en el propio Limbo, para todo esto el grupo de rescate quedó literalmente disgregado por completo, ya que no volvimos a vernos, sin posibilidad de reunirnos para continuar la tarea de rescate. Soy el único que posee indicaciones de la máxima autoridad de tener la obligación de regresar para continuar sofocando la pandemia de la llamada Influenza que aun conmueve al nuestro planeta. Pero en esta oportunidad cual justiciero para enfrentarme cara a cara con la cepa destructiva, que según me informan ha ganado un espacio importante en las diferentes sociedades, debido a que se ha convertido, particularmente dividiéndose en seres de gran tamaño con formas de monstruos, que de hecho están dominando al mundo, aparte integrándose a la vida política con total normalidad.
Rocío natural perfumado.
Se esfumó la noche en un segundo, ante la mañana color plomo llena de golondrinas portando fuego que hace resplandecer. El rocío adultero irrumpió en el cantar de la naturaleza cual taco de vino. Camino bajo el ardiente yugo del sol cargando las baterías que azotan la conciencia, alentando vanas esperanzas de hallar lo que se oculta detrás de lo invisible. Aunque monótona continuó su curso la noble vida cayendo de patas en el almanaque, mientras ventanas que golpean contra el muro de mis remordimientos soplan con vértigo una letra apabullante que confunde mi sentido de la orientación. Mis pensamientos se hacen palabras inaudibles que con recelo intentan alertar del peligro inminente. Pero el destino exhala una rotunda monotonía que termina por favorecer la sana hipótesis. Rival de puntería yo perforo su neblina con humo de tabaco, haciendo que mi figura desaparezca cual fantasma. Lanzo una mirada hacia el vacio de la nada pero me encuentro con un enjambre de imágenes que emergen aportando más luz. Hubiera podido renacer de haber muerto pero estoy yendo hacia el deceso con un tranco tan lento que arribaré tarde a la hora. El cielo se nutre pero ofrece su bienestar, puedo ver una lámpara mágica de donde sale otro universo benefactor. Imagino que soy el mozo que sirve pasando de lado y volviendo. Haciendo preguntas como pidiendo una explicación de para que tenemos una existencia. Precisas preguntas que luego repito y repito.
Crecí a la margen del rio, a diario bebo de su regazo. A la sombra del gigante duermo con hojas de abrigo que cubren el torso. Alegre del buen tiempo que hace soplar distintos vientos. Deseo quedarme a su lado hasta deshacer la hora en pedazos. Redonda de oportunidades está su margen, tan poblada, clavada una riestra de esperanzas. Fuera se pierde la ciudad, con sus veredas de lado, que cuando rebalsa son partes del propio rio. Su cuerpo solo divide la tierra haciendo mitades importantes; teniendo sus encantos separados pero por toda la eternidad.
Pero ahora yace ¡tan seco! que se hace posible ver el fondo, cual si fuera una ruta de zona montañosa donde hubo un alud de barro, con luces de neón de telón de fondo. De elegante luto se alza majestuosa su imagen, de entre el crecimiento urbano que no detiene la construcción alocada, y las banderas de distintos países que flamen sobre la autopista.
De pronto emergió una extensa muralla que hizo explotar el silencio en millones de partículas, majestuosa. Dentro de esta gran construcción que sale del propio rio existe funcionando un tren.
Sin pasaje arribe el primero, y me perdí por el delta.
El amor es una danza que perdura.
El sentimiento eterno.
El amor es perdurable hasta que abrimos los ojos. Donde la flama agita lo que la pasión sofoca.
Pero esa distancia es la frontera que marca el final del destino. La muerte sobre lo que caminas danzando entre nada.
Acabo de asesinarla, de deshacerme de su cuerpo hundido en las aguas. Puesto a descansar de tanto desprolijo desengaño.
Pero suena la puerta con detectives; solo de policías entrando a destruir con más encierro que la anterior.
Ahora los años pasan furiosos, también de una pasividad que azora.
No soy de agitar fronteras con remordimientos que pertenecen al pasado o al precipicio pero aquí conocí una nueva escala de valores como cosa fundamental. Vale arrepentirse de querer ser la moderna escala exenta de pecado atados al cielo ese que nunca alcanzamos ver.
Pero a la mitad de la condena por fin pudimos escapar por un hermoso túnel. Aunque quedamos con el desafío de asaltar, siguiendo andando por la cuerda floja.
Con el Tano fuimos los primeros en encarar la situación, enfrentando a los empleados que ignoran lo sucedido. Finalmente logramos un suculento botín.
Veo un desfile de ángeles posar frente al cobertizo, estamos repartiendo el dinero cada uno con mil billetes que agitamos cual lenguas.
Osos del pueblo.
Rocío sobre los cuerpos con gotas de perfume final
Las manos con olor a verano de ambos terminados
Blancas sábanas con pureza de infernal magnitud
De musas pegadas al mar cual besos en los labios
Dormí oculto en las redes sin mostrarme
La lámpara echando sonrisas que llegan al oído
Usted quería lograr un poco de mí alma
Un poco de mi sed que esparce dolor por el aire.
Hubo rotas costumbres que brotaron sobre la piel
Celeste del cielo que calló sobre nosotros
El tiempo que se detuvo sin alas
Con el corazón de compases quebrados
Salidos del efimero cuerpo de la insigne carne.
Heredamos los sietes rojos en la sien
El cielo esperando para trasladarnos
La razón salida sin encajar en el desierto
Pálida pólvora con ornamentos del Samurái.
Cobramos con serpientes en las manos
La hiel pomada del infierno quemando
Unas rupias que sonaron entre destellos
Entre botellas vacías de ninguna suavidad.
El emisario.
Barak Obama, actual presidente de Estados Unidos de norte América, en un reportaje televisivo, mató a una mosca. Pero enseguida se supo que montado sobre el insecto viajaba un hombre. Que resultó ser un emisario de otro mundo, pero de esta misma dimensión. Entonces fue que se utilizó la nueva versión de un robot muy pequeño, con la forma del propio Obama, pudiéndose hallar dicho hormiguero, y entablar una real comunicación.
Poesía lux.
Desnudo desato una onda cuestión que domina mi vida.
Estoy molido de tanto haber andado en circunstancias variadas.
Mi acento es como el de un viajero que fusiona muchos idiomas
Pasando la cordillera por el colador agujereado.
El sol ofrece sus pálidos rayos que nos ayudan
Vencida la vida retoza en la atmósfera agradecida.
Quiero decir buenos días pero los problemas me apabullan
Toco fondo mudándome al océano donde construyo un mundo cerrado.
El césped hace descansar mi ira relajando el cuerpo herido.
Las pupilas se iluminan de esperanzas que protegen mis anhelos
La mente pensativa busca permanecer en una responsable mirada.
Volando como aves las almas se apartan del ser abatido.
Onda preocupación sin sentido pues el tiempo la llanura adormece
Con súbitos estertores la miseria se desliza por las pieles.
Gime gentil el ocaso al oler el desgaste del conjunto
Algunos muriendo de miedo ante el frio que se traslada ambulante.
Cuento fuera de estación.
¿Cuanto más se hubiera propagado la gripe A de no existir el recalentamiento global del planeta, de no intermediar el llamado efecto invernadero? Además de preguntar ¿que tan maligna sería la propia gripe? Puesto que al aumentar la temperatura el virus pierde posibilidades.
La balanza se torció hacia el otro sentido, así golpeando su bandeja de cobre, sobre la cabeza de un vagabundo que allí duerme. Mientras tanto una parrillada deja oler su asado, con grasa tostada como para no desperdiciar.
Pero ¿Cuanto menos furiosos estarían los mosquitos de no arrojarse tanto veneno? Ya que dicho elemento destructivo finalmente los alimenta haciendo que se vuelvan nocivos.
Ahora el latón se ladea para el otro lado, provocando un riego inmejorable.
Esperemos confiados llenos de esperanzas, que el año anterior pasado, haya sido aquel que dio la poco recomendada generación de mosquitos con Dengue, pero el verano entrante no. Al ver como los hay a pesar del intenso frío siento que esta predicción oriental romperá su molde.
Fuego marrón.
La poderosa mentira que maldita logra al orgullo menoscabar
Llena de astros sin almas invade la mente con bajos instintos.
Huyo sin brújulas cansado de mascullar fibra amarga con espinas
Mientras el viento favorable escapa de los campos desteñidos.
Debo de olvidar el amargo sabor de la turbulencia
Además de incólume sostener la escasa cordura.
Explorar regiones con atinado recato
Alimentando el alma con renovados deseos de continuar.
Mi corazón de yute late con fuerzas de metal
Bajo el ímpetu de lo nuevo que urge
En una cápsula de hojas de acero
Levando absoluto dentro del tríptico azul.
Salida al mar.
El sol baña la superficie de piadosas palabras
Nuestro suelo se nutre del abecedario divino
Dura el universo presente aun con tristeza
Su vela retoza en el palo Mayor.
El alma rugosa teñida de eterna culpa
Mis manos se ahogan envueltas en llamas sutiles
Haciendo soltar cadenas que sujetan polvareda
Cuyo montón de resortes se tronchan a empujones.
Hice retozar la silueta en la inútil sombra
Con diligente rigor peinando vendavales
Flácido enmudecido de músculos acabados
Con nubes celeste que mueren a deshora.
Corteza que envuelve mi torso delgado
Raya con pluma la sangre cruel que admira
Pasando los días que tontamente giran
Entre luces mágicas estampadas en la fe.
Recueros de dicha cunden sabrosos
Bendito sea el lugar donde yace la cúspide
Con lógica fatiga mi cuerpo se desplaza
Cual reguero que conduce a la muerte.
Serena seis de luna.
Almas recubiertas de espíritus en la aurora
Inmensos arenales que la voz interior jadea.
La conciencia depura la sucia moral perdida
Arrastrada por ruedas de elegantes llamas.
Truenos que alientan la pérfida memoria
Puramente como flechas delgadas
Sobre pobres cuerdas resueltas en trenzas
Sumisas con formas de sencilla mujer.
Ibamos con el resto vestidos de paz
Embriagados de la briza espumante del llano
Repentinos irrumpiendo lo indispensable,
Húmedos cantando estrofas penetrantes.
Fatal destino de la tierra desprevenida.
Dorado en el cuerpo ido que repugna.
Desde la montaña hueca de soledad
un alud sereno descansa de la batalla.
Loco y sonado.
Llevo en el desafio del reto
la inmensidad del preso
aminado por la leyenda
dentro de sombras muertas.
También arrastro el sinsabor
de merecidas golpizas
que paciente resuelvo
lloroso entre perlas y lágrimas.
Atado a nuevas esperanzas
contra la espada del infierno
afiatado por mil pasos otorgados
en la inmensidad del encierro.
Vuelco mis huellas marchitas
sobre la ley del temperamento
en la piel abarcando un castillo
haciendo flores danzar al amanecer.
Valiente misiva.
En la rueda del destino va mi cuerpo rumbo a la nada.
Empujado por la salud malherida desde hace lustros
Haciendo flotar las raíces sobre aguas turbias perfumadas.
Cosas letales que se fueron acumulando en la cuerda.
Si estuve feliz no lo recuerdo aun haciendo memoria.
Suave es el horizonte recostado sobre el ataúd del aire.
Dios me pidió que no soltara su mano pero camino indiferente.
El sol sostiene lo último que queda en la parra lila que muta.
Necesito espuma donde escribir letras que hablen de melancolía.
En el remanso de una tarde cualquiera yace la serena despedida.
Unas canas tengo en la cuenta donde mis fotos dicen todo
La vida se va tan deprisa que no puedo darme cuenta
Estoy hablando de que el corazón flota en un reciente.
Tirano fui de mi mismo además acompañado de muchos diablos olvidados
Leones que rugieron quebrando la tierra con surcos de grandes mentiras
Con una moral dudosa donde la ética ha brillado por su ausencia.
Como cosa comestible me siento una manzana con sabor agrio.
Mi paraíso tiene un follaje donde se alza el futuro
Que ilumina la existencia que subyase en la sudestada
En el océano marrón de la dimensión equidistante
Desde lo alto de la galaxia que se traslada lentamente.
Mis manos están atadas al tiempo que recorre distancias
Medianas reacciones latente reflejos volteando el granito
Persianas que muestran la intimidad del mundo interior.
Almibarado por el sudor voy rodeando la columna
Batallando contra mí sangre la picante relación que reflota
Restando oxigeno con monóxido de pasión después ahogada
Para saltar la diminuta muralla por debajo del follaje silvestre.
Insectos que dividen mis pertenencias en partículas.
Castillo de cemento que la imaginación levanta con bruma
Dentro del mar peces navegan pintando la profundidad del final.
Rumores de la estancia.
Soñé con que era un iluminado, de esos que hacen uso profesional de dicha virtud, y que el público consume. Además que conocía una muchacha pero con la particularidad de que al momento de tener que nombrarla nunca recordaba bien su nombre. Pero me esforzaba mucho por decirlo, cual si lo tuviera en la punta de la lengua.
Desde lo alto, me observaba desnuda, con un bronceado de cobra. Pero un repentino fuego la envolvió en llamas. Yo gritaba: Linda, querida, socorro, ayúdenla, sabiendo que nadie vendría. Pero resultó ser que justo antes de perecer me vino a la memoria su gracia. Rosalinda. Cuando por fin la hube nombrado, Ella aun con la carne totalmente quemada, chamuscada, exibiendo únicamente los dientes, que dentro de todo se mantuvieron ajenos al fuego, con una voz ronca de hombre me contestó:
No, me dicen Cacá, pero me llamo Rosaura. Más enseguida murió calcinada.
Afiches.
Tengo Deseos de apretar tus manos. Observar al músculo palpitar.
Anhelo estar rodeado de un aurea de flores con forma de corazón.
Mientras tanto una tormenta de algodón cae desde el cielo.
Hundir nuestras penas en el chocolate, dormir dentro de un torbellino.
Amalgamar nuestras almas, hambrientos, sedientos de beber la esencia,
La sabia del ser donde cultivamos tanto amor encendido.
La cera se derrite con la rapidez de una golondrina volando al paso
Formamos parte de una esponja que absorbe dejando una playa
Somos dos muñecos que nunca detienen esos gestos eternos
Hilos sublimes que hacen alardes de ser invisibles sobrenaturales.
Política a cuenta gotas.
El eterno problema es que siempre estamos censurando al otro, eso nos hace retroceder en el tiempo.
Estamos en un estado de ensoñación donde permitimos que suceda de todo, cosas horrendas que el propio sistema democrático no puede soportar.
En un principio me siento contento de que hayamos recuperado las empresas que antaño supimos privatizar, sin llegar a tener que expropiar o tomar medidas extremas.
¿Realmente el problema es que ya estamos queriendo volver a privatizar?
Parece mentira que la izquierda combativa que hoy gobierna luche por algo que tendría que venir de parte de los militares, ya que querer mantener dicha hegemonía es una idea retrograda. Pero es evidente que se hace necesario tener que privatizar, apelar a dicha instancia donde queda claro que no se trata precisamente de vender la patria, o por el contrario crear un conciencia competitiva del propio trabajador del Estado.
Pienso que el problema es que ya está comprobado que el servicio cuando es ofrecido por el Estado empeora, por lo tanto se retrae la demanda, se reciente la economía.
Pienso que el gobierno debería separar muy bien cada rubro no haciendo un mismo paquete. Es decir que exista una autonomía entre los diferentes emprendimientos. Además de aplicar, actuar con criterio empresarial. Aquello que de pérdida que se lo ponga en consideración, discusión, pero nunca a la totalidad de las empresas.
No se muy bien que opinar pero me parece que cerrarse en contra del tema de privatizar es un tanto injusto, ya que dicha mentalidad yace arraigada, metida en las costumbres, estando generalizada, su inclusión es un hecho, el propio Peronismo fue su fundador. Pero tampoco despreciar lo nuestro queriendo darle una patada.
Aunque se sabe del gran crecimiento de las ideas de izquierda, además resentida pues en décadas pasadas hubo aquella guerra con la subversión. Insisto en decir en que hay que dar mucha libertad de pensamiento y de expresión.
Golpean a mi puerta, sin recordar que existe el problema de la inseguridad abrí rápidamente ansioso por encontrar a Ramona.
Resultó ser un nuevo mesías que está peregrinando a domicilio, prácticamente acaparando mi destino y la de todos por aquí. Increíble todavía tengo en la mente resabios de la anterior discusión acerca de las privatizaciones entre mis propios pensamientos que chocan sin otorgarse el correspondiente paso.
El mesías sacó una roca donde hay escrito sus ideas, con su poder de seducción prácticamente obligando a toda mi familia a marchar a su iglesia, está toda su institución con gente que lo siguen con fervor, es evidente que este hombre no es un loco cualquiera.
Fue tal mi sorpresa al ver que todos íbamos cayendo en un entre sueño, caminando cual fantasmas, volviéndonos sumisos a sus caprichos, pero esta es la realidad, de que todos además sentimos sensación de permanente placer ante su sola presencia.
Así fue que en breve formamos una prestigiosa secta religiosa de amplia aceptación mundial.
Nos subordinamos con valiosa entrega y total sumisión.
Su nombre de consagración es Quique, a el amamos como a nosotros mismos.
Pero existe un problema por una mujer que llevo presente cual aire que respiro, quien de antes ha cautivado mi alma dejando yo de responder mis propias órdenes por toda la eternidad.
Perdido entre sombras, fantasmas que aun me persiguen alentando ese amor eterno, suplicando para que por nada consumamos dicho calor colmado de sentimientos.
Pero por desgracia mi querida madre, que también es sagrada, se opone a nuestra unión, y a que sigamos enrolados en la maldita secta. Aunque por fortuna nuestro guía Quique asegura que seremos muy felices, que sin pérdidas de tiempo vayamos para adelante formando un hogar ¿Que hacer con este gran amor que en cierto sentido me aleja de mi adorada madre: dejarlo en las manos privadas de Quique, de la patria financiera de Quique, o huir con Ramona a otros confines?
Finalmente pude lograr el objetivo de invitar a cenar a Quique. Cuestión que un pocas semanas quedó resuelta. Acordamos en que mi madre amasaría ravioles, y que la propia Ramona se encargaría de la parte dulce.
Pero nuca podía antes imaginar que mi madre lo envenenaría, quedándonos, con Ramona, sin mesías teniendo que volver a Cristo.
La lengua del cosmos sobre el propio universo. Las cartas pueblan el sendero de guardas. Los enanos de cemento apostados en el pasto pasando por la cima del escarpado, más un enjambre de mariposas que adornan el incesante desfile de pingüinos. La nada oficia de espacio para tener de donde aferrarse.
En cuanto el universo cedió formando una rampa empinada, tenemos el mundo sobre el cuerpo en el yugo.
Al mirar con los lentes de aumento siento que otro horizonte reemplaza la actual realidad. La estufa está encendida pero amenaza en cualquier momento apagarse para siempre. Dejo la lectura de lado apoyando el libro en la mesita. Busco las pantuflas aunque me animo a ir descalzo, pero siento al instante los pies helados.
Mis piernas flexionadas buscan calor por fricciones. Del televisor su contenido me persigue hasta la entrada al lecho. Todo lo que hay de fantasía pululando se convierte en realidad bajo las sábanas en mi campamento.
Pregunto ¿A esta lenta velocidad como haré para relatar los sucesos de una vida entera?
Insólitos reportes del otro mundo.
-Hola aquí estoy, vine sola. Ahora entrando en confianza: Gaste lo suyo ¡Gato Dumas! batí esas dos claras para hacer una pequeña cobertura en la torta de cumpleaños. Lo admito en vez de un patio donde hay una fuente parece la cabeza de un simio con sombrero, pero pensaba agregar el confitado ese de color verde para simular el pasto y hacer como un paisaje en uno de los costados ¿No le parece? pues el resto será una cobertura de chocolate, que vendría a ser: Lodo. Entré para comentarle esto, ya me voy enseguida, más tarde continuo trabajando ¿Sabe?
Cuando estoy saliendo observo que este hombre hace girar la rueda donde están algunos condimentos y se queda con la mirada perdida con una actitud negativa que me hizo pensar que algo malo sucede. Entonces le pregunté, con el lenguaje que se utiliza hoy día ¿está todo bien?
-No para nada. Me dijo rompiendo en llanto. Y apoyó su mejilla para enseguida hacer un giro y juntar ambas, además unir nuestra carnes que milagrosamente se pegaron, crease o no quedando cual siameses ¡Todo por un milagro! Bhua.
Pasaron los años y nadie nos ha podido despegar, separar, desprender, médicos del mundo entero opinan que mejor nos quedemos así.
Nos dedicamos a la cocina y hacemos todo a medias, preferimos hacer de a una sola cosa por vez, tiene como ventaja y es que todo sale más rápido.
Escritura de pésimas costumbres alabadas.
-Hola aquí estoy, vine sola. Ahora entrando en confianza: Gaste lo suyo ¡Gato Dumas! batí esas dos claras para hacer una pequeña cobertura en la torta de cumpleaños. Lo admito en vez de un patio donde hay una fuente parece la cabeza de un simio con sombrero, pero pensaba agregar el confitado ese de color verde para simular el pasto y hacer como un paisaje en uno de los costados ¿No le parece? pues el resto será una cobertura de chocolate, que vendría a ser: Lodo. Entré para comentarle esto, ya me voy enseguida, más tarde continuo trabajando ¿Sabe?
Cuando estoy saliendo observo que este hombre hace girar la rueda donde están algunos condimentos y se queda con la mirada perdida con una actitud negativa que me hizo pensar que algo malo sucede. Entonces le pregunté, con el lenguaje que se utiliza hoy día ¿está todo bien?
-No para nada. Me dijo rompiendo en llanto. Y apoyó su mejilla para enseguida hacer un giro y juntar ambas, además unir nuestra carnes que milagrosamente se pegaron, crease o no quedando cual siameses ¡Todo por un milagro! Bhua.
Pasaron los años y nadie nos ha podido despegar, separar, desprender, médicos del mundo entero opinan que mejor nos quedemos así.
Nos dedicamos a la cocina y hacemos todo a medias, preferimos hacer de a una sola cosa por vez, tiene como ventaja y es que todo sale más rápido.
La historia del ajo.
Una señora que regresaba del mercado, en medio del camino, al cruzar de vereda, por intermedio de una bolsa de hacer compras agujereada, pierde una cabeza de ajo entera, que viene a caer justo en el medio de la calle. Inmediatamente siendo aplastada por una motoneta de alta cilindrada. No obstante vuelve sobre sus pasos, levanta el ajo, retomando el camino habitual.
Estando en el hogar lo utiliza como condimento dentro en una salsa roja, comúnmente llamada Tuco, unos pocos dientes rotos.
Después en la cena le hicieron notar, que la historia que hubo comentado debió de ocurrir pues percibieron bastante sabor a neumático.
De ese agasajo nació un romance entre el hijo de la señora con una muchacha del barrio, y que desde luego llegaron al altar en relativamente poco tiempo, del cual, uno tras otros, nacieron cinco hermanos varones.
Núcleo donde más tarde dicha historia del ajo es parte del folklore de los propios nietos de la protagonista, ahora señores mayores.
Pero resultó ser que en otra reunión al contarse nuevamente la historia del ajo pisado, a la que ya le agregaron que habría sido hecho por el guitarrista Pappo Napolitano con su Harley Davinson, tuvieron tantísima mala suerte que justo en la parte que mencionaron las palabras: con sabor a caucho, un allegado bastante sordo, muy conocido por entender todo del revés, pendenciero de alma, de alma pendenciero, interpretó que le estaban ofendiendo demasiado, por consecuencia armándose una trifulca espectacular, hasta con tiros de armas de fuego.
Desafortunadamente, en este desgraciado acontecimiento, hubo perecido de forma trágica, por una maldita bala perdida, la propia señora de la historia del ajo, siendo que en ese entonces era una anciana muy saludable.
El método.
Estoy cerrando las persianas, cuando me viene una enorme sensación de sobresalto, muy particular, que enseguida alcanza la categoría de premonición, de que la vida estaría representada solamente por el afuera, que yo a la vez que tapo la ventana voy entrando en la nada. Luego estando en la habitación, efectivamente percibo que es como una verdadera morgue. Pero mejor, apiadándome de mis miedos, opté por salir a caminar.
Aunque en la esquina tuve que detener la marcha para sencillamente atarme los cordones. Después de cumplido el propósito de ajustar el calzado, me acomodo por un momento en un muro de espalda a una Ligustrina a descansar de haber recorrido tantos centímetros de distancia. Pero alguien moja mi espalda con agua helada, es la vecina que está regando las plantas no habiéndome visto.
Sin decir nada continúo la marcha con rumbo incierto. Cruce la calle sin mirar y un auto casi me atropella, el frío no me permite concentrar la atención en algo.
Decido comprar cigarrillos e ir fumando mientras paseo. Me vienen a la mente recuerdos de la juventud, entonces se me ocurre la idea de ir a saludar a una amiga que dejé olvidada allá en esos hermosos tiempos pasados, que además se domicilia a unos pocas cuadras.
Pero ella me secuestró atándome a la cama con cadenas, construyendo una cárcel donde me encuentro encerrado desde hace varios años. Me alimenta igual que a una fiera, sin poder higienizar mi cuerpo. Ahora está viniendo para hacer su show y burlarse por unas horas ofreciendo discursos aterradores. Es en vano hacer bulla pues ha fabricado un bunker.
Pero yo casi siempre caigo en sueños profundos de los que pareciera nunca vuelvo, siendo el rey de un pueblo que me sigue. Y a Dios gracias, tengo un hermosa muchacha, de mi misma edad, que permanece todo el tiempo que dura la dormitada a mi lado, sin claudicar criando a mis hijos pequeños que llegan a ser generales.
Pero cuando desperté del quizás último capítulo, compruebo que estoy en un hospital público, que hubieron descubierto la verdad, por tal librándome de la loca.
Para lo cual en seguida me hice muy famoso, llegando a encabezar una revista Porteña de humor y lolas, haciendo de un payaso que cuenta que pasó las de Caín y aun sigue.
Sin embargo, a pesar de todo, en lo personal continuo hacia adelante; en la actualidad entre los gastos que tengo ya dudo de si no estaba mejor antes.
Unos vampiros muy cucarachas.
Un caballo arrastra un carro repleto de botellas de leche sin presencia del conductor, pero por suerte sube a la vereda atascándose la rueda en la alcantarilla. Una señora que justo sale de su casa, tropieza con el equino, a quien saluda con un lenguaje coloquial. En este justo momento, el muchacho que reparte el diario, arroja el periódico enroscado cual bumeran pegando en la cara del animal, escuchándose un sonido de cartel de chapa atravesado por una lanza. La señora dueña de casa lo recoge arrojándolo hacia la entrada de la vivienda.
Pero para la gran sorpresa de los presentes, este paquete mágicamente se desenrosca, y una por una las hojas dobles se pegan en las paredes. La gente maravillada se acerca a leer lo que hay impreso en esos afiches, comprobando que son los propios padrones electorales, siendo la primera vez que se vota después de la veda política.
Este hecho fue analizado primero, más luego considerado por la misma ciencia como un milagro real y concreto. Pasado mucho tiempo el propio carro hoy se muestra en el museo de Buenos Aires, con la yegua embalsamada. Mientras que la señora, el canillita y el repartidor, luego de fallecidos de forma natural fueron santificados por el actual Papa.
Pero hicieron un santuario magistral, no debidamente permitido, de donde una noche salieron tres vampiros, haciendo graves desmanes en muchas granjas, solamente bebiendo sangre de los corderos. Para volver al infierno, luego de tener que quemarse en distintas hogueras que se construyeron para tal fin.
Tres personas estamos almorzando en una pizzería. Pero una cuarta, desde el pasillo, se integra solamente a saludar, aun siendo verano en el ritual de bienvenida nos besamos con precaución del contagio. La cuestión es que cuando me levanto para apersonarme ante el visitante, me bandeo hacia un costado, haciendo una medialuna de borracho o cual queso que se chorea del pan. En ese instante las luces se apagan quedando solamente iluminado mi sector, y toda la gente petrificada en sus lugares, como congelados. Avanzo dando tumbos sobre los cuerpos duros de los comensales, solicitando al cielo una urgente explicación, solamente conseguí que esa luz me persiga por los sitios que ocupo, además que una canilla del establecimiento comience a funcionar sin que nadie la haya desenroscado su grifo. Hago memoria y recuerdo una poesía de Antonio Machado, por ende la comienzo a recitar. Todo sigue igual en la más absoluta quietud y silencio mortal. Quito del horno las pizzas que hay, seleccionando las nuestras que habíamos pedido, y cual mozo cualquiera me acerco a la mesa en busca de mis amigos, haber si esta pesadilla por fin termina, pero todo sigue así igual de quieto. Corto pedazos de las porciones he intento revivirlos alentando a que prueben, que coman un poco de la mozzarella con morrones despertando alegres. Hasta que en un determinado momento, hice un chasquido con los dedos como queriendo encender una lámpara con puro control mental, a cambio igual que una calesita el mundo comenzó a dar vueltas sobre mi, los pisos mágicamente ofrecen esas posibilidades milagrosas. Yo ahora en un intento desesperado me abalanzo sobre la gente, que duros permanecen todavía, quitando sus pertenencias para ver que de esta manera reaccionen, pero nada de nuevo ocurre compañero. Rápidamente salí a la calle para comprobar si es lo mismo en todos lados, viendo que en dos cuadras a la redonda están así de embalsamados. Regresé a la pizzería, desde ya a la cual desde ahora considero mi guarida. Cuando estoy entrando, frente a la vitrina de la propia panadería, una mujer anciana cubierta de harapos se acercó a mí aduciendo que es la reencarnación de la muerte. Que soy el único sobreviviente, que efectivamente están todos muertos; que solo yo falto morir.
Apertura al tercer mundo del cliché.
Cuando uno escribe una poesía tiene una poesía menos dentro del alma. Ya no interesa si hemos disparado al aire desperdiciando un plomo, debiéndonos de esmerar nuevamente para ofrecer la siguiente estrofa, que aunque incierto a sabiendas de que el camino se ha de acortar. Tampoco que tardes un siglo, demorando la partida te dará ningún beneficio extra.
Aunque personalmente creería que ni tan solo una poesía tengo para ofrecer como autor. Todo esto viene a cuento, a que debo escribir una redacción escolar para la materia lenguas, para precisamente mañana, y ni siquiera una carta de despedida sería capaz de realizar.
Yo estaba pensando que podría tomar una poesía ya escrita, de escritor famoso, y de allí escribir un cuento con un argumento similar pero camuflado ¿A ver? Aquí tengo un libro de poesías:
Queridos hermanos y hermanas, personas de bien ¿Quién de todos hace feliz a mi corazón? Estando siempre cual sombra a mi lado, no distingo entre mi carne y vuestra energía. Entre todos más el universo le daremos vida al destino logrando un triunfo sobre la vida. Pero seré quien clave primero la lanza en el suelo para que truenos den principio a lo sublime. ¡Amigos! fueron ustedes los que dieron luz para continuar igual que al resto, prestando su sangre para vestir de etiqueta. No como aquellos que dieron vuelta la mejilla, tan solo otorgando la fría espalda.
Fenómenos que la existencia agradece al venir de tan honda entraña. Únicamente el paso del tiempo en el silencioso documentar podrá extender su mano abierta de paz generosa. Que nadie pueda voltear la torre que siempre podamos confiar en la fortuna.
Una masa vivir bien.
Lo que me hacéis no me significa nada, aunque miles de heridas tenga siempre voy a seguir andando, aunque colmen el tiempo de obstáculos voy a llegar al destino prefijado.
Alguien viene en una bicicleta, se detiene frente a mi, que estoy inquieto sentado en la mesa de un restaurante, igual solicita información del transito, de lugares conocidos de la zona.
Lo invité a sentarse e informarlo, a cambio de almorzar juntos a la vez que hablamos del tema ciclismo.
Después de puro millonario caprichoso pagué una fortuna por dicha bicicleta de carrera, además de mandar al antiguo dueño en limusina comiendo caviar y tomando champagne.
Salí raudamente, pero ya tengo pensado llegar hasta América del norte, y si lo logro, Canadá, esto es el comienzo de una larga travesía.
Hace un año que llevo palmo a palmo recorriendo el continente a pedaleadas, desde aquel día que partí con el rodado amarillo nunca detuve la marcha constante. Ahora estoy en el campo viendo carnear una vaca. Aprestado a comer su sangre puesta en el asado. A devorar la cruda molleja, la tierna quijada, la sabrosa achura, matambre a la pizza. El prolijo costillar entre el vacío.
Cuando estoy llegando a Estados Unidos me hicieron percatar de que hube logrado la travesía sin colocarme nunca el casco ¡Pero claro! Ya lo sabía yo, que existen esos raros sombreros nuevos.
Hasta que arribé al propio Canadá, más precisamente a la dirección de un amigo que me aguarda en su mansión. Sin exagerar estuvimos cuatro horas conversando acerca de la construcción de la vivienda donde se aloja.
La arquitectura es otro tema que me apasiona muchísimo, embrión que en poco tiempo se hizo un proyecto en común de construir un barrio privado en Argentina.
Una mañana, mirando una manzana, mientras pienso en lo poco que tengo a pesar de las vivencias, casi reflejado mi rostro en la piel del fruto, decidí iniciar la búsqueda de una compañera, que al fin termine siendo mi mujer para siempre.
Ya estando en el altar, lo primero sentí la mano de Jesús apoyarse en mi espalda, un inmenso calor que tranquiliza por mucho tiempo. Veo la corona de espinas clavada en la frente y siento vergüenza de que hayan tratado tan mal a nuestro padre.
No obstante fijo la mirada en la persona elegida; y la atención en una lánguida parsimonia, donde observo embobado su delicada piel que me hace perder. Estoy empezando a disfrutar los retazos finales que restan de existencia.
Así cualquiera.
Estoy fumando una pipa cuando esta se tapa, nada como para volverse loco, pero de todos modos cuestión que exige trabajo. Entonces separé las partes para luego con la herramienta cavar un boquete en la nicotina. Tuve que cambiarme de vestimenta, por una muda acorde para la tarea. Lo primero fue entrar por el tuvo hasta llegar a la curva y allí clavar el pico hasta el fondo. Luego de cumplida la tarea me asome al balcón del recipiente a saludar. Finalmente me di una ducha, para después si sentarme tranquilo a degusta un tabaco de California. Pero suena el timbre, de una manera tan extraordinaria que antes me detuve a ver como continua la historia, una sinfonía de sonidos típicos de nunca terminar. Entonces quité la tapa donde se encuentra la fuente del sonido escalando con traje de alpinista hasta el sitio donde se encuentran los cables que debo desconectar. Así fue que regresé victorioso a ver con mis propios ojos que hará ahora el visitante, sentándome a fumar la pipa. El loco este golpea la delicada puerta cual si fuera un muro de acero. A reglón seguido intenta escalar una Ligustrina que está colmada de espinas. Ya no pudiendo más salgo a ver de quien se trata. Es un muchacho del correo que lleva la misión de entregar la boleta del servicio de teléfono. No pudiendo aguantar la ira, así como me encuentro sin importar arruinar la corbata, entro en su boca desciendo por el conducto digestivo, me desvío a la altura del los riñones y con una trapo de piso tapo los conductos biliares. Volviendo a la superficie ya con el cuerpo caído en posición horizontal. Aunque no tardaron en encontrarme culpable al comprobar que estaba como envenenado. Entonces abordé un microbio perdiéndome en la dimensión de las bacterias, para comenzar de nuevo en un lugar diferente.
Es la única que no vemos.
Hizo el amor con ligereza y luego se marchó de apuro. Por ello se salvó de ir preso o de ser presidente. Después intervino la ley cerrando el prostíbulo. Pero el puñado de clientes se amotinó en la comisaría reclamando la pronta libertad de las señoritas. Hubo un enfrentamiento, donde murió una persona, cuestión que terminó con el conflicto original. Pero se hicieron todos amigos, acordaron hacer una gran fiesta de bienvenida para ensanchar las fronteras que los unirá. A los pocos años hubieron creado un partido político, quien irrumpió en la escena nacional hasta alzarse del poder, por cierto adueñándose del gobierno por intermedio de elecciones libres. No obstante aconteció un golpe de Estado, destituyendo al líder máximo, quien actualmente puja por regresar sin éxito del exilio.
El desplazado.
Hay dos perros abrochados que nadie los pude despegar. Le han tirado agua fría pero no hubo forma. Es desesperante acompañar las horas con semejante escena. Pero al final un vecino los ametralló, con un arma corta para cazar conejos. Allí mismo levantaron una estatua dedicada a las mascotas en general, representada por un oso polar vestido de estudiante de arquitectura.
Delia y Horacio se conocieron sobre los pies de dicho monumento del oso, pero al cabo de un tiempo de casados fallecieron por escape de monóxido. Y así como está historia siniestra tomada como ejemplo, otro montón ligadas a personas que tuvieron alguna relación con la estatua más luego fueron presas de las consecuencias que desde siempre sabe contagiar. Por lo tanto luego de dos décadas de permanecer allí la tuvieron que tirar abajo. En su lugar quedó un espacio libre donde no hay nada.
El desajuste del año.
En la capital las marquesinas están apagadas, han suspendido las actividades artisticas por el tema del contagio de la gripe porcina. El centro es un desierto.
-Tengo un radar en la oreja, con la porción de atención necesaria puedo detectar una pulga besando a su tía, eso es algo ante la total ignorancia, es preferible antes que haber extraviado el timón.
La cuestión que este hombre entró sin autorización, hasta el propio teatro Cosmos, no habiendo en el hall de entrada nadie presente, se metió en la sala; encendió las luces comunes primero, más luego hizo lo propio con los demás artefactos que iluminan el espacio escénico:
-Hay unos trajes antiguos. Dijo sorprendido. Del siglo quince. Sintiendo orgullo de saber historia. Sobre un sofá tapizado. Como hablando con su madre ante un regalo de Navidad. Una hélice de avión (pues hay una). Dijo cual cómico de varieté. Estoy persuadido que podría ser un gran actor.
Yo también pienso lo mismo.
El pescador bajo la red.
Llevo la patria metida en el alma, aun sin fuerzas puedo exprimir nuestro capital hasta el fondo. El sol hace la playa poblada en los lugares más recónditos. Entonces hacer la temporada será la opción fulminante para derrocar la miseria asegurando la moneda del año. Un par de lolas se mesen en mi espalda, pues una amiga requiere de mi presencia urgente acostada sobre mí. Una turista desea contratar mis servicios de guía de pesca, pero exclusivamente para buscar un anillo de oro que extraviara días pasados, es un recuerdo muy apreciado del cual le cuesta resignarse a perder. La alerté de que deberemos de tomarnos los suficientes días, tiempo necesario para lograr algo tan complicado, que de paso por favor no me tire la tarifa abajo y que sea generosa. La turista no pareció inmutarse al reglamento: Increíble, solicitó un permiso especial para hacer toples, que vendría a ser quitarse la parte de arriba del traje de baño, pues dice no aguantar nada sobre la piel que no sea el bronceado.
La cosa terminó así, con que no encontramos el anillo, pero felizmente inmediatamente tuvimos que casarnos de apuro, pues cargados de ansiedad mantuvimos relaciones y de esos encuentros Laura quedó embarazada, existiendo un amor entre nosotros importante, concideramos conveniente directamente darle para adelante y formar un hogar feliz.
Yo ahora vivo en México, trabajo de lo mismo haciendo excursiones de pesca, ella en cambio por parte del padre tiene mucha plata; nos sobra de todo pero como condición igual hay que trabajar. Soy joven a mí igualmente estar todo el día en nuestra casa me pudre, ando dedicado a esto pero me siento muy feliz pues la pesca es mi vocación. Bueno pero como sea esta embarcación de ahora también requiere atención. Casi todas las noches le paso una resina al casco para reforzarlo, se que soy un maniático pero aprendí de esta manera.
Estoy desayunando, tortas con mermelada, cuando Laura hace su entrada, con camisa transparente, con su hermoso carácter de siempre. No puedo evitar evocar dicho momento de cuando nos conocimos buscando el anillo. Fue un amor impulsivo y fulminante, para ambos fue imposible dominar el instinto que aun hoy perdura. Nos damos un abrazo hasta quedarnos sin aliento, después cada uno a lo suyo, que es transpirar la camiseta para la institución matrimonial.
Fui el primero en llegar a casa, pero Laura nunca regresó. Ni jamás llegará pues la hubieron asesinado, un primer marido que tuvo, literal, presa de la demencia la hubo estrangulado, más luego impune arrojando su cuerpo a una bahía.
Regresé a Buenos Aires abandonando todo allá en México, incluido nuestro hijo. Sigo trabajando de guía de turismo, pero no me sobrepongo de la gran depresión, nada me consuela.
En una de las excursiones a cazar mojarras para usar de carnada, veo en una embarcación al que arruinó nuestras vidas, lo comienzo a perseguir implacablemente hasta que por fin pude atraparlo luego de voltear media ciudad, entonces con una daga lo maté cumpliendo la promesa.
El quebranto.
En el infierno es frecuente encontrarse valijas arrojadas en la basura llenas de dinero real, colchones rellenos con billetes de todas las naciones, donde desde luego duermen los diferentes diablos. Pero el mayor problema es que no existen lugares donde poder gastar ese valor, siendo la única posibilidad acudir al planeta tierra, que es el sitio donde pertenecen esas divisas. Un diablo llamado Federico Oporto, decidió gastar un millón de Euros, que desde hace tiempo tiene acumulado en la alacena en su rara colección de objetos desechables. Que los otros hijos de Lucifer arrojan al fuego sin titubear. Cuando haya un accidente fatal, él habrá de entrar en el cuerpo de algún mortal, de moral descarriada, que hubiera vacante en las inmediaciones. Así fue como en un gran accidente ferroviario que hubo, donde murieron cientos de pasajeros, cuando un muchacho se burlaba del estado de los heridos, e inclusive tomaba pertenencias, sin ayudar en el rescate, haciendo abandono de persona, el tal Federico Oporto conquistó su alma adueñándose de su ser por completo. Lo primero fue olvidarse de su pasado y escapar del lugar dejando a la familia plantada. Pero a la semana de andar por distintos hoteles, casinos, y demás entretenimientos caros, el albañil Edmundo Fajardo le ganó por estrecho margen la pulseada mental de Federico Oporto quien pugna por visitar el cabaret, dirigiéndose de inmediato a la iglesia a confesar sus pecados. Totalmente arrepentido de su comportamiento en el accidente de los trenes, suplicó perdón por su falta de ética, el estaba drogado con Paco no pudiendo medir sus actos repugnantes, muy arrepentido prometiendo no volver a delinquir, jurando a la brevedad enrolarse en la escuela de policía. Como resultado está ocurriendo que Oporto da las ordenes y Fajardo las ignora, no hacen más que correr haciendo ejercicios físicos agotadores, eso si disparar el arma reglamentaria generando peligro, pero finalmente portarse dentro de las normas del bien. Hay que abstraerse de las mentiras cosa que Fajardo consigue, pero el diablo Oporto no logra soportar. Como resultado este hombre se intentó suicidar dándose un tiro en la boca, intento fracasado que le permitió continuar con vida, pero en estado vegetativo.
Fiebruna animal.
Quiero saber porque
la maldita regla
de acabar con el hambre.
Si la vida es viajar
hacia un lugar copado.
Tuve que esperar
con ansias profundas
del alma en la oscuridad
en un único fin del mundo.
Ahora reina la calma
en la cama nada vertical.
El fantasma del abasto.
Un niño, de nueve años, jugando con una botella que se hubo roto, se hizo un tajo importante. Para ser sincero, sin exagerar, una herida para quedar sangrando un año entero desde el carnaval hasta el dos de Enero. El amor es la razón de la vida, no hay manera de separar dicho evento del sentimiento regente. O viceversa. Pero cuando la maquinaria se rompe, por más dinero que se tenga, se hace inútil lanzar el bote por la rampa para cruzar de margen.
Si estamos palpitando, casi sin poder respirar, es pues queremos que el pibe mejore, no que vaya para arriba al cielo. Eso nunca por más que se trate del paraíso.
Pero de todos modos a las cuarenta y ocho horas de trascurrido el fatal accidente, cual era de prever, el niño hubo fallecido en el hospital.
Su funeral nunca será olvidado, pues su espectro se dejó ver allí, traducido en un fantasma hecho del oscuro elemento de la sombra. Además por ser en vida un niño encantador, obediente, respetuoso y buen estudiante.
No obstante una comisión de eminencias en la materia, quedó haciendo guardia, para el estudio del tema, vigilando con aparatos sensores una posible nueva señal.
Los científicos, seducidos por las pruebas contundentes del hecho metafísico, son quienes llevan la obsecuencia adelante, como bastón rumbo a resolver enigmas del más allá. Con apenas una señal insignificante, del pobre niño diciendo algo, esto convertirá todo en un éxito que justifique la eterna dedicación que existe, ha de ser suficiente para seguir dando capacidad disponible de atención en lo que reste del futuro.
Siendo nueve de Julio, más todos los participantes de la comisión de notables, Argentinos, además de estar tristes en el velorio, por la noche festejaron con Locro y empanadas los doscientos años del nacimiento de la patria. Como conclusión: Hay que seguir completando la propuesta que dejaron nuestros próceres, agregando nuevas consignas y demás herramientas.
Aunque apareció la novedad, de que uno de los muchachos, que es el dueño del aparato sensor, junto con su esposa, captó una señal sonora, casi inaudible pero señal al fin.
Que según aseguran, en breve habrían de traducir su contenido, aparte ayudados con otros aparatos de un arsenal de otras herramientas.
Así es que fueron todos para el estudio del colega, en la propia casa, efectivamente pudiendo hacerse una traducción del mensaje que en efecto resulta ser del niño. No existiendo nunca un fraude.
La traducción del mensaje nunca llegó al público, solamente hemos podido escuchar una extenso silbido con algunas variaciones de ritmo. Pero al observar los gobernantes que algo raro sucede, algo muy oscuro ocurre, pues por ejemplo, el matrimonio dueño de los aparato y algunos colegas más del centro atómico. Rápidamente se han aislado guardando un extraño silencio, un exagerado hermetismo, inclusive haciendo reservas de pasajes al norte del país en la provincia de Jujuy. Fue que el departamento de investigación de asunto sobrenaturales, inicio un seguimiento secreto para saber de que se trata tanto misterio. Logrando de esta manera descubrir que el destino sería ir a desenterrar al niño en persona de una caverna en las grutas, donde habría un tesoro en oro como recompensa. Entonces allí fueron todos, algunos haciendo presencia ocultos detrás de la maleza. Hasta que finalmente, ahora si propios y ajenos en conjunto mancomunados, pues no tenía sentido continuar ocultándose en la vulgar mentira, destaparon la entrada obstruida cual indica el mapa, efectivamente dando con el niño muerto en persona, pero igualmente muerto con la herida expuesta. Eso sí rodeado de salamines, quesos de campo, empanadas, guitarras criollas. Y una nota donde hace mención de la patria, de su amor por ella sin reproches. Pudiéndose comprobar que allá en Buenos Aires el cajón yace vacío.
Aunque igual quedó la onda sonora establecida como una comunicación normal. En poco tiempo esta historia se hizo leyenda. La gente espera que el niño en cualquier momento resucite, saliendo caminando lo más pancho.
Criaturas del desierto.
Fuimos criaturas muy especiales, como sea siempre acompañados de los peores enemigos. Me han colocado boca abajo, para enseguida propinarme un fuerte golpe con el ante brazo de un hombre fornido. Ahora estoy como rehén de una banda profesional de secuestradores. De pronto hacen entrar a una niña, justamente haciendo una danza bastante parecida a la Oriental. Ella se desnuda para enseguida abalanzarse sobre mí apoyando los pechos aun sin formar. Atiné a escupir su rostro pero aun así continuó cual víbora. Afortunadamente la propia policía interrumpió la escena librándome del mal. Pero pasados unos años la jovencita se hizo presente en mis oficinas, volviendo a solicitar una recompensa, pero esta vez por motivo de no hacer público, una filmación de aquel día, que aun conserva intacta, donde se me ve con nitidez lo que hice. Resulta tratarse de la misma persona que protagonizara el video junto conmigo, que hoy día tiene dieciocho años, y se llama Lucrecia. Por más que en mi familia, perfectamente saben que estuve cautivo, bajo la fuerza de malhechores, en verdad no quisiera que las nenas se enteren de dicha película. Pero de todas maneras siento una enorme atracción, de ninguna manera deseo desvincularme de Lucrecia, entonces le sugerí porqué mejor no me permite intimar, entablar una relación de amantes. Su padre, que se encuentra actualmente preso, sería el jefe de esta nueva banda, ellos exigen que entregue a cambio del video: el contenido de la caja de seguridad que tengo en el Banco Británico. No es avaricia, sino para mantener el orgullo sano, que voy llevando la charla por el lado de un romance furtivo, con el aditamento de intermediar muchos regalos; voy a deshacerme de Lucrecia teniéndola que asesinar. Finalmente arrojé a la joven por un acantilado. Existen muchas sospechas pero nunca me han culpado. Al fin respiro aire puro. Hasta que una mañana entrando al estacionamiento, me topo con el padre de Lucrecia, quien con velocidad clava una estocada en mi corazón, quedando yo tirado en el pavimento agonizando, muy cerca de la muerte.
Ley de obediencia necesaria.
Alumnos del Nacional, del último año, están profudamente conmocionados, pues el profesor Elio Berman, de Historia Universal, reprobó en forma masiva al curso entero, al querer hacer justicia por todos los medios, por un acto de entre tantos otros de desacato colectivo. Elio Berman piensa que: Lo primero que deberían de aprender es a comportarse, recién después intentar albergar conocimiento. El maestro esgrime que en definitivas la decisión de aplazarlos tiene que ver con que en lo que va del año electivo, nunca a podido dictar la lección pues siempre existen problemas que interrumpen la actividad principal, además el comportamiento del alumnado deja bastante que desear. En líneas generales es descontrolado no existiendo entre el conjunto códigos de sana convivencia, por lo tanto en estas nuevas condiciones preestablecidas resulta imposible dictar cátedra con responsabilidad. Aclarando que no acepta el argumento del estudio por cuenta propia. Por consiguiente es también cuestionable la actitud de los propios alumnos, quienes ponen las condiciones del líder en permanente cuestionamiento, provocando que este se tenga que valer de cualquier medio para poder subsistir cual subalterno en la jungla total. Falta aclarar que el profesor, espera impaciente que le entreguen, por así decirlo, su orgullo rifado, junto con las pertenencias robadas a jirones, puesto que el exceso llega hasta esos límites impredecibles como ser el hurto de objetos personales, motivos que se suman a los de mezclar conducta moral con conocimiento de un determinado tema o ciencia.
Ahora es verano, los alumnos han tenido que concurrir a dar el examen, en protesta lo hacen en trajes de baños, con todos los rostros maquillados, cual si fueran integrantes de una comparsa. Por lo tanto son nuevamente reprobados, ni siquiera tenidos en cuenta, escuchados o recibidos en el aula; lo que de hecho complica bastante la situación pues no podrán inscribirse en la facultad para la temporada venidera. Entonces se armó una enorme rebelión de gente joven, contra lo establecido, que prácticamente fue titular de tapa de todos los diarios del mundo. Punto de inflexión donde el propio país, obligado por la magnitud del escándalo, donde además por accidente fatal falleció una joven estudiante, pudiéndose poner de acuerdo sobre las cuestiones del respeto entre autoridades y subordinados, puesto que así como estábamos no se podía continuar. Hasta ayer los padres no podían dominar a sus hijos adolecentes, en ese momento considerados cual mayores imputables por el poder de decisión que engendraban, pero ahora sí. Que decir, que se produjo un gran cambio para bien, que ojalá nunca termine.
En relativamente pocos años, del día de la revelión de los discípulos de Elio Berman, hasta hoy mismo, pasamos de ser una simple República arrocera, a una primerísima potencia mundial junto con los Estados Unidos y Europa.
Pedido y solicitud.
Renato Ruiz, de tan solo veinte años, es considerado como un peón de estancia privilegiado. Aparte de ser muy querible, vive pidiendo cosas prestadas que jamás sabe devolver, la gente le huye para no tener que quedar descalzos. Pero no es del todo vago, bien sabe como mantenerse presentable.
Renato se aloja en una tapera, que tiene todo los adornos y herramientas imaginables, por supuesto en alguna instancia prestadas nunca robadas, pero que a escondidas de los dueños alquila tardando una enormidad de tiempo en devolverlas; tiene como una red comercial organizada donde vive haciendo pequeños negocios. Renato es considerado por sus allegados cual impuesto que se debe aceptar, abonado a término por ser una ley nacional. Pero él devuelve la gentileza con simpatía sin igual, por ejemplo usando una gorra a la cual le otorga diferentes formas, todas imitando las originales de cada región del mundo, mientras tanto imita algún comediante.
Además demuestra ser un hombre sociable, al estar haciendo tareas comunitarias, como voluntario sin haber cometido infracciones, como ser vigilancia por las noches en las inmediaciones de la ciudad.
El muchacho que lo secunda en las recorridas, le hubo prestado una Amoladora que hasta ahora continua esperando que la reintegre a su antiguo dueño.
Una mañana la ciudad se despertó con la noticia de que Renato habría tenido un encuentro cercano del tercer tipo y estado hablando con seres extraterrestres, por que una enorme nave espacial que según testigos confiables aterrizó en el campo donde Renato tiene la casilla instalada arrivo a la tierra desde muy lejos.
Entonces una comisión de notables se hubo presentado en el domicilio a solicitar información de lo sucedido. De esta manera descubriendo un artefacto extraño, de origen no identificado, quien Renato asegura haber intercambiado por una filmadora. Resultando ser un maquina del espacio, que traslada seres en las distancia, para luego regresar de otros sitios lejanos, pudiéndose recorrer el mundo en tan solamente un día. No obstante Renato se opuso terminantemente a que alguien se lleve dicho aparato, pues tiene pensado recorrer el planeta recolectando muchos regalos.
Al mes volvieron a encontrarse ahora sí para comprarle dicha máquina del tiempo, para lo cual Renato pasó a ser un hombre muy rico, que ahora adquiere lo que antes sueña.
Mucho gusto Marcos Augusto.
Afuera está la policía, con una topadora, dispuestos a tirar la casa abajo, creyendo que aquí venden droga. Pero están equivocados, es la otra casa lindera donde despachan sustancias ilegales. No obstante nadie puede evitar el procedimiento. Ahora los desalojados no tendrán donde meterse, aun con los chicos y las pocas pertenencias sepultadas bajo los escombros deberán deambular por la ciudad. No existiendo manera de entrar en razones tiraron el rancho abajo, van a tener que dormir en la calle.
Pero resultó que los verdaderos traficantes, vuestros vecinos, tuvieron que huir a ocultarse a otro lugar, dejando la casa deshabitada, entonces fue que se metieron a vivir.
Al cabo de once meses de usurpación aun no saben como terminar la relación con los adictos; que mondongo hacer de útil con la clientela del Paco, porque por más que les explican con énfasis lo ocurrido, igual siempre regresan y preguntan por el nuevo cargamento.
De todos modos, con su señora, tienen pensado abrir un maxi quiosco, para quizás de una buena vez salir adelante. Esta nueva casa es más confortable, con un local al frente y entrada para el auto. El es un hombre que se conforma con lo elemental, pero prefiere seguir teniendo a la familia siempre al lado con uno. Es un ser anodino, anónimo, amante de su núcleo familiar. Que cuando su mujer amagó irse con otro, por primera vez, murió a los cuarenta pero volvió a renacer a los pocos meses cuando ella regresó arrepentida. Que en resumidas cuentas son una familia unida donde prevalece la libertad y el amor fraternal.
Pero un día se presentó un hombre reclamando por la vivienda, que a primera vista se hubo enamorado de la única mujer. Ella también le corresponde a ese sentimiento con la otra mitad necesaria. Entonces ocurrió que el esposo, con la propia ayuda del amante infiel, tuvo que nuevamente ocupar el terreno baldío de su propiedad, levantando con premura una casilla prefabricada, como decía con la ayuda financiera del pecador fabricante de luxaciones.
Los niños se criaron yendo de casa en casa, pero cuando fueron grandes y heredaron todo, ampliaron el negocio instalando un mini mercado. Padre, madre, y amante, llegaron a longevos.
Los muchachos de la segunda generación, formaron una sociedad indestructible, que logra fusionar: amor con la responsabilidad del laburo y la subsistencia. Pero no han podido formar un hogar verdadero con hijos, quizá del susto existencial, de este modo no habiendo descendientes por parte de ellos dos varones, cuestión que agrega un interrogante de adonde irán a parar los apellidos. La historia pasada de los presentes con vida. Entonces fue que a medias, alquilaron un vientre, ambos poniendo la semilla pero en definitivas sin conocer de quien será el niño.
No obstante dicho único descendiente hombre, cuando fue adulto, tuvo muchos hijos con tres mujeres al mismo tiempo, dejando salvada la genealogía, con gran cantidad de parientes, en su mayoría del sexo masculino. Que entre todos pudieron unificar las dos propiedades, haciendo nuevas ampliaciones hasta parecer una mansión.
Pero la vida los fue separando por diferentes motivos, tres de los muchachos cumplen condena por delitos graves, una par de hijas mujeres están desaparecidas se supone que por la trata de blanca.
La cuestión es que quedaron conformados en un matrimonio de hermanos viviendo juntos, que acorralados por la propia presión social en estado de adversidad optaron por formar una pareja estable, llegando a tener por auténtico nacimiento de parto natural un nuevo integrante varón, llamado Marcos Augusto.
Desde lo alto de lo prohibido.
Se acercó cual tren de carga, abalanzando su cuerpo torpemente, sobre el cliente numero uno a punto de comprar abonando al contado. Ningún motivo tiene como para revelarse, ni el mismo comprende su actitud. Sobre la propia mesa de la terraza están sus anteojos negros, necesita llegar hasta allí. Pero la tensión sentimental que existe, con la persona que maneja la historia, es tal, que hace tener que retroceder volviendo al llano descendiendo por la única escalera. Por este motivo ha quedado virtualmente despedido del negocio de las camperas. La historia continúa, con que una nena de cinco años cayó al vacio desde lo alto de dicha terraza, quedando literalmente estampada en el suelo. Un helicóptero trasladó a la madre a la clínica militar donde llevaron el cuerpo, mientras que en la propia mesa donde quedaron los antejos olvidados yace la mochila de la víctima falta. Como corresponde hicieron una pericia científica, bastante meticulosa, donde pudieron establecer que se trató de un accidente sin dudas. Aunque suene disparatado, al verano siguiente instalaron una pileta, créase con la debida autorización, estando el predio colmado de infantes por todas la época estival. Pero esta empresa de camperas de cuero, aunque con menos visitas, continúa utilizando el lugar para desarrollar su actividad. Con la novedad de que a pesar del material aislante, el agua de la piscina fue comiendo el cimiento del último piso, hasta el extremo de declararse peligro de derrumbamiento. Entonces fue que, pronto retiraron todo, volviendo a quedar cual lugar de estar, quedando terminantemente prohibida la entrada, sin tampoco la posibilidad de utilizar la terraza para colgar vestimenta. Una de las pocas personas que pueden entrar es el portero que es el que tiene la llave.
Finalmente pasó que el edificio tuvo que ser derrumbado, tirado abajo con bombas colocadas en las columnas. Luego habiéndose constituido un chalet con enormes techos, de tejas a dos aguas, esmaltadas, donde aseguran los habitantes que viven palomas muy menuditas, acurrucadas en los recovecos, y que sufren de obsesión por los espíritus, que por ello nunca paran de gorgojear.
Desde la cárcel.
-¿Que hubo que hizo cambiar tanto la historia?
-Usted está acechándome, por experiencia, le recomiendo que no me resulte antipático.
-¿Porque trasladaron a este, como pretenden que soportemos estás circunstancias?
-Mañana mismo vamos a trazar un plan para escapar.
-Prefiero tirarme en el piso antes que rosar la piel de este lagarto.
-Nunca olvidemos que los recuerdos son una buena compañía, y tampoco perdamos las esperanzas de que algún día seamos verdaderamente libres con solamente evocar el pasado.
Las alegres condenas de estos tres presidiarios que ponen el cuerpo, básicamente transcurren tranquilas, pues han podido entablar una linda amistad que perdura.
-Desde que estoy preso es la primera vez que me siento arrepentido, pienso que en su momento tendría que haber ido a vivir sola; pero es tarde, ya llevo tres cuarto de la condena en el buche. Tengo remordimientos de saber que carecí de ovarios para mandarme a mudar, pero en cambio huevos de sobra tuve para matar injustificadamente.
Los guardias cárcel están proponiendo un intercambio de presos, presienten que se avecina una rebelión, o un sangriento motín. Intentan destruir los supuestos preparativos asumiendo una actitud de escarmiento.
El desplumar de las palomas silvestres es el reflejo del hambre que impera, un testimonio de la cruda realidad por donde se la mire, no sería extraño que comiencen a alimentarse de la basura.
Los presos de la celda ciento treinta y tres conviven como personajes de una representación teatral, mayormente se manejan con un vocabulario conciso, y sino, tratan de disfrutar del silencio cargado de mucha reflexión, también por todos los medios de dormir, siendo preciso contando nubes que imaginan en la humedad del techo, considerando que el arte del buen soñar es una religión fundamental.
En una oportunidad, por envidia de lo bien que ellos conviven, los encadenaron en el patio, desnudos, para que mueran de frío, así aprenden a llevarse pésimo.
Por eso ahora sienten que el espacio de la celda les pertenece por completo, porque es un lugar igual que un altar, donde los hombres que pasan por delante se vuelven solemnes, aunque más no sea por un instante.
Entre ellos se defienden a morir, ante cualquier contingencia negativa muestran sus colmillos afilados dispuestos a entrar en rencilla total. A pesar de todo lo expuesto, jamás hubo existido una íntima relación de la que deban de avergonzarse, hasta la fecha ninguno se ha alzado con la voz de un único caudillo dictador.
Para terminar, es de subrayar lo bien saben valorar lo sustancioso del buen soñar y apreciar lo voluminoso que es cuando el tiempo se comprime haciendo ligera la gran espera, por consecuencia impera la más absoluta parsimonia, salvo algunas escaramuzas se goza de un interesante clima de tranquilidad.
Los tres en conjunto, viven sabiendo que después del fondo no existe nada, que se acaban los cálculos, las exactas mediciones. Y que el sol es cosa escencial para todos, sobrando motivos para ser muy felices.
Finalmente estos tres compañeros de la ciento treinta y tres, condenados a perpetua por matar a sus esposas, logran darse a la fuga por los techos del penal, justo cuando los reclusos festejaban la navidad junto con las muchas visitas que asistieron, en un preciso momento donde un actor famoso haciendo de Papá Noel acaparó la atención de propios y ajenos, allí lograron huir por los techos.
Huyeron a esconderse en los montes de las islas vírgenes en la desembocadura del Rio de la plata. Pero tristemente, no pudiendo sostener la armonía de la celda. Se enfrentaron eliminándose en diferentes duelos con armas blancas. Uno solo sobrevivió. Que justamente era el único inocente de los tres que estaba padeciendo una condena injusta.
El duende perdido.
Un bombero está apagando un incendio, con la canilla del agua cerrada, borracho pero a la vez atontado por el humo, las llamas lo envuelven pero igual continúa estoico, muy convencido de que lo realiza correctamente con genuinos recursos. Pero otro compañero se percata de la situación y lo salva de ser consumido por el fuego. Las imágenes en vivo muestran con nitidez cuando ambos abordan la escalera en el preciso momento en que la vivienda se derrumba totalmente.
Las imágenes recorrieron el mundo y este muchacho se hizo célebre, por mucho tiempo se repitieron las pruebas testimoniales de semejante descuido.
En la actualidad se desempeña como sereno en un corralón de materiales para la construcción, todas las noches se duerme ya entrada la madrugada, más luego completa el sueño con una linda siesta a la tarde temprano luego de almorzar.
Algunas veces sale de paseo al pueblo pero la mayoría se queda en el laburo tomando mate hasta hacerse la oscuridad, donde si asume el mando de todo.
Afortunadamente, a pesar de lo que dicen las noticias, nunca pasa nada malo, fuera de que los perros que ladran por cualquier tontería el barrio es tranquilo.
De todos modos paso a paso va construyendo una destino aceptable, solo faltaría una linda mujer.
La clave yace oculta en que bajo cualquier condición siempre repite la misma testaruda acción de marchar con cuatro ojos super atentos, suele hacer la ronda en buen estado de lucidez, pero a la vez de sangre fría.
El ahora está dormitando sentado apoyando la cabeza en una mesa siendo que son las ocho de la mañana, pero ha sido solo un descuido. El dueño del corralón lo despierta arrojando un puñado de arena en los cabellos. El tipo le informa que detrás del establo hay nueve cadáveres apilados unos sobre otros. No obstante el cuidador jura haber estado la noche atento. Revisando las filmaciones pudieron comprobar que no miente. Por las mismas cámaras, los investigadores no percibieron nada extraño. Las asociaciones por los Derechos humanos se hicieron eco del aberrante suceso, que pronto denominaron como la masacre del Rosario, habiendo un puñado se señoras con pañuelos como sombreros siguiendo las acciones de cerca, señalando al bombero como posible represor, cómplice del holocausto. Pero lo extraño, que no cierra por ningún lado, es que nadie reclama los cadáveres, ni se los puede identificar de ninguna manera, pues parecen no existir en los registros públicos, por lo tanto, la pobre justica no pudiendo acusar de semejante atrocidad a nadie en concreto.
O sea que este sereno se mudó nuevamente pero al centro de la propia Capital, comenzando una nueva vida como chofer de una estrella del cine convencional. Una vez instalado en su nueva rutina se puso a investigar acerca de aquellos desaparecidos. Ya que luego existieron una par de casos más con características similares. Finalmente fue tentado a participar en una película como galán de la diva, ofrecimiento que aceptó bajo la condición de siempre vestir una máscara de superhéroe. Se puede afirmar que actualmente es famoso por partida doble.
Hasta que descubrió e hizo extensivo, que detrás de los crímenes misteriosos, existe más de una banda macabra, todas esotéricas; que aseguran convivir con seres de otras dimensiones, que les ofrecen a sus muertos puestos en plaza.
Malvivientes comunes, a los cuales luego de la intervención del chofer, atraparon justo cuando estaban por despachar una nueva tanda. Dicen que les envían gente muerta de otra dimensión (Aunque para nuestros ojos se ven como hijos de estas tierras) y que eliminan a esos seres de cualquier manera utilizando muchos métodos diferentes, luego arrojándolos impunemente en nuestro mundo.
O por el contrario, como en su resonado caso, sigilosamente uno por uno fueron depositando esos muertos, todos vestidos de negro dentro la oscuridad infame, luego de haber caminado por entre la maleza salvaje plagada de animales guardianes, sin ser detectados. ¡Mamá!
La diminuta comedia.
El nervio aguanta por ser un tendón, por allí va toda la energía del cuerpo, es como un cable de alta tensión. Pero Ellos fueron hasta el fondo, cosa que quede todo descosido. En ese punto se detuvieron. Es decir que solo allí pararon de lastimarse, nunca fueron libres, siempre tuvieron que obedecer al instinto animal, el destino de coronar el alambrado de filosas púas dándole sin nunca dejar de pedalear hasta el fondo del pantano.
La gente ríe sin parar, hasta el lugar de un fuerte resfriado, quizá ignorando el contenido de esa jornada de espanto, de esa caja negra que ha de estar colmada de bullicio, pero siempre soltando parte del plasma interior.
Los edificios del siglo pasado mantienen historias íntimas de amores que únicamente la literatura podría reflejar. Silencio más distanciamiento de esta locura demencial con su puerta trabada. La pila de cartas se derrumba por el viento igual que la gota que hace rebalsar el vaso. Los muertos están contando sillas para ver si alcanzan.
Es una historieta esta cuestión del colegio que nunca dicta clases. Un lenguaje vulgar aplicado a un discurso de esperanzas, de todos modos sigamos adelante con la colecta.
Historia de pensionados.
Una señora equis se presenta en la perrera a que le vacunen el pichicho contra la rabia, pero luego de la aplicación este muere, por consiguiente ella se lleva al animal suspendido en el aire cual si estuviera vivo, o como una marioneta, no pidiendo aceptar la realidad, entrando en un estado de locura demencial. Al mismo tiempo, un jubilado en ánimo de protesta camina desnudo por la calle, donde justamente desfila la mujer con su títere (a base de Chiguagua muerto). El viejo tapa sus extremidades con grandes hojas de una planta tropical, propinando alaridos de alguien que la pasa muy mal. Dos muchachos se trasladan montados en una ficción donde un hace de carretilla. La señora muestra al anciano los pequeños colmillos del mártir, quien enseguida detiene su marcha sin dudar. Le han jugado una broma pesada al pobre, víctima de un cruel engaño, no obstante percibe el drama solidarizándose con la damnificada, ofreciendo su ayuda para dignamente sepultar la mascota en el mejor lugar posible.
Los jóvenes que circulan pagados por el grupo mentor de la joda, con los celulares logran filmar la escena, donde dueña y activista en paños menores, realizan un pozo en la entrada de una casa abandonada, más luego se dirigen al club para poner al tanto a resto del grupo de jubilados.
Ambos se ven reflejados en unos vidrios sucios y rajados del lugar, por unos instantes sienten que todo ha valido la pena en son de la amistad que asoma. Encendió una vela blanca que pegó en una baldosa suelta, nada podía imaginar que todo en ella se viniera tan abajo al morir su criatura.
Cuando la luminaria está goteando sus primeras lavas se acerca un contingente de compañeros tocados por lo sucedido, conmovidos, vinieron directo de la cancha de bochas al entierro. Pero lamiendo el piso pues la zanahoria que viaja adelante vino dejando caer lentamente el cargamento de cocaína (son las primeras generaciones de longevos drogadictos que vienen arribando) En mitad de la ceremonia de despedida le hicieron extensa una invitación, para una cena en su honor, en el propio club de los pensionados. Y se marchó, acompañada de su amigo, a quien le hicieron llegar unas prendas.
El quedó en pasarla a buscar para estar a la hora indicada. Así fue como luego se presentaron a la gala, vestidos de etiqueta. En los postres, luego de ella en persona aplaudir al chef, vienen a enterarse que se han deglutido al animalito junto con otro gato en un guisado inolvidable. Esta mujer agarró un cuchillo desafilado alcanzando a apenas lastimarse, pero lo suficiente como para dejar su rostro pintado cual diabla. Mete sus dedos en la garganta intentando lanzar pero siente a su estomago feliz no queriendo soltar nada. Maldiciendo a su amigo quien recibe un arañazo de oso hembra en el pecho.
Luego marchándose furiosa, jurando con los dedos en cruz nunca llegar a la tercera edad, antes muerta.
Hormigas en el traste.
A ver: Conocí a una muchacha muy especial, de ojos azules, pero que antes se hizo pasar por alguien del sexo opuesto, que además me flechó el corazón. Como resultado habiéndome doblemente enamorado: del joven que con tanta habilidad hubo representado, a pesar de parecer un tanto afeminado, luego haciendo lo propio con la mujer infartante que resultó tener oculta.
Pero el problema es que ahora quedó en cinta y yo estoy legalmente casado con otra.
Entonces, no existiendo mejor remedio, las junté a las dos. Con inteligencia las presenté con éxito para que sean muy amigas.
Pero cuando la noche se termina ella vuelve a ser un hombre, que para toda la real sociedad es un amigo inseparable, que además vive en casa, pero que por el contrario es muy recatado, como en toda buena farsa el típico tímido incapaz de tocarle un dedo a nadie, que finalmente los ajenos terminaron por apodarlo Sancho Panza.
Ya no podremos continuar con la comedia, al nacer se sabrá la verdad que nos oprime. A menos que, aunque todo sea mentira, digamos, con nosotros en complicidad y total acuerdo, que lo encontramos abandonado en un basural enseguida adoptándolo como propio.
Aun recuerdo aquel día en dije a viva voz: "Me niego a tener que soportar un día más andar con el auto así de sucio", frase esta que logró cambiar mi destino por completo, iniciando la mecha que jamás se detuvo, puesto que para poder solventarse, la pobre primeriza actuó por su cuenta impulsada por la necesidad, con ser un muchacho lava-autos, justo en el preciso momento en que incrédulo me presenté como cliente consumidor, además de cuando tuve la guardia baja en lo que se refiere a mi identidad sexual.
Ahora no hago otra que ir de acá para allá, sin poder estarme tranquilo, ni sentarme derecho.
Noche de lobos.
Suelta los cabellos sobre tus hombros. Ahora por favor recorre la inmensidad en un segundo.
Pues no queda más tiempo aprovecha a desatar el interior oprimido, el corpiño de seda, antes de que acabe todo, antes de que llueva la muerte.
Entrega tu propia alma depositándola en la alcancía de esta fracturada realidad que se ríe, de esta noche de luna llena que espera antes de partir al infinito que es la nada. Pero también quítate hasta quedar desnuda para poder mirar tus manos acariciar el aire, tus ojos llorar la despedida, junto con los senos bamboleándose al viento.
Mis colmillos aun gimen de poder beber del manantial de la alegría, múltiples aullidos resuenan como campanadas. Cada uno tiene su destino prefijado sin que pueda ser de otra manera.
Siendo un desperdicio profundizar en las derrotas, también en las imágenes que pronto quedan hasta que se disuelva la existencia reflejadas en un instante final.
Ya que el argumento debe emerger quedando a flote, la historia dará brazadas entre el fuego, el agua de los bomberos; que de no haber sido por que la conocí de casualidad no hubiera llegado a estas circunstancias de estar luchando por esta imposición que propuse.
Es un día perfecto lo mismo que solicité en mis plegarias.
Coloco el dedo índice en mi propia boca haciendo presión sobre el interior del cachete hasta hacer que salte cual corcho de champagne. Pero viene el diablo a llevar mi ente hacia el fuego del desierto, teniendo que marchar sin poder lograr el cometido.
Una historia de otro lugar.
En este planeta donde vivo impera un clima donde por tres día de intenso calor sobreviene uno de mucho frío. Yo mismo me siento a esperar ese momento donde comienza a descender la temperatura refrescando mi cuerpo aun caliente. Más luego acostumbro quedarme viendo la televisión sumamente cobijado.
Trabajo vendiendo helados en una bicicleta con refrigerador, pero aquellos días donde hace frío a veces salgo a ofrecer churros con chocolate caliente.
Soy un ser comprometido con una dama de mi mismo talante, pero dicha relación se deteriora día a día, divisándose en el horizonte un cantando final. Como si fuera fácil, Ella desea que yo sea emocionalmente estable, sin embargo soy un tipo que sufro de cambiar de estados de ánimo en forma permanente, muchas veces las rabietas que me agarro destruyen todo a su paso.
Pero también nos persigue la mala suerte, por ejemplo la semana pasada realizamos un campamento en un día de frío, donde calculábamos que sería de veinte horas como para reconciliarnos, hacernos mimos, que siempre resultan reparadores, pero hubieron un montón de problemas, que entre otras cosas, ocasionaron grandes demoras quedando finalmente nosotros desentonados con los día soleados que lo sucedieron, donde tuvimos que quedarnos de manga larga a esperar, con un humor de perros, ya que andábamos abrigados como para andar sobre el hielo, en el mismo lugar donde estaban todos desnudos disfrutando de la piscina. Después al regreso ella se enredo con la bufanda quedando al borde de morir asfixiada.
Una vez hubo alguien que mató a una persona, más luego fue hasta la luna a enterrar el cadáver en el suelo arenoso. Yo pienso pronto hacer lo mismo, solo temo que sus aletas dejen una señal soltando su baba por los rincones, también que la maquina deje de funcionar en pleno vuelo, o que mis manos se hundan en esa arena hasta chupar nuestros cuerpos hacia el fondo.
En este preciso momento estoy besando su boca de labios de nacar, mi lengua se envuelve cual víbora, juntando sus puntas con las de ella, provocando un par de electrones.
Pero siento un fuerte tironazo, que arranca un pedazo de carne de la garganta, dejándome mudo ¡trompetas! por largo tiempo.
El ciudadano.
El ciudadano Tomás Ramos fue injustamente víctima de una golpiza por parte de la policía, teniendo que pasar una noche entera en el calabozo habiendo sido torturado previamente.
Su furia contenida se tradujo en que hizo un juramento de aplicar venganza, a mediano plazo, colocando una bomba en la propia comisaría.
A penas liberado se contactó con un grupo de terroristas haciendo la propuesta de hacer explotar un artefacto en una embajada, ofreciendo sus servicios de piloto suicida, pero varios años después, el día indicado, cuando debía marchar hacia la Capital, torció el rumbo dirigiéndose a la propia comisaría, incrustando la camioneta con explosivos sobre el frente, ocasionando un atentado donde murieron ochenta policías.
Entonces el heredero fue su padre quien intenta encontrar un perdón para su hijo.
Formula uno.
Estoy entrando por el Matogroso,
correntada a favor bajando
por el mismo Amazonas
hasta allanar el continente.
Soy como una arteria
que conserva la sangre intacta,
una esquirla, un tapón en la bañadera.
Yo estoy desparramado por el océano
entre hojas secas. Soy un pirata
que sueña con un solo ojo en el aire
a la voz de quien diga la gloria
coronado de verde selva.
La ruta del silencio.
La sartén está sobre el fuego con el aceite hirviendo, Carlos pondrá una papa cortada en bastones largos. Pensó: ¿Qué sería de la vida si no existiera el aceite comestible? ¿Que sería de la vida sin dicho elemento sustancial? se quedó repitiendo sus pensamientos.
Pero observa por la ventana del comedor un hecho insólito. Hay un grupo de personas, familiares allegados del vecino, que están ocupando el frente de la vivienda como en una conglomeración, pero un muchacho equis golpea con su puño a una anciana y nadie se inmuta, todo continúa funcionando normal, hasta que de repente estallan en risas cuando la viejecita se despierta. Le han extendido la mano para que se levante pero aun así la reunión no se detiene.
Carlos está tocado con la barita del talento para cocinar, pero las papas están a punto y sigue sin quitarlas a propósito, pero también reconoce que está re-loco al percibir una gran oportunidad en todo esto, además confesando sus pesares a Nélida, su señora, aunque en ésta ocación jura por lo bajo haber visto lo recién comentado.
Sin deseos de vivir asomó la cabeza por el vidrio luego gritando ¡No lastimen a la pobre abuela! Se siente ridículo. Nadie parece inmutarse, la reunión se traslada al interior de la vivienda como si nada hubiera ocurrido.
Ya que no está la mujer golpeada de la tercera edad tirada en la acera, por un segundo Carlos desconfía de sus ojos, pero luego retorna al convencimiento de que algo malo ocurre. Si total sobra el aceite de girasol, olvida las papas en el fuego, decidiendo investigar por su cuenta.
Luego de calzarse las botas se afinó el bigote en las puntas, mientras de su pecho hundido retumbaron vibraciones propias de un pedido de paciencia dichos cual ventrílocuo dirigido a su esposa.
Cruzó la calle pero cuando entraba en la zona candente, ve venir bajando rodando por el patio del vecino la cabeza de la anciana, la cual se detiene frente a sus pies. Entonces escucha decir de su boca, que mejor se meta en sus asuntos privados.
Ahora Carlos se siente descompuesto, por primera vez alcanza a reconocer que está alucinando. Apresurado regresa a la cocina y mira si la copa de vino tinto está envenenada. Comprueba que algo raro tiene, cuando tambaleante descubre a su señora que lo está mirando desde el dormitorio muy risueña. A Carlos todo le da vueltas. Pero logra alcanzar a Nélida que retrocede, a quien sostiene del cuello fuertemente ¿Qué le pusiste a la bebida? Preguntó, mientras preocupado agregó ¿iré a morir?
Finalmente resultó ser producto de un coagulo cerebral, que debió extirparse a la brevedad, no sin antes andar cerca de la muerte.
Luego de estar internado largo tiempo se recuperó, y hasta camina sin mayores dificultades.
Una mañana estando sentado en el mismo lugar, a cambio cebando unos mates, los cuales bebe con la boca torcida, viene a darse cuenta, que dicho vecino está enganchado de la luz, obviamente de manera ilegal. Se hizo muchas preguntas, pero antes de continuar con alguna respuesta, cruzó la calle para verificar que los cables de supuestos medidores de menos indicaran lo contrario. Le resulta extraño e indignante, que una familia tan ejemplar, además de numerosa, pudiera estar viviendo de esa manera. Inmediatamente se escuchó un fuerte griterío. Sobresaltado siguió hacia adelante, enseguida descubriendo la puerta del mentado vecino abierta. Al entrar, a los pocos metros, halló a su propia esposa, ridiculizada. Carlos, sorprendido, se apresuró a socorrerla apoyando sus manos en los hombros. La pobre habría seguido sus pasos, entrometiéndose en este asunto, pues toda vez que tiene la cuenta reniega de las luces ensendidas de los demás, quienes, según su criterio, incrementan el presupuesto general perjudicando al resto, siendo estos vecinos los que menos ahorran en energía; con la mismas preocupaciones que Carlos, de hacer un justo reclamo, con el mismo afan de conocer la realidad, por ende recibiendo una flecha, con sopapa en la punta, que se incrustó en el centro de la frente.
Para lo cual ofendidos retrocedieron para rearmarse y contiguan litigando. Carlos desenfundó las escopetas de perdigones en forma desenfrenada. Aunque Nélida piensa lo contrario, por ello sin esperar la orden, comenzó a disparar desde su vereda.
Pero en medio de la balacera, Carlos, mirando bien descubre unos cables nuevos que hay en un poste de cemento que jamás antes supo que estaba allí, que yace practicamente sobre la calle y que en efecto corresponden al vecino. Levanta un brazo imitando al general Koster, pero a esta altura de los acontecimientos Nélida a falta de perdigones arroja piedras de los canteros. Al saberse equivocado no duda en arrugar la camisa blanca de su boda para fabricar una bandera de rendición.
El famoso vecino se llama Mauricio, es padre de cuatro hijos, ni por un segundo dudo en detener sus propias acciones, que consistieron en hacer sonar las alarmas en busca de ayuda, solamente disparando balas de plástico pertenecientes a una arma de juguete. Inclusive se acercó a Carlos con las manos levantadas en señal de obediencia.
Entonces acordaron cenar para hacer las pases y firmar la paz definitiva.
Las patrullas de escribir.
Hubo un momento del cumpleaños de Joaquín, en la estancia La bonita, en que hubo que salir a tomar aire pues se sentía muy encerrado. Don Joaquín cumple noventa años, igual que Sábato. Es un oligarca que tiene mucho poder.
No obstante tiene alojado a un amigo escritor, que es una rata, que pronto lo empleará como cadete. Cuando el anciano supo que le daban el empleo, de la alegría por primera vez en la fiesta se lo vio fantástico; lo que el profesor desea es hacer una recopilación de los distintos autores que más han influenciado a la humanidad, los más conocidos, necesitando un cadete.
También tiene alojado a un pintor que se dedica a retratar la manada de equinos, otro animalito, pero este mantenido a caviar. Resulta demasiado poderosa la estampida de tantos caballos que se alojan a metros del casco, con decir que la bandeja de losa de la abuela se rajó al medio.
También por parte del escritor que pronto le dará trabajo recibe un premio en afecto cuando hilvana alguna frase potente. Pasó que esa misma tarde al percibir el primer beso por parte de la Celestina, por haber escrito una gran poesía, todos los músculos del cuerpo se le tensaron.
Don Joaquín hizo pintar en óleo, unos frisos con mucho cielo abierto, y los caballos en el establo. Son paneles que han de irrumpir en mitad de la fiesta, en un determinado momento. Aquel que llegue a divisar la nube acercarse, que comience a aplaudir lo antes posible, fueron las últimas indicaciones coherentes del viejo decrépito, que no hace otra que escupir en una palangana.
Al promediar la fiesta se apagaron las luces para dar comienzo a una función de teatro, donde actúa un nieto preferido de Joaquín, aquel que quiera aplaudir a destiempo, será premiado con un asiento en la primera fila de la platea.
Pero antes de empezar la gala, Don Joaquín sufrió un infarto seguido de muerte.
Después en el velorio se supo que el finado tiene más riquezas de las ya conocidas.
Entonces se hizo otro gran festejo, pues así era cumplimentada su última voluntad, junto con la inmediata organización de una competencia de potrancas de pura sangre.
Una curiosidad es que justamente la primer carrera, ha sido anulada pero igual siguen corriendo.
Pero todo lo saben, así lo sienten, que más allá de los caballos, y de los artistas, lo que acontece es que la nación acaba de perder a un gran patriota.
Góndolas vacías.
Luego de pasar toda la mercadería la tarjeta de crédito acusa no tener fondos, la empleada, no por nada, a propósito encendió la luz del asistente pues olfatea que va para largo. Un loro se pasa de hombros entre toda la familia que está comprando, la encargada recrimina que no se puede permanecer con animales.
Son momentos difíciles para la nación pero igual la gente compra en demasía, ahora mismo están quitando un ticket del sorteo, por una lustra aspiradora habiendo una multitud de señoras.
Una primeriza amamanta a su bebe sin importarle quien será el ganador.
El fantasma de los golpes de estado en América está presente, asechan al consiente colectivo las imágenes del pasado, la situación es alarmante pues los militares golpistas están agotados de negociar con la izquierda, desean terminar con esa, según su errado entender, esclavitud de tener que ver como el barco se hunde sin hacer nada.
Los Argentinos estamos muy complicados, en una situación en extremo urticante, parecida a la de Honduras, pero no obstante las góndolas yacen vacías por el desabastecimiento, hace tiempo que se apuesta al dólar pero este permanece estático, siendo finalmente lo mejor comprar alimentos para todo el mes. Una bolsa agujereada deja caer una botella de plástico que rueda hasta el escenario donde descansa la ruleta, no será necesario encontrar un culpable y velar a un muerto pues el mismo cliente no desea cambiar las cosas.
Al cabo de un largo momento la maquina registradora hace sonar una sirena que indica que puede aceptar dicho pago que viene demorado.
La misma empleada aplaude que toda haya finalizado con éxito, que por fin esta familia de chinos se aleje junto con su loro.
Una familia singular.
Hay que preparar la pasta para amasar los ñoquis, le abría dicho Silvia a su madre.
En la calle están arreglando un bache en el empedrado, un tractor con un rodillo intenta aplastar las piedras.
Es el comienzo del otoño, nublado pero buen tiempo, irán a reunirse a comer los ñoquis de Chela un día lunes, día del sombrero. Son una familia numerosa todo traerán uno puesto, pero además hay que agregar al Chofer del Mateo, propiedad de Chela, quien es un número puesto en la mesa, debido a que hace un aporte muy valioso a la familia al continuar manejando el carro, y al que siempre lo acompañan su galera con bastón.
Este hombre testarudo, originalmente repartidor de leche, alto pero con una panza alargada con forma de sandía, la década pasada por orden del finado patrón de aquel momento, marido de Chela, ha remodelado el carro blindado quitando el techo, para convertirlo en un coche de paseo a tracción a sangre. El preciso lugar donde siempre acostumbra estacionar, pues lo considera abandonado, es justo la entrada para los vehículos de un vecino, que al tener su auto descompuesto desde hace tiempo, no respeta el espacio como algo prohibido. Pero lo cierto es que este se ha comprado un cochecito antiguo reemplazando al fundido, por ende necesitando del lugar, definitivamente. En cuanto a la parada donde suele levantar a los pasajeros es la conocida que se encuentra al frente del Jardín Zoológico, pero como es un ilegal, muchas veces debe deambular antes de meterse entre los habilitados.
El hijo menor de la señora luciendo una gorra de chef sucia de grasa, les hace llegar la propuesta de poner una pizzería en casa bajo las órdenes de Chela, haciendo el reparto con el mateo, o bien permutando el antiguo carro por un ciclomotor último modelo, pero Darío el chofer le tira la idea abajo, ya que le resultaría imposible desprenderse de dicha gloria viviente que son.
En ese preciso momento avisan que la topadora le hubo pisado el vaso de una pata al pobre caballo, llamado Samuel, que además al brincar se abría luxado el anca, teniéndolo que anotar en lista para ser sacrificado.
O sea que el almuerzo se interrumpió quedando los platos cargados echando vapor. Con valentía la señora tomó un revolver, más con absoluta decisión gatillando en la sien del equino. Enseguida la propia grúa que lo aplastara, luego arrastró al animal por la bici-senda hasta el corralón.
Chela con urgencia pues se hacen las catorce horas, calentó las porciones en el micro onda, mientras todo regresaban a la mesa, con una cuchara golpeó la campana sin badajo para llamar a comer a los pequeños. Hicieron un minuto de silencio por Samuel, más luego continuaron cual si nada hubiera ocurrido, pero habiendo dedicado un tributo antes de abalanzarse sobre la comida.
Pero pasó que regresó el vecino con su Bergantín recién adquirido, encontrando el carro solo mal estacionado, malhumorado, puesto que con la diestra sostiene la boina gallega, con el ante brazo golpeó el cartel de chapa, provocando un ruido tremendo, acaparando la atención de los parientes de Chela.
El chofer se disculpó, argumentando que ignoraba la nueva adquisición, pero el vecino considera que igual debe respetar las normas, que por favor lo antes posible desplace el armatoste de la entrada.
A todo esto en segundos el rodado se lleno de niños, que no hacen más que tocar todo.
La calle es una pista, con dibujada una linea roja de la sangre del caballo. El vecino llevó a pasear una vuelta manzana a toda la muchachada, acompañado de Silvia que nunca se aparto de su lado.
Entonces cuando por fin regresaron, Chela reunió a toda la familia para hacerles llegar una novedad,
y es que desde hace tiempo está noviando con Darío a escondidas, que se han enamorado mucho, estando dispuestos a casarse pronto.
Imágenes reales.
Este cuento va dedicado a mi hijo Tomás que transita por un mal momento, espero que pronto lo pueda leer.
Compro mis cigarrillos de la marca que acostumbro fumar, pero existe una novedad, en la caja hay impresa una imagen tremenda, la de una boca abierta que muestra la lengua hacia afuera, donde un bisturí sin filo quita de su superficie una grasa alojada, sufro de una repulsión tremenda, al punto que comienzo a vomitar; pero los ravioles del mediodía caen al piso revotando volviendo a incrustarse en mi cara, cual la torta que recibe el payaso. Un milagro, pensé, pero es una boca de tormenta que hace soplar viento de abajo; recordé a Marily Monroe. Entonces miro para todos lados, y riendo comienzo a afeitar la quijada con un peine.
Antes de regresar a la oficina vuelvo a mirar la imagen del atado, y por primera vez en mis veinte años de tragar humo, como no habiendo entendido nada, siento deseos, pienso en abandonar dicha práctica sagrada.
Limpieza en las plazas.
La puta que lo internó. Son más locas que la mierda ¿Como puede ser que un par desquiciadas mentales puedan sostener tu vida en un puño? Si no tienen la más perra idea de como funsiona una mente ¿como podemos otorgarles tanto poder? Igual que a un intendente perverso, un gobernador manco por ser pirata, o un psicólogo trucho que sedujo a la reina. Con el perdón del fascismo, esto fue fascismo Argentino nuevamente; y en democracia, aquella que les chupa un huevo y la mitad del otro. Pero les falta la bolilla aquella donde las cosas se van con el fuego, pues con el frío se acercan con más fervor. Vosotros los vampiros de la ciudad, deberían de inyectarse todos veneno de las plantas pues son los verdaderos diablos, o atarse a la cama helada hasta convertiros en hielo, más en el regreso arder en una hoguera infinita. Ahora el legítimo habitué de la plaza se debate con la muerte por vuestra locura. Vais a tener que alquilar vientres para que pueda tener más hijos. Merecía una oportunidad, la oportunidad vital y más esencial, por excelencia, antes de partir al cielo a que lo reciba otro padre, de que su amado padre lo pudiera volver acunar como cuando era pequeño y así salvarlo de ese infierno temido.
¿Para que queréis alas si volar os hace estragos? Donde otra identidad hará sumar escalofríos. La puerta se cerró detrás de la mesa, y los fantasmas forjaron el hierro del ventanal. Cámara lenta su ojos dejaron de existir. Socorro, irán a pedir luego de muertos. Pipi pipi, pí, pipi pipi, pí, eso es lo que vosotros sois.
El topo en la bota.
Me siento infiel por haber cenado comiendo sin pan, bebiendo en la trastienda hasta después de la muerte; tonto de resistirme al tímido tormento de estar despierto, como haciendo descanzar la oreja sobre el liso colchón de la capilla imaginada, prácticamente dejando la propia existencia al regresar de tan hondo pasillo, con el llanto impotente del pecador en la niebla.
Entre ronquidos, parloteo solamente del tiempo sin reparar en historia alguna, del viejo segundero de algodón y de alpiste por ejemplo.
Fantasmas.
Galopé cual jockey pero en el campo solo, estuve parado sobre los estribos con la cola levemente estirada, las espuelas eran las orejas del mocasín que rozaban el pelaje. Finalmente desciendí con el animal en movimiento, flexionando mis rodillas a la vez que mordía mi labio inferior.
Sobre la cómoda descansa el reloj marcando las nueve, es como comenzar una nueva vida esta mañana apagada.
Creí ver por la ventana que da al granero una sombra muy animada que me hizo pensar que estaba ante un espectro, apresuré el movimiento instintivo de curiosidad, para aunque sea observar su recorrido final, pero me tropezé con la mirada impertérrita de mi fallecido tío Anastasio. Corrí asustado hacia el frente del casco, gritando de espanto, pensando que estaba re-loco. El cuero del cinto transpiraba mi propia agua, hablar con soltura y claridad me costaba montones. Pero estaba solo, pensé: es inútil que intente hacerme entender con un desconocido porque me resulta familiar. En solamente un instante la casa se pobló de cientos de ellos, todos idénticos entre sí. Me hacían recordar al pariente querido pues son de brazos llamativamente encogidos y pareciera que peinan canas amarillentas, siendo que es una extraña luz que sale tenue. Cogí la metralleta de plástico y comencé a disparar en todas direcciones, pudiendo comprobar que se divierten, jugando a que mueren de verdad junto conmigo. Cansado de parecer un niño lancé una voz de alto, para que se rescaten de tanto desorden. Busqué una daga para matarlos, pero ellos prefirieron hundirse en la oscuridad de la noche. Escapar de mis brazos egoístas que se fueron quedando sin dueño.
Al día siguiente aun tengo la resaca marcando mis sienes. Una inmensa tristeza de haber perdido la grata compañía.
Foro de denuncias.
Primera parte:
Mi hijo Tomás, de tan solo veinticinco años y una vida por delante, aunque en verdad temo por su integridad, está siendo víctima de una tremenda injusticia, pareciera por parte de una organización delictiva dedicada a eliminar personas a favor de sustentar un poder macabro tendiente a dominar la comunidad.
A los cinco años de edad sufrió un accidente cayendo de un tobogán, que por poco le cuesta la vida, habiéndose fracturado el cráneo, acompañado de una importante conmoción cerebral; me siento plenamente responsable pues era yo quien estaba bajo su custodia en aquel momento en la plaza, donde me distraje de manera imperdonable, pero luego del accidente dos mujeres me persiguieron por la calle mientras llevaba a mi niño convaleciente en brazos rumbo a la clínica diciendo que era un asesino, lo que me dio a pensar que fue empujado del tobogán, por esas integrantes de dicha organización política que ahora estoy denunciando; pero que no se quienes son, tengo una confusión política tremenda.
En ese maldito día realice un juramento de dedicación exclusiva para con él. Pero soy un artista de bajos recursos, entonces no encuentro respuesta de la sociedad para poder armar una correcta defensa en su favor, volviendo a sentirme estéril cargado de impotencia. La historia ha de colocar a cada uno en su sitio pero mientras tanto nosotros sufrimos la tortura diaria que ejerce dicha organización. De todas maneras, no peleo por mí, solo deseo que pueda recuperar la libertad usurpada, nada más, aunque más no sea solicitando asilo político en algun país que nos sepa contener. Su madre, luego de adrede sacarlo de su centro vital, neurológico, de la sagrada paciencia, con la ayuda de su concubino adinerado y abogado, el falso psicólogo, más otra doctora psiquiatra de dudosa capacidad y títulos, donde diariamente hacen lo imposible por destruirlo, degradarlo como persona, insultarlo asquerosamente sin motivos, difamarlo, además cambiando de medicinas a cada momento para imprimir su figura de la forma decadente requerida (aclaro que el barrio entero es testigo de lo que afirmo) veinte años después, se propinó otro golpe importante en la cabeza días atrás con la patineta, sumado al incidente callejero que dio origen al nuevo hecho en cuestión, de escasa importancia como para ser castigado de semejante manera, donde terminó en el calabozo de la seccional tercera de la localidad de Victoria en San Fernando (según sus dichos habiendo sido torturado y nuevamente golpeado en la zona afectada) sin mediar una orden judicial, al dia siguiente, por intermedio de otro abogado (actuante en la causa de la voladura en la mutual judía) estupidizado por los coscorrones, aun con los resabios de la paliza encima, terminó en el hospital Italiano (en Argentina), durante treinta días, habiéndosele diagnosticado trastorno bipolar, según mi criterio equivocadamente, con malicia. Aclaro, que aunque nadie me consultó si estaba de acuerdo, cual si no existiese como padre progenitor (según la policía esto estaría permitido) fue internado allí sin siquiera poder opinar, no obstante me sentí feliz de que por fin estuviera lejos de sus agresores más inmediatos, de esa cofradía propia de un magnate millonario, aunque muy decepcionado por la atención recibida, ya que nunca me permitieron visitarlo, y por poco me sacan a patadas como a un alcoholizado en la cantina; quiero agregar que en dicha organización que nos persigue, por lo que puedo observar hay gran cantidad de descendiente de dicha patria Italiana, de la cual soy también orgulloso descendiente. Además estoy segurísimo que hubo una maniobra fraudulenta con la prepaga. Pero luego de ser dado de alta, con un parte médico bastante alentador y favorable, la madre intentó volver a internarlo por otros tres meses, afortunadamente no encontrando eco de parte del hijo y mío; quien ya dio sus primero pasos para una denuncia formal ante la justicia.
Cosas que pasan.
Un hombre contrata los servicios de una topadora municipal, para con la gigante pala mecánica hacer gozar a su insaciable señora esposa, aunque luego de hacer rozar su pubis con el acero, en la playa frente al mar, no obstante, decepcionado por los resultados, decide pronunciar unas pocas palabras concernientes a un despedida definitiva, enseguida marchando hacia el faro, estando lejos ya detuvo la marcha volteando la vista atrás, pudiendo ver al chofer del aparato y al bañero del balneario disputar por ella.
Lady di.
Un señor muy bueno, que tiene un único hijo, al que tanto ama, es tentado a permutarlo por una Mercedes Pagoda, inteligente y pillo, luego de fingir dudarlo unos segundos acepta el intercambio.
Pero en un descuido se lleva al chico, huyendo desesperado por la ciudad. Yendo a doscientos kilómetros por hora se estrella contra un muro en un túnel subfluvial, por viajar sin los cinturones puestos sus cuerpos quedaron estampados allí; de donde salieron sus almas en formas de figuritas.
Espías del otro mundo.
Un pez se engancha en el anzuelo saliendo volando del agua, y cuando está tirado en la tierra coleteando como un loco, ve como un avión penetra un edificio, entonces piensa que nosotros hacemos lo mismo tanto en el agua como en la materia, luego murió contento casi sonriendo.
El novio de la gorda.
Una mujer gorda tiene un collar de perlas puesto, pero luego cocinando este se cae en la holla de los ñoquis con manteca y crema, finalmente come las joyas sin darse por enterada, el novio que observó lo sucedido, pensó que luego revisaría el excremento, para así volver a regalárselo nuevamente.
La muchachada de siempre.
Vienen Don Quijote y Sancho Panza al bar donde yo trabajo, piden dos cafes cortados. Al momento arriban en un remis, Marilyn Monroe y la reina Victoria, ellas en cambio solicitan un licuado solamente. Les ofrecí poder jugar a la quiniela, y ellos cuatro unidos decidieron apostar algunos centavos al diecinueve. A los pocos minutos llegando el resultado, acertando todos por igual. Como corresponde a la ética del banquero aboné al contado; pero ellos, para no perjudicarme, decidieron re-invertirlo en pasar una noche entera tomando copas. Emocionado, contraté unos mariachis para a la madrugadaa cantarle a la rubia una canción de amor. Antes que amanezca desaparecieron junto con la luz, y entonces satisfecho me quedé trabajando horas extras.
Infarto cerebral motivo.
Edema cerebral (Decadron inyectable): Hay que sudar.
Perdura el dolor físico, con la vanguardia a sus pies.
Un infarto cerebral ronda el destino, que mendiga desnudo.
Decrépita la muerte desafía su juventud, creciendo cual planta trepadora.
La montaña que son sus ojos de niño no alcanza la altura para tocar la sabiduría.
Su moral está suspendida en un mar de líquido encefálico, la ciencia pedrestre no perdona la intimidad.
El dinero se relame en la vertiente de la ventanilla.
¿Me van a decir que un profesional no se da cuenta?
Entre alardes de riqueza su morada se hace cenizas de un volcán en erupción.
Con lo que resta del viento del paraíso un bosquejo de risas se cruzan en sueños.
Los chasquidos del sexo suenan en el recuerdo que arde entre bosques,
de muchas nieves que hacen blanca la base del tormento.
El ayer es el antaño, el hoy es el ahora que gime un sonido gutural,
perdido en una resonancia parecida a un eco de ultratumba.
Grito de dolor permanente.
Se está uno frito cuando la marea llega a las entrañas.
Suena entre pájaros curiosos el arpa de la muerte, el sonar de la muerte se mete en la harina del pan. Lentes de vidrios empañados de lágrimas de ayer, corazones rotos leyendo la lección del periódico, que musita una alegoría de salud magullada. Fratulencia en el hedor de la atmósfera contaminada.
Las raíces crecen hacia arriba mientras los árboles se ahogan en la tierra.
Flúor decadente.
Moviendo el cuerpo
dentro del agua caliente,
la sangre se licua
entonces los pecados del ayer,
que aun aprietan,
emerge entre burbujas sin forma.
Mientras tanto mi esqueleto
cruje en lo hondo, emitiendo un sonido
como salido de los muebles.
La manga de la camisa blanca
descansa sobre la alfombra
mientras que el resto de la ropa
cuelga del respaldo, doscientos años
después de ser vagabundo ahora me visto
de empleado de una oficina.
Brillando por dentro brillando por fuera,
barajando grandes posibilidades
de ser un gran predicador.
Dentro de la biblia descansa
la prueba de la vida, dejad la descansar
tranquila sobre la verdad del universo.
Los vagos recuerdos medios olvidados
me tocan la sentadera
haciendo recordar el frío
en la madrugada con escarcha,
donde solo caben las angustias
y el sabor del pánico tatuado en la piel.
De oficio hasta la fecha amigo
no soy el ganador absoluto
del concurso del más feo,
pero el dolor que siempre está de paso
ha dibujado en mi rostro de idiota
la imagen del payaso triste.
Respiro suave evitando
hacer reír fuera de la escena.
Quisiera dar lo que no tengo
para lograr que todo sigua igual,
y dar hasta el aliento
para avanzar en la misma dirección
rogando por una última posibilidad
aunque tenga que dejar el sueldo.
Voy con el agua pura hacia un delirio febril.
La Era de la sequía, los insectos
derrotan la sed con mi sangre,
los esclavos no obedecen la ley del látigo.
Rosas de la montaña.
Un péndulo se balancea cubriendo de rosas el espacio con la estela que va dejando. El lugar es de montañas, con muchas piedras inmóviles donde la fauna desaparece por cada invierno y donde los hombres saben deslizarse sobre la blanda nieve.
Mis queridos niños crecen entre tropiezos, resbalones y el propio encierro que depara el invierno.
Voy recogiendo del suelo esas flores con pétalos perfumados, y armo un puesto en plena pre-cordillera.
Una caravana de pobladores del valle se acerca a comprar rosas, se alistan en fila exigiendo su recompensa luego de tanto caminar.
Pero cuando el péndulo se detuvo, la noche se iluminó de capullos de llamas que emergieron de la oscuridad, lo pobladores mansamente se quedan a nuestro lado, escuchándose canciones populares que resuenan por el espacio.
Cuento policial.
La distancia es el trayecto entre dos puntos.
Pero algo atravesó mi espalda saliendo una punta hacia adelante de forma precipitada.
Después supe que fue producto de una lanza perdida, venida de una fiesta de disfraces que organizaran los vecinos.
Hijo de estúpida.
Con su influencia el recalentamiento global del planeta ha llegado hasta dicho recóndito lugar que es el cráneo, estamos todos influenciados por el gran calor que hace arder hasta los pensamientos, abrir las emociones bajo los influjos de fantasías febriles, etcétera. Estamos ante los umbrales de quedarnos con los vueltos de aquellas grandes ideas que abrieron caminos eternos y de sentimientos que aunque eran chiquitos hicieron poblar la Antártida desvelada y los desiertos imbatibles.
Impresión de vida.
Estoy a dieta estricta pues me veo gordo. Pero preparo una sopa de calabaza, la vierto en una taza de café, para luego sentarme a la computadora así mientras ceno chateo con alguien. Una nueva sita con el mundo. La cuestión es que abrí el sobre encontrando con que el polvo naranjado está rancio, tiene como unos puntos verdes que despejan todas dudas de estar bien. Entonces escarbé en la lata encontrando un caldo de verduras. Pero finalmente lo deseché al ver que, una vez disuelto, está por demás salido de su color natural. Estoy perdido en pensamientos de persona hambrienta (me gusta tratar con personas pues algunos hombres son bestias) pero por precaución, sino así no bajo más de peso, compro lo indispensable, o sea que no tengo nada de mercadería, la pobreza total. Pero tentado a desafiar la propia estabilidad decido juntar ambas sopas en mal estado e ir derecho la sala de los solterones, previa detención en el micro ondas a esperar que se caliente la comida.
Cuando logro conectarme a la red ya llevo ingerido medio contenido de la gran sopa. Estoy sintiendo como un especie de hormigueo en los hombros y picazón en la garganta, percibo que la transpiración emerge sin justificativo, que el mundo se agiganta a mis pies.
Caigo desplomado al piso, puede asegurar que no reconozco nada, el tiempo está detenido siempre en una única impresión de vida. Se que pasan los días pues veo oscuridad y luz desfilar por la ventana.
Tulipanes de una sociedad.
Este es un jardín zoológico pero en vez de con animales seres humanos, condenados por delitos aberrantes, de lesa humanidad, donde el público pude asistir y tener acceso a los internos (arrojarles galletitas) que sin excepción permanecen en celdas individuales.
Había mayoría de hombres hasta que las mujeres ingresaron en la política nivelándose esa desproporción. Son en total doscientas treinta y seis jaulas diseminadas por el predio en forma separada unas de las otras.
Con el correr de los años las bestias van cayendo en un estado de demencia que les hace hablar en voz alta, diciendo incoherencias, o directamente con idiomas inventados de los que mejor no opinar.
Por épocas, los dopan con poderosos tranquilizantes, más luego les cambian la dieta por inocentes sales de Litio; en su mayoría, cosa que finalmente provoca voluptuosas convulsiones. Por este motivo los contingentes de universitarios que acuden les arrojan flores de Mariguana, que los presos comen en vez de fumar. Otra. En una oportunidad, un visitante, desubicado, le hubo suministrado Decadrón inyectable con mucha Corticoide, a una pobre sentenciada por matar a sus hijos y arrojarlos por el retrete luego de haberlos descuartizado, con lo cual logro hacerla cantar por horas canciones de índole litúrgicas con una bella voz levemente impostada.
Una vez, en tiempos que hacían rememorar la dictadura represiva, otro joven universitario ametralló a decenas de presos, luego quitándose la vida.
Es decir es un lugar muy popular donde pasa de todo.
Ombligo del mundo.
Este es un jardín zoológico pero en vez de con animales seres humanos, condenados por delitos aberrantes, de lesa humanidad, donde el público pude asistir y tener acceso a los internos (arrojarles galletitas) que sin excepción permanecen en celdas individuales.
Había mayoría de hombres hasta que las mujeres ingresaron en la política nivelándose esa desproporción. Son en total doscientas treinta y seis jaulas diseminadas por el predio en forma separada unas de las otras.
Con el correr de los años las bestias van cayendo en un estado de demencia que les hace hablar en voz alta, diciendo incoherencias, o directamente con idiomas inventados de los que mejor no opinar.
Por épocas, los dopan con poderosos tranquilizantes, más luego les cambian la dieta por inocentes sales de Litio; en su mayoría, cosa que finalmente provoca voluptuosas convulsiones. Por este motivo los contingentes de universitarios que acuden les arrojan flores de Mariguana, que los presos comen en vez de fumar. Otra. En una oportunidad, un visitante, desubicado, le hubo suministrado Decadrón inyectable con mucha Corticoide, a una pobre sentenciada por matar a sus hijos y arrojarlos por el retrete luego de haberlos descuartizado, con lo cual logro hacerla cantar por horas canciones de índole litúrgicas con una bella voz levemente impostada.
Una vez, en tiempos que hacían rememorar la dictadura represiva, otro joven universitario ametralló a decenas de presos, luego quitándose la vida.
Es decir es un lugar muy popular donde pasa de todo.
Un sapo de vacaciones.
Estoy en la playa haciendo zapitos con un molde colorado. Odio tener que reflexionar, en un día de sano esparcimiento: El arte es un lugar donde uno puede poner malos pensamientos sin herir con una daga, o imágenes, sin autorización de nadie. Por más que dichas construcciones de arena con forma de sapos idénticos, en sí sean tridimensionales, ahora y por siempre pertenecen a otro sitio distinto de la inocente realidad que podemos apreciar sin grandes esfuerzos. No obstante observo un par de lolas y pienso que Dios es el más grande artista que hay.
Meto mi mano en la arena como buscando un tesoro pero solamente percibo el frio helado que viene del fondo.
De pronto volteo la mirada, pues escucho una cuatro por cuatro, encontrándome con un océano azul en su pintura recién lustrada. El gigante tiene una pala, y un hacha que sobresale incrustada a los lados, redes, y cañas metidas dentro de unos soportes soldados a la carrocería.
Pero tímido, por sentirme inferior, vuelvo a las olas blancas de la orilla, en búsqueda de la dueña del molde del sapo. La niña con su padre se alejan, tomados de la mano, atino a pegar un grito para acaparar su atención, pero justo por delante pasan caminando, pisando los zapitos, otra bandada de niños jugando a los indios que danzan en derredor de la famosa hoguera.
Opté por ir al bar, pero pedí un jugo natural y me trajeron uno de bidón, estuve a punto de mandarlos a la mierda, al propio encargado prácticamente lo trate de genocida, pero preferí callar y seguir presente solicitando comprensión, beber con sabor a químicos y plástico antes que tener la lengua seca, además pensando en matar.
Al día siguiente, ya con el sapo en el hotel, lo llevo a todos lados cual si fuera el llavero de casa, parece mentira pero la gente se me acerca como cuando paseamos un perro de raza.
Caminos al ras.
Esta historia que contaré a medias y a regañadientes, pues ni vale la pena entrar en muchos detalles, es la de un hombre que perteneció al ejercito del Reino Unido, allá en Inglaterra, pero que fuera de origen Alemán (para lo cual alguna vez en su carrera tuvo la fina misión de custodiar la seguridad de los ciudadanos de dicha descendencia) Pero una de las colonias del imperio fue tomada por asalto, entonces hubo que invadir nuevamente para reconquistar el territorio perdido, con orden de aniquilamiento.
Dicho personaje cortaba brazos y piernas dejando pilones de extremidades, cual leños de una gran hoguera, pero sin llegar a quitar la vida del enemigo, a los cuales les era permitido ayudarse para no desangrar.
Pero le tendieron una redada donde fue capturado, para lo cual le hicieron lo mismo cobrando con la misma moneda, le hubieron cambiado de sexo. Finalmente las cosas volvieron a su lugar pudiendo regresar a su patria como un héroe de verdad.
Con los testículos le hicieron una estrecha vagina acompañada de enormes ovarios; pero el pene fue sustraído por los sublevados y puesto en un museo nacional.
La vida continúa.
La calvicie ancha ya casi le llega a las orejas.
Un bigote fino en linea recta horizontal cubre la cara sumando una imagen rotunda de incuestionable autoridad.
En mi despierta tierna sonrisa al verlo inquieto esperando algo nuevo en nuestras vidas; pero sin embargo el horizonte que se nos avecina es como un alud de líneas horizontales que forman una cortina por donde se filtra la luz del sol, nada puede cambiar las ventanas de sitio a Dios gracia los mueble están amurados al piso.
Tengo la conciencia tranquila de saber que con poco me arreglo, que lo que más deseo es tenerlo a mi lado. Hacer ñoquis de hinojo después soñar sobre la borra del último trago.
Su piel es suave como una pana, e incansable amante sin pausa.
Me place caminar tomados de la mano haciendo silencio estando presentes sin mirar por mirar y después volver a la choza a empezar de nuevo con la increíble rutina de la supervivencia.
Necesito estar con gente cerca, pero se aceptar tener que volver a la soledad del nido, en cambio el se deprime fácilmente. Mi mayor anhelo es llegar a la vejez y morir antes, y que el epitafio se encargue de aclarar que fui muy feliz a su lado.
Él se dedica a fabricar cruces de madera, de una sola pieza, con el cuerpo y el rostro de Jesús, sobre unas bases de donde se mantienen paradas en equilibrio, pero a veces fabrica esculturas con otras formas, pero siempre inspirado en la temática de la religión.
En cambio yo vendo comida casera en la feria; pero por unas monedas de más por sobre el precio del producto, además entrego unas cucharas que hace con recortes que sobran de las cruces.
Ahora escucho, pudiendo distinguir con nitidez, como la hoja de la moto sierra está cortando en ele el tramo del palo largo; se que en breve comenzará con el otro pues nunca hace pausa en esa etapa del trabajo, y enseguida paralelamente comienza con los primeros retoques de la cabeza comenzando por marcar los cabellos. Las rodillas en punta es lo que continuará pues es la parte saliente de abajo que debe mantenerse a nivel. Cuento los minutos de las acciones porque intento estar en comunión, pienso que somos dos con una sola mente para ambos.
-¿Qué hay de almorzar?
- Ñoquis de Pepino con Albóndigas.
-Otra vez esa porquería.
-Por favor no te enfades, pero de ayer sobraron muchas bandejas y alguien las tiene que comer.
Ignacio después de muerto.
Un pozo ciego está siendo destapado por un camión atmosférico, una larga manguera llega hasta el fondo del terreno.
En la calle están jugando un picado y la pelota se mete cayendo al pozo. Entonces los muchachos se acercan, pero cuando escarban la mugre marrón ven asomar una mano de mujer.
Finalmente la policía logra sacar un cuerpo que resultó ser el de la anterior propietaria de dicha vivienda.
Por supuesto que el principal sospecho es el nuevo habitante. Pero este hombre niega rotundamente cualquier relación con el hecho. No obstante es hallado culpable y condenado a reclusión perpetua.
Pero se suicida en la cárcel, ahorcándose en la celda, habiendo dejado una carta donde jura su inocencia.
Entonces se reabrió una investigación, que dio como resultado la sospecha de que fuera su único hijo de tan solo quince años.
Este joven, llamado Ignacio, a fuerza de reportajes se volvió mediático de la noche a la mañana. Pero nadie cree lo de su inocencia, pues a sus palabras las arrastra el apuro propio del que está mintiendo y teme caer en confusiones.
De todos modos no se pudieron encontrar evidencia y el caso quedó como antes.
Ignacio quedó viviendo en el mismo lugar, acompañado de una tía, hermana de su padre, quien se hiciera cargo de la tutoría.
Pero resultó ser que esta mujer desapareció y su cuerpo jamás encontrado. Para lo cual el joven fue nuevamente signado como el posible asesino.
No existiendo pruebas Ignacio continuo viviendo allí pero ahora solo.
A la edad de veinticinco años contrajo matrimonio con una muchacha con la que tuvo tres nenas, pero en cierta oportunidad las cuatros murieron al caer su auto por un acantilado.
En esta tampoco hubo evidencia en su contra pues según los testigos el se encontraba lejos del lugar en el momento del accidente.
A la edad de setenta años, debido a un cáncer terminal, se quitó la vida; pero a diferencia de su padre habiendo dejado una nota donde con total claridad confesó haber sido el culpable absoluto de todo los crímenes, además de revelar otras veinte muertes en su haber.
Sonidos de la tierra.
Trompetas en la mente
flácidas sobre el rostro malhumorado.
Me mantengo esperanzado
escuchando bombos
escuchando el latido.
De pronto unos pasos.
Un zumbido de insecto
tapando la comparsa.
A cada paso que doy
debo recordar que estoy vivo
que estoy sin volver a donde estaba.
Mi madre irrumpe con sus cuestiones
ya no logro entender lo que quiere
estoy metido en una terminal de trenes a vapor.
El viento clama sobre el primer hijo varón.
La tarde se va poniendo oscura por la triste agonía.
¡Truenos sin rayos pero con espadas!
Corral de ilusiones.
Claman las heridas por el espacio
en la órbita de un estuche fundido.
Pinto detrás de la esfera delgada
Colores que mueren en las guerras.
Vestido de nueces cual víseras
refugios de un volcán en la nieve.
Estamos dejando penas esparcidas
mágicas con alas por el cielo triste.
La hermosa duda.
Se avecina una tormenta, con muchas nubes en forma de triángulos en punta, en el horizonte se divisa una hilera de pinos, que juntos hacen recordar a la película Tiburón.
Mi novia está exultante, vino desidida a todo, a pesar de los pronósticos de mal tiempo, tiene deseos de internarse en el campo hacia el final del camino, para luego desnudarse y hacer el amor.
De todas maneras esta charla placentera continúa su curso sensual, cualquier tontería que se diga termina siendo un nuevo motivo para desempolvar la lengua, aunque en una pocas palabras regresamos a la zona caliente.
Finalmente, cansados de hacernos mimos, nos acostamos en la hierba hasta quedarnos dormidos.
Pero cuando despertamos estábamos en otro sitio, algo así como la garganta del diablo.
Nos incorporamos, pero ambos tenemos la rara sensación de que las distancias son enormes.
Por mi parte repito una y otra vez los mismos estúpidos pensamientos, dentro de un silencio aterrador que invade los sentimientos, entonces percibo que estoy muy lejos sin poder nunca poder volver.
La muerte es un hecho colmado de problemas ajenos y propios. Pues hay un combate de distintas ideas, de enjambre de luces. Con soles en la sonrisa estridente que la gloria obtenida sabe agradecer. Silencio de parientes consternados sobre una montaña de tristeza; que lloran debajo del suelo frente a los ataúdes.
La salada.
Son gigantes que vienen marchando
desde el ondo paisaje
o son formas geométricas
que habitan en las cosas.
Detrás de la biblioteca empotrada
una extraña luz sale cual fantasma.
En el terreno, un triángulo amarillo,
chango para hacer compras
amenaza clavar sus puntas
en los tirantes de roble de la fachada;
la cabaña parece un cerro de metal.
Observo en el espejo mi rosada figura
que se refleja sin formas cual helecho,
soy un oso de peluche sin los ojos,
sin sentimientos que expresar.
Huyo espantado entre imágenes impresionistas.
La puerta es una montículo de tierra,
la verja de hierro vertical
una red extendida en la playa,
puesto que la siembra de margaritas
es un médano de pie.
Por la noche hicimos el amor
con las propias sábanas,
odaliscas queriendo casamiento.
La televisión es una ameba encendida
mi mente un referente febril;
el audio se escucha fenómeno,
pero la imagen emerge
de un mar de agua transparente
parte de un gran calidoscopio.
Saber comprender.
Una cigüeña arrojó al recién formado por la chimenea, pero este cayó sobre los leños encendidos y murió calcinado. La asignada familia vuelve a pedir otro niño, pero aclarando en la nota: que si está saliendo humo del hogar que por favor lo arrojen sobre los fardos de paja.
Sobre la inspiración.
La musa inspiradora se traduce en una deposición. O sea que la inspiración es una sola, que luego se repite, tantas veces como nos sea necesario.
Tango de la humanidad.
Hay dos payasos trabajando en la calle: Son padre e hijo, el padre está disfrazado de hombre, calvo, con los pelos de colores al costado, el hijo en cambio de mujer, con pollera minifalda. Es una historia de conquista y de amor de pareja. Que luego se ve, se dedican a bailar tango de manera profesional. Cuando comienza la obra, hay una escena donde se descubre que debajo de la pollera ella tiene muchos pelos, pero se excusa diciendo que tiene problemas hormonales. No obstante se rasura, habiendo material como para fabricar un peluquín para su pretendiente.
Yo por mi parte, me retiro como espectador, saliendo a caminar por la avenida peatonal. Aun siento los ecos de las risas, que se suman a mi ancha sonrisa.
Una sola lágrima.
Es triste ver la calle poblada de sombras grises.
Una ráfaga seductora de viento resuena misteriosa, existe un aspecto decadente en la ciudad arruinada. Después mi auto se perdió en la oscuridad del monte. Estoy pensando en trocar esta soledad por grandes metáforas, parábolas por fantasmas. La muerte está haciendo poblar el infierno de almas venidas del bien que descarrilaron en contra de hundirse en el fango para luego desaparecer; igual que yo que me alejo del camino erecto. Apenas si tengo un raquítico farol antiguo sin combustible y la noche tiñe el cielo de almas que jamás volverán a brillar, estoy ciego inmerso en una gran incertidumbre. Solo la luna yace cubierta de llamas, de flama delirante. Merezco sustancias que adornen mi estancia en la brutal lejanía, auxilio, todo se derrite injustamente.
Hoy la sociedad son ángeles que rodean la fogata de mi corazón embrutecido.
Medidas de tiempo.
Echados a la suerte del viento entre lágrimas de mar y pisadas invisibles. El sol rojo como un tomate se hunde en el océano, con bocanadas de humo flotando en el aire. Tengo aparatos para medir la vida de los otros pero la mía no.
Canción para Mercedes.
Estuvimos en una tabla de andamio
sostenida por dos cajones de Coca
sentados a la mesa de un asado criollo
solo faltaba la vela y el mar nuestro.
Yo era un niño que brincaba paredes
y aprobechando que no tenía madre
apoyé mi cabeza en su regazo de oro.
Fui, como un osado que salta la barrera,
lo reconozco entre lágrimas de diamantes,
pero fue una oportunidad única de la riqueza
que no debía dejar pasar por alto esa vez.
Hoy el tiempo nos arrastra hasta el cielo;
hagamos rancho y ha seguir viviendo felices.
Ha seguir viviendo felices. Ha seguir viviendo felices.
El desocupado.
Es importante que adonde quiera que vaya halla cerca un rio con truchas. Quizá me absorba la tierra en algún terremoto. Mi cama se mese cual cuna. Estoy soñando que soy un detective. Lo cierto que al despertar vuelvo a ser el mismo desocupado.
Entonces decido emigrar, una marea de problemas amenaza cual tormenta; poblar la zona de Cuyo, en el departamento de Las Heras; fabricar una tapera.
A penas si pude conseguir un serrucho prestado, y con ello cortar diez y ocho pinos, con lo cuales construí la estructura.
Pero estos palos ya colocados sobre zapatas de cemento, se transformaron en animales exóticos parecidos a monstruos.
He formado un familia nómade con la que exploro nuestra cordillera de los Andes, somos un núcleo importante a tener en cuenta.
Cierta mañana un emisario del gobierno de Mendoza nos invitó a trabajar en un viñedo recolectando los frutos, pero estos desfachatados se agarran unas curdas bárbaras que en cualquier momento nos despiden a todos.
Al año siguiente ya estamos de vuelta en las montañas. De todas maneras me siento seguro así de unidos en comunión.
Un día en que estábamos desayunando pudimos apreciar como nuestras voces se multiplicaban en sinnumeros de ecos, sorprendidos salimos a buscar la respuesta, gritando hacia las propias montañas, pero se hacía cada vez más ensordecedor dicho acontecimiento, ya que si hacíamos silencio de todos modos continuaba la canción.
Estuvimos dos día con todo ese gran ruido, pero después cuando empezó a mermar pudimos distinguir veintiocho voces diferentes. Que ¡oh! poca cosa finalmente se materializaron en otros personajes.
Esto dio comienzo a una segunda etapa en lo concerniente a grupo familiar se refiere.
Soy su líder pero aun así hacen caso omiso a mis instrucciones, es como hablarle a una pared de granito.
Aunque contra todo lo anhelado, hubo un movimiento telúrico, donde por desgracia perecieron mis mascotas, solamente uno está hoy conmigo.
Hemos tomado la desición de internarnos en la cordillera a sufrir en la cueva la muerte de nuestro seres queridos.
Ya estando en el horno, puesto que con estas piedras hemos fabricado un refugio, nos dedicamos a contemplar la naturaleza. No nos importa demasiado pasar hambre, ni sufrir dolores, o pestes.
Yo ahora estoy con mi niño en el frente observando como una bandada de mariposas ronda el refugio, por ende a nosotros. Puedo ver con nitides los ojillos de sorpresa, alla en las antenas paradas, de ver la diferecia que existe entre nosotros a pesar del amor que impera.
Aunque su sexo es inexistente igualmente tiene al frente una protuberancia con un agujerito de salida. Es inútil pretender colocarle prenda alguna pues no siente frio ni vergüenza de andar desnudo. Su personalidad es la de aparentar sumisión, pero acostumbra salirse con la suya. Sabe hablar el idioma pero es en extremo callado. Más de alguna vez intenté acogotarlo para quitarle un pensamiento, ya que me siento solo sin poder expresar mis ideas, pero resulta infructuoso pretender que hilvane una estrofa.
Ha llegado la hora de partir, carece de sentido quedarse, ya hemos cumplido la misión de velar por nuestros desaparecidos, debemos de regresar al pueblo y nuevamente integrarnos a la sociedad.
El descenso es tranquilo, de todos modos debo de cargar con él, temo que su frágil osamenta se quiebre haciendo fuerza, que ruede por el barranco y se deshaga en mil pedazos, justo ahora que estamos llegando.
Turismo exótico.
Del sol: se desprendió una cuarta parte que comenzó a viajar por el espacio. Iluminando todo a su paso. Hasta caer en el océano Atlántico.
De todas maneras milagrosamente aun hoy continúa encendido, suspendido a mitad del trayecto con el fondo.
El agua se ha calentado a setenta grados. En relativamente poco tiempo fue cambiando por completo el ecosistema, ya no quedan famosos glaciares, los mares han aumentado considerablemente su caudal, además pereciendo muchas especies, que rápidamente fueron evolucionando entre el vapor hasta formarse en nuevos seres.
Por dicha eclosión, en medio de la maquinaria moderna, quedaron una gran cantidad de barcos hundidos, que pueblan el espacio; y un submarino de la época el cual se ha transformado en una confitería exótica, que va y viene con turistas que abonan fortunas por dicha excursión; literalmente, esquivando al propio sol submarino por no estar debidamente acondicionado.
Por ello la vida en tierra también se ha transformado muchísimo.
El turismo se ha trasladado a la zona de montañas cuando antes eran lugares selectos, en cambio las playas fueron ganadas por la tercera edad y los tullidos, siendo que eran tan populares.
En cuanto a la imagen de nuestro Febo espacial, algo que antes no ocurría pues casi no se dejaba mirar sin los lentes oscuros, continúa viéndose redondo por suerte, pero se percibe una gran debilidad en parte importante de la esfera.
Luego de la clase de historia de la humanidad me dirigí hacia el balneario a zambullirme en el río de a cuarenta grados.
Caricaturas del desierto.
En resumidas cuentas Rosendo es un hombre pintón. Es de rasgos finos, uno noventa de estatura. Cada tanto su boca se infla por breves segundos. Su cuerpo está bien formado, trabajado en el gimnasio.
Fue especialmente invitado a una reunión íntima, donde una pareja amiga le han de presentar una candidata.
Se habrá de vestir de traje con corbata, optando por el modelo de los calzoncillos ajustados. Además peinado a la gomina.
Acordaron después de comer ir a bailar a una discoteca.
Pero ella nunca llegó a la sita, donde primero debían cenar bajo la luz de las velas. Entonces igualmente fueron sin ella. Haciendo que Rosendo conozca a otra muchacha. Pero esta en cambio vestida con ropa informal.
En esa noche quedaron establecidas las bases del futuro, puesto que de sentimientos genuinos decidieron unirse en matrimonio.
Finalmente ella enfermó de cáncer y a los pocos meses de casados, estando en cinta, murió sin remedios. El funeral fue interminable pues era adorada por medio mundo.
Rosendo desmejoró tanto dando su imagen la sensación de hastío.
Al día siguiente de haber esparcido sus cenizas por el campo donde ella naciera Rosendo se dirigió a encontrarse en el departamento de su pareja amiga, pero está vez para llorar la pérdida, haciendo una cena en su honor.
Debió espolvorear sus mejillas para no verse fantasmal.
Cuando iban llegando al departamento, abruptamente su amigo lo agarró de la solapa negra, estampándolo contra la pared del ascensor, todo para expresarle lo mucho que sentía lo sucedido. Son momentos muy delicados pero le insinuó la posibilidad de compartir a su fiel señora. Pero ambos supieron contenerse en las respuestas, sentarse a llorar sin meditar, sobre la escalera.
Cuando de pronto una vecina salió a ver que ocurría, encontrándose cara a cara con Rosendo, quien guiñando un ojo como a destiempo, quedó flechado de un fuerte amor a primera vista.
Después ésta supo corresponderle, iniciando un noviazgo, a la antigua, que duró años, donde Rosendo por fin recuperó su antiguo semblante.
Vocales de chocolate.
El camino es una boca de lobos. Hay una arboleda que corre paralela latiendo al compás de la naturaleza. Imagino haciendo sonar el látigo en la noche, pero el carro se traslada a la voluntad del equino.
Ayudado por la linterna veo al frente una mancha negra que resulta ser una roca, entonces la arroyo rompiendo la rueda izquierda, quedando inútil mientras que el asno escapa ayudado por la oscuridad de la noche.
Siento que el viento hace temblar mi cuerpo, estoy resignado a esperar el nuevo día para continuar el viaje.
Calculando el frio que deberé soportar, decido incendiar el rodado de madera, por ende realizando una gran fogata.
Al descender el fuego a la altura de las rodillas la ruta despoblada parece un cantero con flores. Debo encontrar una excusa para mitigar el conflicto, lo que para la dueña del carro ha de ser una pérdida importante; pero seamos consientes que no ha sido para matar el aburrimiento sino para zafar del duro frío que se avecina.
Lástima no tener un cordero para aprovechar las brasas, que pena no contar con una mina para besarla frente al tibio calor de la fogata.
De todos modos me siento sofocado cual si hubiera ingerido fármacos vencidos, alquitrán en vez de café torrado.
Soy un simple mortal pero ante semejante espesura un vampiro.
A las tres en punto de la madrugada, cuando solo quedan cenizas, tomo el bolsón y comenzando a marchar por la ruta intento volver a la estación que calculo se encuentra menos lejos que la dueña del rodado desaparecido; que de seguro pretenderá que se lo pague como nuevo para lo cual opto por dar la espalda y volver a Buenos Aires en el primer tren que salga, además como quedando pendiente la suerte que corra el asno, lo cual es una incógnita que poco deseo quedarme a debelar. Cuando se hicieron las cinco y veinte empezó a clarear, ya estoy cerca, espero poder arribar y abordar él que sale a las siete.
Solo lamento tener que dejar algunas pertenencias, además olvidé el registro de conducir en la mesita de luz, pero con tal de no enfrentar la situación sería capaz de arrojarme de un cerro.
Debo agradecer a Dios los seis grados de temperatura, ha de ser un milagro, ayudado por el recalentamiento global, esta primavera anticipada. También doy gracia por la suerte de contar con dinero en efectivo, voy a tomar un suculento desayuno antes de partir.
El experimento exprimido.
La grasa es una sustancia que hace abrir el apetito, por este motivo siempre antes de comer realizo una acción donde aparto un poco depositando el montoncito en un lugar específico.
Pero resulta que un día revisando el santuario me encuentro con una laucha comiendo.
Entonces arto de inventos, la tomé por la colita, la suspendí ente mis ojos, y mientras la pobre movía las patitas desesperada la introduje en mi boca, para luego colocarla en una caja por siempre para que sea mi mejor amiga.
Siento que este segundo ritual exclusivo fue el fin de aquel gran experimento, desde ahí, cuando estoy ansioso por comer como un cerdo, voy con la laucha y me pongo a conversar por largo rato.
La ignorancia es el principio de aceptación del sufrimiento ¿Por que habría de querer soportar un dolor ajeno? Prefiero seguir siendo un boludo y nada más.
Instancias febriles.
Animales que son gallinas rojizo marrón dorado
en tiempos de erectas estrofas de resurrección.
Sobre estériles conflicto del cogote anhelado
con el paisaje perfecto tornando su color.
Acuarelas que derrotan mis caprichos
bajarajando guillotinas sobre el manjar
estallando como flácidos pilotes
sobre el silencio estremesedor de la sonrisa.
Animales que son gallinas de plumaje rojizo marrón dorado,
en tiempos de ir al grano erectas estrofas de resurrección.
Sobre estériles conflicto de quien se queda con el cogote,
con el paisaje perfecto que va tornando su color.
Acuarelas que derrotan mis caprichos,
haciendo la guillotina sobre el manjar del vino
de antiguos saberes con la sabiduría que insiste,
estallando en la oscuridad como flácidos pilotes
rendida de glorias desolada de ratones.
Ya sin horma ante el veneno que aguarda,
tomando distancia comenzando de nuevo
lista a matar el silencio.
Ha correrse de lugar.
El diablo es una caca que larga Dios.
(Si la queremos comer haya nosotros).
Ergo, la orina como sustancia, que también tiene, Y larga cual bombero, es una parte del sagrado conjunto que somos todos ¡Que decir! pero que se desprende como algo ajeno a Él. Y viene de un manantial; borregos.
O sea que no hay que sentarse en su copa ¡Ha mover el culo! sino más bien, estar dentro del organismo concreto y divino.
Dios no tiene sed de beber diablos, pero, todo lo que nos rodea es vida, y algunos de nosotros, de seguro por estar sentados en el torbellino, caemos en dicha cascada de pureza (¡Dios quiera que no me toque esa oportunidad! Que lugar tan tonto) sin Dios darse nunca cuenta de lo sucedido, que además se repite, y claro beber del manantial ¡Por Dios! De dicho caldo de cultivo, que luego se desprende el mal en términos generales, como un renacuajo que fermenta haciéndose sapo en instantes, vaya. Porque Dios es amante de la libertad y el asar ¡Ah! Del riesgo dentro de un follaje abundante que ni a palos desea detener.
Ave de paso.
Pájaros silvestres de la zona ocupan el lugar de la cabeza, de quien hasta ayer fuera la estatua de un ser desnudo, a la que un árbol de Sicilia decapitó al caer en medio de la tormenta.
Un barril de cien litros, representa su torso, que siempre tiene cerveza artesanal alojada pues para ello fue construido.
Su filtro, donde acostumbra depositar la levadura mientras fermenta para luego ser retirada, representa su gran aparato sexual y urinario.
Sobre la espalda hay una frase muy pesimista escrita por el pueblo que hace alusión al fin del mundo.
Pero dicha escultura de corte funcional una mañana se transformó en un hombre de verdad de cuerpo completo. Que primero, luego de seducirla prometiendo exclusividad empezó por casarse con la dueña de la empresa, más a la postre tuvo la friolera de setenta esposas, con un total de ciento ochenta y nueve descendientes contando los hijos extramatrimoniales.
Cuando este varón hubo muerto, sus hijos construyeron otra estatua. Con la cual pudo recuperar la juventud perdida, y su alma supo meterse en ella para poder seguir viviendo.
El marfil de su nueva figura se está trocando en una piel rosada, puede sentir el olor de las flores que dejan sus allegados.
Entonces regresa, con la ironía de ser más joven que sus propios pupilos, pero siempre manteniendo dicha cantidad de elemento.
Para lo cual volvió a contraer nuevas nupcias, al tiempo sumando un total de mil esposas.
Aire de esperanza.
Un pájaro se deposita en la palma de mi mano, arde de deseos de picar mi carne con la herramienta. Pero suena el timbre con insistencia, y entonces asustado vuela libre escapando del alpiste oculto entre los dedos.
Cuando distraído atendí el llamado, un delincuente se abalanzó tirándome al piso con todo.
El muy vil golpea mi cuerpo de acero; hasta dejarlo cual estopa.
Logrando él canalla encontrar el tesoro con el oro que mis padres me dejaron de recuerdos.
El paisaje de espigas tira una imagen de terciopelo, forma una ancha sonrisa que sirve como consuelo a tan duro momento.
Pero ya amordazado veo apesadumbrado llegar pronto un desenlace fatal, perdido entre mareos percibo la muerte rondando el destino, bajo la furia de una bestia peluda sedienta de sangre cual oruga.
Los reflejos del ambiente sueltan figuras que corren hacia mí; pero que al acercarse se desvanecen opacando la silueta que traían.
Diáfano el sol depone sus rayos, que luego cubren la osamenta del dúplex, pasando el filtro de la espesura escalofriante, ante el dueño abatido por la inseguridad.
La pléyade de Orión.
En realidad una persona alcanza la mayoría de edad cuando pierde la tal inocencia. Cálculo estimativo que la experiencia hace saber dentro del período que comprende. Si un menor le quita la vida a un semejante para quitarle las zapatillas, al caer apresado, por la ley debería de alcanzar la condición de adulto, siendo encarcelado.
Bajar la imputabilidad de los menores de edad en su conjunto es injusto, sobre todo cuando los mayores otorgamos ejemplos espantosos como alimento obligado.
Elsa Ramona Morel es hoy día una mujer anciana, pero que de recién nacida fue secuestrada en un asalto en plena vía pública, donde los ladrones por motivo de que sus padres no contaban encima con valores que quitar, decidieron llevarla para luego solicitar un rescate. Finalmente la trasladaron al exterior, a la selva del Amazonas, donde vivió cautiva hasta la pubertad. Para por fin lograr escapar por gracia de quien la hubo adquirido como esclava. Volviendo a la patria, pero con la nueva desgracia de ser otra vez blanco de la malicia. Aunque en esta oportunidad pudo reducir a su agresor quitándole la vida a puñaladas.
Completando el colmo del destino, fue considerada una mentirosa, mitómana que se hace pasar por una india Guaraní, entonces por falta de documentación mayor de edad también; más luego sentenciada a cadena perpetua.
Después de un segundo de cordura.
El hogar es el filo
Un sitio infeliz que siempre arde en poesía
Una enorme avenida con torpe música
De un final que se esfuma como se preveía.
Pero siempre nací con ustedes amados
De la mano soltando acuarelas
Que se alejaron de la mañana gris
Donde queda la eterna mirada perdida.
Donde un laberinto tomó la absurda partida
Del tiempo ya sin volver sobre los pasos
Cruzando el espacio en un espejo sin lentes
Con las piernas heladas de lágrimas estelares.
Rápido por la ventana.
Tus piernas se alistan sin final al destino de tener que sostener al sediento desvalido.
Muchas semanas con la cresta ajena, punzante, rozando la carne que se sonroja de color manzana. Pero opino pues de decir colorido me jacto: Y siempre ese aire tibio entre tu cuello y la almohada, y la ventana con la mínima cocina, más el miedo que asusta con los gemidos que arriban del pecado.
Yo que ahora voy conmigo, tengo el número que marca el final de su jornada, una oportunidad de llevarla al paraíso roído, al cielo de nubes que siempre llevo colgado en la vana herida.
Pero una voz ronca que sale de un buzón en la puerta índica que debo de retirarme, que el día a finalizado sin más cuestiones.
La luna es un cofre de agua.
Esparcí por el espacio un montón de agua almacenada en cápsulas, que luego se estrellaron contra algunos satélites y también planetas. Pretendí crear muchas atmósferas en distintos lugares, para intentar la proeza de engendrar vida, a partir de unas determinadas condiciones.
Ahora un cohete de la NASA, fabricado en la India, se precipitó contra el suelo de la nuestra Luna quedando al descubierto dicha verdad.
Cuanto tiempo que ha pasado de aquella vez.
No me arrepiento de ser pretencioso pero observo el pasado con aires de nostalgia cual si sintiera pena de mis prerrogativas. Prefiero seguir viajando en silencio dentro de las cosas que existen.
A pesar de mi modesta dualidad me siento sin nadie al lado.
Quisiera tener un oso en mis brazos para acunarlo en la noche húmeda, o un montón de caracolas que poder acuñar en la bolsa del canguro hembra.
Nada tengo más que mis manos invisibles que se deshacen como cenizas sobre la vía lactea. Y unas pocas palabras que emergen junto con el llanto del adiós.
Odisea del lugar.
Estúpidamente quise manipular el tiempo con un escupitajo hacia arriba. La siembra se nos estaba muriendo sobre un potencial desierto de tierra fértil.
Vivíamos en la árida ciudad de Araujo, donde casi nunca llueve, frente de un gran depósito de la firma Wolkswagen, me parecía que la sequía era producto de darle paso a semejante paisaje de metal cubierto de polvo. Recuerdo que propiné un fuerte soplido hacia adelante haciendo saltar las cenizas del último tabaco que taparon el mirar embelesado sin piedad.
Cuando regresé al hogar, debí asumir la decisión de retirarme, emigrar con la familia hacia otra zona más edificante.
Resultó nada insólito pero a los pocos kilómetros el Escarabajo comenzó a levantar gran temperatura. Por más dinero extra que ofertamos se hizo imposible adquirir agua en ninguna estación, ni siquiera destilada doblando el precio, para lo cual debimos hacerlo utilizando el único bidón que teníamos para nuestro consumo.
Así fue que pudimos continuar camino hacia donde hubiera un rio para nosotros. Pero ellos están secos, más los pocos que con algo quedan yacen bien contaminados.
A los cuatro días de estar sedientos pudimos presenciar el colmo de una familia de Antioquía bebiendo el líquido de una parturienta. En cambio nosotros logramos sobrevivir gracias a un par de cactus que encontramos por casualidad. La gente junta el sudor para humedecer el garguero.
No hubo otra opción que volver a recolectar el líquido del radiador, teniendo que abandonar el rodado, quedando de a pie lo que empeoró la travesía.
Hoy soy el único sobreviviente, nadando en sueños que son pesadillas, dando brazadas sobre la almohada, partido de desesperación, inmerso en un todo para mí, de una gula pero de líquido.
Segado de luz.
No estoy pasando un escobillón. Estoy barriendo con una escoba. Por cada movimiento donde empujo el polvo acumulado sale una catarata de imágenes reales que se escapan del interior de la punta, supernovas que allanan el espacio tridimensional. El casamiento por civil de dos jóvenes del mismo sexo, donde luego en el hall en vez de arroz arrojan cebada perlada. En el lanzamiento de un misil, hacia un lugar descampado, la discusión entre dos japonés por si irá a explotar allí, sin árboles ni nada. Un hotel alojamiento donde las parejas entrando y saliendo en automóvil, son demorados por tres que limpian parabrisas. El entierro de un intendente en un cementerio privado.
Pero ahora que por fin estoy presentable, me siento en la cocina a tomar un café. Y continúo viendo desfilar frente a mí otra tanda de hechos cotidianos.
-Me llamo Segovia espero haber sido de gran utilidad.
Segovia cayó en un espiral que lo absorbió por entero, haciendo que recorra todo el cilindro completo, luego entró parado en un parque casi perfecto. Se alineo el traje, después el bigote, comenzando a caminar hacia el horizonte lleno de distintas películas a todo color. Unos patovicas posando para la televisión. Unas señoras repartiendo medialunas de su propia panadería. Una reunión privada donde brindan por el año nuevo.
Vidas paralelas.
-Hasta mejor vernos, más tarde regreso, si me dispensan bien se los agradezco, y por escrito en idioma non santo, para la próxima vez.
Intenté escapar, pero el patio está obstruido por gran cantidad de chatarra de hospital.
Me disculpé, lo que sigue es puro soñar, nada que ver con la metafísica.
Ahora estamos en otra dimensión, la del horror, plagada de olores de índole desconocido. El cadáver está siendo revisado por expertos sin títulos, con las nuevas y viejas heridas tirando pestes como ventiladores.
Lo mejor será una buena coartada, como para no dudar ni un segundo de la responsabilidad que les cabe.
Pero igualmente se hace imposible explicar algo tan complicado si la fiesta no acaba.
Pasó que en el traslado alguien del equipo extrajo el corazón del desgraciado; vale aclarar, para salvar la vida del cantante.
¡Fue el lobo feroz muerto del hambre! ¿No les parece?
El dinero extra en si es un verdadero paliativo para tantísima miseria, pero atención, que a lo mejor hacerse tanto los pavos en el futuro quizá les depare algún tipo de retraso mental.
Existe gran oscuridad al rededor del deceso, que con alguna plataforma mejorada podrán evitar que desaten el ovillo.
Recién comienzo a distender los músculos, pero aunque liviana, debo soportar el peso de la conciencia. Yo no tengo nada que ver, lo que sé son por mis propias virtudes.
Pensamientos desordenados.
Soy hombre que se puede llegar a liberar pero que permanece atado. No seria extraño que ya domesticado pueda vérseme esperando una razón que jamás llega. A lo mejor antes de tocar el suelo crío alas de conejo.
La mañana que el viento empuja es acervo del universo. Con la sana conclusión de mis pasos, avanzo con torpeza sobre una senda de pálido granito. Siendo presa de pensamientos que turban con palabras sangrientas. Batalla frente a las tribunas, permanente transitar de gladiadores, portando salmos, sermones, e improperios. Pero el techo de la tienda clava en huesos y retoques medio aguijón.
Yo quiero que esperen, estatuas, mientras juego con batatas. Que mis alas huelan a trampas de ayer. Que el futuro de un presente invisible tome estrellas de una noche terminada.
Conflictos que son espirales de humo entre las extremidades. Una lanza de madera está atravesando al pueblo; somos insectos que juegan moviendo las piernas, haciendo zambullir al espacio entre regios recursos de malabares. Quedando estampados en la cultura arrodillados en la onda sabiduría. Somos como espadas que escriben la intimidad de muchos destinos fallidos.
Pero otros tocaron la soga total, en pan transparente del misterioso individuo que transcribe, que vendríamos ser cada uno de nosotros por su lado.
Pero yo en otros sitios estoy meciendo un canto de gran corteza, quiza tullido pero arrogante, atrasado pero de prisa, sin poder evitarlo clamo en la fuente por que se acabe la peste, y nada, todo sigue igual de mal. A los posteriores se los mide a punta de dolor amargo. Me estoy yendo, arañado de resquemores que fueron solo escaramuzas en la flor de la pieza. Directamente soy placenta inservible después de nacer la vida. Mejor achicar el tiempo, hacer menos tediosa la condena, permanecer levemente tranquilos con relación a tener que lamentar el sufrimiento ajeno. Que por favor, las víctimas fatales que vamos llevando, sepan deparar la mismas sumas que fueron dejando colgadas.
Ahora me encuentro parado frente al vidrio observando al hijo mío que murió en la hoguera.
Pero me animo a entrar así montado en una nube para saldar deudas atrasadas que hace mucho le debo a la sociedad. Aunque salgo del otro lado, increpado; que de una me permitan mirar extasiado de pavura (No obstante exclamo al instante que lo considero oportuno) a punta de índice invito a seguir mi propia sombra, que se deja ver en las tinieblas del alba, misteriosa, como salida del más allá.
Al fin el arsenal está exento de humedad, entero, sin tener que lamentar en la brochette bajas.
El tú de la lluvia.
Debajo de la tierra hay un tesoro esperando tranquilo, son las lombrices que necesitamos para sacar al pez del agua.
Sus manos huyen del acercamiento, se disparan a lo profundo del bolsillo. Aplaca sus gestos e intenta evadir la acusiante conversación, pero el sonido del idioma salido de la voz de una mujer sensual le taladra el oído medio. Hace puente con los cables entre la angustia de la soledad y el deber de explotar ante lo desconocido que avanza impertinente, quedando tieso y duro, electrocutado, presa de la correntada salvaje de una muchacha especial con aires de ser un verdadero huracán.
Pero ya no hay manera de seducirlo. Rememora aquel dia donde juro nunca más ser un complaciente dormilón.
Pero hay un gran tobogán entre ambos, porque claro, con sus ojos dubitantes penetra el escote frondoso donde vale oro lo que yace debajo de la estela que marca la blusa.
De hecho mucho le agradan las mujeres petisonas, pero tiene malos presentimientos cual si fueran presagios de alta negatividad.
En su fuero íntimo boga por que pase pronto el turno del infortunio del desamparo arrasando con todo lo amoroso que está latente a punto de suceder.
Sin embargo ella no escatima esfuerzos en pretender conquistarlo, arremete, por este camino irán a caer abrazados al borde de la ruta por demás congestionada.
Él hace saltar el reloj antiguo del bolsillo, preparando un discurso con la lengua seca, ha dejado de estar ausente para aunque perturbado avanzar hacia una conversación interesante.
Son las catorce treinta, hora en que se sabe la verdad, la verdad del precio de lo que ella cobra por unas cuantas caricias.
Esa misma mujer que lo conquistó en el puente, después lo llevó a la cama, y además le regaló el servicio completo. Pero a cambio recibió unos regalos quitados del propio domicilio.
Existe un zoológico de pasiones que se avivan con el correr de la lava de muchas semanas, y del aliento de los besos que aun son besos profundos como el primer beso, donde nadie desea levantar la cola del trono.
Él tiene deseos de hacerla su esposa, pero observa celoso como en el rostro hay marcas de antiguos amores, entonces no pretende salirse del rol de cliente. Reina el silencio. Están imaginando que tienen hijos, y que todo marcha sobre ruedas hasta el final de los tiempos.
Fueron unos tontos, porque como quien dice, terminaron a las puñaladas, unos irracionales que arrojaron los destinos al pobre espacio sideral. Aunque él por la fuerza se la llevó al campo, haciendo que monte caballos de paseo para mantener los gluteos intactos, engañada con que será la dueña de todo y más. Pero por cada discusión que hay, aparecen unos embases con amenazas dentro, donde siempre argumenta con desheredar si por tal caso ella se dispara para otro lado de lo convenido. Aunque al mismo tiempo debe seguir siendo una señora.
Finalmente quedó embarazada; el muy vil la hizo parir en las afueras atendida por los peones e higienizada por las sirvientas.
Dicen. Sienten un vacio importante, algo tremendo para la psiquis de ambos, aunque siempre está tronando algo nuevo que impide una ruptura; además que la pasión por su cuerpo nunca se altera, suenan permanentes suspiros como truenos con rayos, esperando a cada instante volver a matarse en la arena.
Cuando el niño hubo crecido, tiene tantos golpes como un bate de beisbol, porque es un chico que lleva la manía de hacer trabajar a la gente, entonces los padres por igual descargan toda la fuerza del látigo que llevan en los brazos. El hijo que anda en patines por la casa jura que un plato volador vendrá a buscarlo para salvarlo.
En una oportunidad en que estaban cenando apuñaló a su hijo, quitándole la vida al instante, él cree que fue más un sacrificio que un asesinato. Enterraron al muerto más luego plantaron un árbol. Y siguieron viviendo en el campo leguas afuera; ya no como si fueran ellos, sino alguien, espectros de carne que deambulan por la hierba crecida.
Deambulan por el desierto de pastisales, casi siempre vestidos de blanco, haciendo bailes donde atraviesan las carnes con energía barata, iluminando el crepúsculo cual insectos de luz.
El ahora está matando una gallina para comer, teniendo que cazar pues para tanto no alcanza. Aseguran que sufrió de un golpe no recordando nada, volviendo a recobrar la pasión perdida al ser otro hombre.
Tiene los deseos de hacer de la vida un oasis donde matar uno a uno los sentimientos que van apareciendo, junto con gotas de sudor contadas por ella. Mientras su amada sigue cual fantasma las instrucciones que son salmos que el santo imparte. Ambos negando todo vínculo con el pasado, pretendiendo ser algo nuevo que recién comienza a cabalgar.
Recuerdos que no se olvidan.
Luego de almorzar guardó los cubiertos, dentro del cajón contra la pared del ataúd, a la altura del fémur derecho. Además como de costumbre dejó la radio portátil sobre el cráneo, pero esta vez, sin quererlo, encendida a muy bajo volumen.
Aunque también olvidó en las costillas las monedas para tomar el colectivo sesenta, para lo cual, pues por hoy no desea volver al cementerio, debió regresar caminando los siete kilómetros que lo separan de su madre.
Habría sido una jornada de gran tristeza, donde los recuerdos lo persiguieron sin darle tregua.
Ya en casa, para recomponer su ánimo (no obstante porta una cierta alegría que reprime) se hubo alineado el alma preparando un trago con lima y vodka que endulzó con azúcar morena.
Una larga pesadilla real.
Ana Laura Cirano ayudada por su ancha sonrisa abrió las puertas del ascensor del hotel, encanto y electricidad, encontrándose con un hombre que lleva a otro totalmente borracho colgado del hombro. De todas maneras entró al bólido, pues en realidad le pareció divertido agregar a su destino la gracia de ver consumarse un hecho tan grande de compañerismo en un viaje tan breve.
Pero en medio de este ambos se separaron para asaltarla.
Como es lógico Ella se resiste ofreciendo gran resistencia, haciendo que golpeen contra las paredes, pero el aparato se detiene antes de arribar quedando atrapados entre los pisos. Entonces las cosas cambiaron pues intervinieron las autoridades dueñas del comercio. Lo que hiso que Ana sea amenazada si por tal caso revela la verdad.
En el intervalo en que se soluciona el desperfecto, se mantiene una conversación con las agentes de seguridad, donde argumentan estar apremiados por el tiempo pues deben acudir con urgencia a un evento donde son muy esperados, cuestión que no bien las puertas se habran puedan huir con la dicha excusa sin ofrecer demasiadas explicaciones.
Mi gran afán es poder pasar la odisea haciendo trisas el tiempo imaginando que esto nunca sucedió; pensó Ana muy aterrada. Quisiera poder levantar las piernas para darle una patada en las bolas a estos tipos y gritar lo que pasa, pero han golpeado tanto mis riñones con sus puños afilados quedando paralizada en el infierno. Si salgo con vida de esta, al amanecer para ir al baño voy a tener que usar los patines. Pensaba: Alguna vez me tomaron como esposa pero ahora valgo menos que una vaca en el matadero.
Aunque ella les roe la cabeza, haciendo gestos de que estaría muy descompuesta a punto de morir, usurpando sus mentes perversas consiguiendo que pierdan el asqueroso disfrute que igualmente sienten ante la consumación del propio mal.
Así fue como perdieron el hilo de la conversación, entrando en llamativas flagrantes contradicciones, que de todos modos quedaron en suspenso.
Uno de los hombre le susurró a los oídos palabras escalofriantes diciendo incoherencias.
-Soy un pervertido, a mis labios les hace falta una esposa obediente que ya no puede volver a gritar.
Al cabo de veinte interminables minutos, cuando se pudo solucionar el problema, salieron raudos sin ofrecer demasiadas explicaciones. Van saliendo codo con codo, en formación donde Ana permanece en el medio atontada y levemente sujetada.
Cuando atravesaron el umbral del establecimiento, al volver en si, pudo sentir que sus captores desaparecieron cual fantasmas, como cuando se levanta el telón de la opera.
Hubo ocurrido que metieron sus cabezas en unos lazos de hilo de nilón siendo colgados al estilo del lejano oeste.
¡Que bueno! dijo para sus adentros al momento que fue rescatada por el grupo de la policía llamado Halcón.
Mi sobrina monja.
Ayer, de pronto, una sencilla revelación se adueño de mi atención, justo en el preciso momento en que voy a encender la pipa, recién luego de cuarenta años de acostumbrar fumar dando ondas
pitadas. Me dicta la mente, con mi propia voz de veterano, que al hacerlo por favor aspire suave avivando la braza con pequeños soplidos, prolongando la actividad respirando de esta manera; aunque nunca haciendo levantar la gran temperatura. Redondeando la premonición acerca de las consecuencias: con que he sido un semental, más cuando estuve unido en matrimonio hice las de fornicar, por culpa de esta pésima costumbre, insisto, dando ondas pitas que por supuesto hacen quemar al interior del cuerpo.
A menos de una semana de haber cambiado el hábito de este vicio, pero aun estando luchando por no dar el gusto a la conciencia de gozar llenando los pulmones de denso humo, debo reconocer que aprecio cambios significativos sobre todo en lo concerniente a la lívido. Inclusive los bigotes han dejado de estar amarillos por la acción de la nicotina.
Pero el día de hoy, ha de ser una jornada específicamente importante, en que mejor me abstenga de todo vicio. Pues han de venir de visitas, por unas semanas, una prima hermana que vive en el campo, con su hija adolecente, que sigue la carrera para alcanzar ser monja de la religión católica.
Me pasó que al poco tiempo de convivir con ellas, comencé a tener una fuerte atracción por la niña. Obviamente que Lorena, que de ningún modo hace corresponder este importante sentimiento, lo que origina que la admire dentro de mi propio silencio; mientras converso con Dios de la suerte que tiene al tenerla de su lado.
Una mañana, mi perro mordió con los dientes su vestimenta religiosa, un atuendo gris que le tapa hasta los propios tobillos; recién planchado con total entrega, que cuelga del respaldo de una silla tapizada. Y salió corriendo no más, en dirección de la calle, tomando para el lado de una cortada que tenemos al costado. Lorena, en paños menores, desesperada salió corriendo detrás del pichicho, mientras yo los seguí de cerca. Ni por un segundo dejé de admirar su bella figura, que jamás antes había apreciado con tanto desparpajo. Pero el genial perro por nada del mundo se dejó atrapar, ella me suplicaba que la socorra agarrándolo con decición, pero en verdad yo no hice demasiado por quitarle el vestido.
Su madre que anda en silla de ruedas, por motivo de que cayó de espalda sobre una botella de vidrio, con una herida a la altura del omoplato donde recibió unas diez puntadas de sutura; que además la tienen que volver a operar pues le ha quedado una esquirla de vidrio, se hiso presente en la escena. Parecía una obra de teatro donde iría a ocurrir una tragedia griega.
Mi prima pensó que yo mismo la estaba queriendo violar, para lo cual lanzó un insulto estremecedor, pero al instante Lorena se encargó de aclarar que nada que ver, ampliando la explicación de lo sucedido.
Entonces su madre le alcanzó una bata blanca de toalla para que se cubra de inmediato; más luego, por fin las dos sonrientes, poder regresar a casa.
Clima tibio de la pitada.
Entre el humo total se forman unos hilos que parecen víboras delgadas; todo dentro de una danza inteligente desde un soplido muy racional.
Predomina el origen pero por momentos se torna transparente como el aire que no existe.
Humo que se puede penetrar con la mirada y así apreciar otros sub-mundos de seres que yacen expectantes.
Se forman figuras geométricas que luego se deshacen, en muchos cielos estrellados donde hay cosas diferentes.
El dolor se disipa con el nuevo clima, tibio; se aplaca fumando con extrema suavidad, no alcanza con dejar de hacerlo, hay que pitar con delicadeza, aunque el mundo por ello desaparezca; suavemente soplando mientras se forma un universo en la braza, que además suelte estrellas fugaces que acompañen la sonrisa. Y si por ello debes pegarle un tiro al de enfrente, y bueno, adelante. Pero siempre serán de humo los únicos seres que existen.
Un reflejo en la formica.
El pomo que utilizamos en los carnavales es un elemento vital para que después en la memoria queden imágenes imborrables almacenadas. Yo tuve el mío cuando pequeño, uno con forma de bombero donde el agua salía de su boca. Recuerdo que lo besaba mientras bebía de un manantial, haciendo que por las alas del casco corriese saliva mezclada con mi sonrisa letal. Éramos tan inseparables; en una oportunidad en que debía comer salchichas por obligación de mis padres, lo colmé de mostaza para hacerle un lugar en la mesa junto a mi lado, más luego quedó por siempre firme en los almuerzos y cenas. Pero las vueltas de la vida son tan grandes, tan paradójicas, que hoy, a punto de morir pues el corazón no me funciona, me irán a transplantar uno de un bombero que ayer murió combatiendo las llamas.
Finalmente la operación resultó un éxito. Pero el nuevo entorno fue cambiando las reglas del juego. Ahora soy pacifista mientras que antes un destructor. Frente a la asonada de los pobres abogo por ellos, en el propio frente de lucha; y aunque dolorido me entretengo bajo el amparo de la compulsa, sumando méritos para la nueva corona.
Me remuerde aplicar bastante espada a la conducta recién enarbolada, pero no soy de plástico como aquel juguete sagrado.
Estoy de nuevo funcionando, aunque forcejeo con furia haciendo círculos con la prisa de llegar a ninguna parte.
Mi alma rema y rema mientras tanto el ser naufraga en los bajos lodos, pero por gracia parece que mi cuerpo no lo rechaza, a este corazón guerrero.
La sopa.
Cerró la bolsa haciendo cuatro nudos de escenografía. Yace preocupado; es el lazo de un abismo generoso. Su vida está sombría como la atmósfera. El alma le fuma el queso de su portátil; su noche subestimada tiene frio en las estrellas.
Está dicho: es una etapa con los hilos puestos pero la sopa se derrama sin voltaje.
Estuvo pensando letras sueltas, ahora llora sin saber. Una idea le trajo ira, que volcó sobre el acero, una canción que supo planchar con libros pesados, un alfajor relleno de dudas, sed de parsimonia, sed de dictadura.
Pero huye cobarde por la hierba estridente, alfalfa con restos de pasta lunar.
La voz del interior.
De tanto andar por la férrea vida mi lengua se golpea queriendo decir palabras.
Debo andar bien porque tengo tantas monedas de un solo peso; pero el resto que nos acompañan alzan sus lanzas buscando un digno pasar.
Hicimos regar la naturaleza con metales el vasto suelo, pero igual las enormes tristezas predominan y la plata no se sabe donde está.
Hubo tantos juramentos de que todo cambiaría que ahora sin aliento no podemos perdonar. Tantos gallos que nos traicionaron con la cresta como loros, que hoy por su grandísima culpa la sangre corre por las alcantarillas cual aguas de molinos.
El amor se deshace en pedazos de amargo rompecabezas, cada uno lleva en su mochila el comienzo de algo que nunca se ha de completar.
Ahora una porción de violencia se cuece en el corazón del cielo, ahora debemos echar andar una revolución donde siempre se coseche lo que dejamos abandonado. Quitar el fruto donde aparezca y fumar alas de insectos. Sal en pocas cantidades polvo de mil estrellas.
Nos hicieron prenda un día pero nos quedamos con lo puesto, lo que había era apresto para andar de elegante etiqueta.
El conformista.
Desnudo, resignado, después de mucho haber luchado por ser un hombre independiente, estoy en cueros a los pies de un zángano que depara una hermosa sombra. Quito el hollín de antiguas quimeras depositado en el saldo de los pensamientos honestos, el polvo de un tesoro fresco que emerge con raso transparente sobre mi cuerpo dubitante. Es imposible enrollar el tiempo pasado en un simple carretel de hilo, debo entonces aceptar callado haber perdido hasta la vergüenza de hundirme. Quizá convenga aplacar la fuerza que emana del interior sin envidiar lo ajeno, con solamente ser el dueño del relativo paisaje.
Untar la vida con sabia pimienta del propio sol tan poderoso que enluta el día de maledicencia.
Entre el sueño y el despertar.
Entró sin pedir permiso alguno diciendo a sus compañeros: Buenos días vagonetas aquí estoy de nuevo.
Finalmente le hicieron una ronda donde quedó en el medio, el círculo se fue cerrando hasta comprimir su cuerpo entero, solamente sobresale su cabeza numero cinco, su voz se escucha débil y las piernas le son pisoteadas por la pequeña multitud. Bautista empañó el reducto con una fuerte luz venida del último aliento, una callada intriga embriagó su total inocencia, la cual se derramó sobre su escritorio en forma de sopor.
Cuando todo se hubo aclarado ellos comenzaron a dar nuevos jirones en nombre de dicho aumento salarial.
En un mismo lugar.
Todo converge: El humo de un gran incendio en una juguetería a pasos del cuartel de bomberos, más las llamas, que a no dudar, aumentan a medida que reciben agua del chorro; un grueso arco iris producto del fuerte sol y la reciente lluvia que se retira inoportuna. En una limusina, no muy larga, de color rosa, fuera del horario habitual del servicio, el arribo a su nuevo domicilio de una mujer vestida de novia con su flamante esposo en overol de fantasía. El encuentro de un par de antejos negros por parte de un no vidente, que tanteando el espacio en busca del bastón blanco se topó con el interesante regalo, quien desde ahora podrá tapar su horrenda figura facial. Unos hierros retorcidos caídos del propio siniestro con forma de estatua, con un parecido tremendo a la loba que alimentara a Rómulo y Remo cuando nacieron. Y de pronto una trifulca entre camaradas por la posesión de la única manguera oriunda del lugar. Dotaciones de diferentes distritos haciendo un nudo entre calles anegadas de cientos de curiosos. Y yo con mi nuevo celular registrando todo lo posible este presente complicado.
Zorro del valle.
De día paso
de noche me juego entero.
En primavera resortes
oso cuando el frío.
Aroma de flores de cultivo
La casa arde en pasiones
La olla hace hervir un venado
aquel abrigo descansa en la cúspide.
En picada.
La piedra arrulla el manantial
corriendo la transparencia superficial
de una manera indescriptible.
Brotan de la ensenada sombríos
Residuos sobre losas cloacales
Chacales intrépidos olgazanes.
Una especial de guirnaldas
la lluvia agradece este milagro
de presencias fantásticas.
Se respira música en el aire.
Compré la tarde de ella y nada
cayó la madre sobre las diez para las doce.
Hoy hace calor de flor traviesa
La mañana no dista de ser la misma
Es un día cualquiera para mejor olvidar.
Gallo.
Comenzó el nuevo día con ese envión de siempre.
Gran repulgue.
Cualquier enemigo
En el día infra rojo humano
Detesta la picadura.
Bichos estos transas
Cuando despierto estoy fuera
Decidan adonde han de permanecer.
Quiso poner conductas
En la mampara para los calcetines
Después miró al vecino inflado.
Pasos de pies por la arena crujiente
Que cosa el bramido de la costanera
En la playa arde en llamas la multitud.
Quito los maleficios
ambas opciones son complicadas
Con los dientes destapo el día.
Hay música y aliento
Arroces con ruedas legumbres con alas
Compases perfectos de ha tumbos.
Hablando cosas que pasan
entre la verdad y la exageración
fuimos tarta un día de zapallo.
Oculto la palabra detrás del silencio
Una risa zumba cual abeja
Agradecido brinco sobre la losa.
El viento se cierne en barrotes
La noche está babosa
Pueden los insectos gobernar el sueño.
Los regazos se mesen en cunas
me deshice en muchos rincones
diferente con el destrozado pantalón.
Dotado de extensión.
Quisiera tener desplegado en un lienzo
el espíritu con vida.
En los oídos la campana
que marca el comienzo
del corazón.
Ver como una tristeza muy grande
se aleja.
Un montón de alas en la espalda
pero nunca un amor inexistente.
No podré.
De izar la fe al viento
Será cuestión de empezar de abajo
la culpa la tiene el trece.
Está crudo el invierno
Con los bolsillos saliendo hacia afuera
Son caprichos mis pesares.
La brida se marca en mis manos
Son de plata los reflejos consientes
Porque aquí sirve lo nada profundo.
Entiende ahora la forma
De este amor incluso amargo
Sobre manteles reales.
Largometraje.
Eres lo peor
te lo dice un viajero
que conocí como persona.
La pieza está
invadida de extraños
vayan al cabaret.
Manga de vagos
el trabajo no muerde
sepan insistir.
Naturales y furiosas
en ti otras rimas
presentes.
En la fuente
del único deseo
ataúd en bruma.
Su pollera es
un tétrico panorama
para preocuparse.
Un placer conocerla
habiendo entendido
la tarea de hacer señales.
El ámbito gira
de una tuve que saltar
la hoguera a observar.
Con el hueso
el plumaje ensanchado
del orgullo que fue.
Tengo pensado
hacer un pucherazo
de la alcancía.
Una sensación
de tremendo asco
se oye en mi.
En efecto tuvo
su propio crímen
pillando marquesinas.
De sangre con
público maldito
callados y solitos.
Como un pueblo
haciendo huellas
en la oscuridad.
Juicio sin juez
punzones en la inocencia
ofuscados dejan.
Haciendo humo
pintamos la noche
con delicadeza.
De un grupo son
de valientes brazas
que además sueltan estrellas.
Sus dedos fueron
pilares en otras manos
del delincuente.
Eterno níspero
de raso naranjado
te queremos.
Suavidad de dos
quieren tener muchos hijos
pero él se duerme.
Voy a tener que
pasando por otro comienzo
volver al cementerio.
El día es gris
dijo Basho hoy
de sol enojado.
Yo consigo ya
lo mismo de siempre si
tabaco del sur.
Descuido craso error
la bóveda en fiesta
con los muertos que bailan.
Está en llamas
la casita paterna
Ana tiene yagas.
Espasmódico
el furor es fantástico
en la música.
Todo vuelve.
El negro D´Alesandro asintió hacia el cielo en busca de complicidad, aunque ya había decidido formalizar su venganza.
Esa misma mañana, con mucha cautela, levantó el capot del auto del desgraciado agresor, sin reparos de los vecinos, bajo los rayos de un día radiante, su frente sudaba lágrimas de odio, entonces fue que metió en el lugar del aceite vidrios molidos, de una botella de wisky que previamente con inusitado placer bebió hasta la mitad más luego volcó sobre algunas fotos en común. Después, para completar la solapada acción, hizo que el damnificado lo llevase de paseo. Este individuo, resulta ser un conocido del barrio que sin permiso se metió en su destino, que de una manera poco sutil no para de agredirlo ni aun en las fiestas de pascuas, pero con claras intenciones de hacer su buen daño en su psiquis mental; un hombre perverso que acostumbra abusar hasta de su pequeña hija.
Promediando el viaje el motor comenzó hacer ruidos extraños, D´Alesandro feliz lo alentaba a no detener la marcha, como para de ser posible los rayones se hicieran surcos, diciendo que el pobre motor debe padecer de gastritis.
Cebado, pero por fin dueño del limbo, al día siguiente le hizo un pequeño boquete en la pared medianera que da al baldío, de donde le soltó una manada de ratas y escarabajos que previamente hubo cazado con significativa dedicación. Además de un atentado con bacterias por medio de un florero de aguas servidas con un olor a podrido tremendo, más orina de perro y gato.
Quiso encender la radio, pero encontró que las pilas estaban sulfatadas, para lo cual juntó un poco de ese material para dárselo a beber en la primera de cambio.
Pasado un tiempo, ahora se siente un macho de verdad, hasta la fecha ni su jefe del trabajo lo ha vuelto a molestar.
Duerme acostado con las manos detrás de la cabeza recogiendo con la imaginación los frutos de su obra maestra.
Lavado de cerebro.
Luego de haber lavado mi cerebro se retiraron a esconder su vergüenza.
Pero son tan vívidos los recuerdos, mis sentimientos arraigados del pasado, el odio que les profeso a estos tiranos, que sin vueltas volví a ser el mismo.
Aunque si he de sincerarme debo confesar que ya no deseo ser más aquel buenazo de antes.
Paciente enfermo.
Es el tiempo
que corre entusiasmado
detrás de mí.
Tantas espadas
de inertes metales
detrás de mí.
Como aquel yo
Que detrás de mí
fabricó una espora.
Sol espurio.
Con rayos de fe
cayó sin decir adiós
la rosa muerta.
Lozano dormir
tantos sueños que anidé
frente al despertar.
Ahora soy él
con el tiempo puesto
una máscara.
Oscuros hacen
renacer la aurora
y millar de puertas.
Insistente crecida.
Dos estrellas
en el cadalso lato
de luz impura.
Cinco minutos
de musa inspiración
cayó la noche.
Cuatro latitas
de espumante birra
al aire libre.
Un tranvía sobre rieles.
Flores que claman
El amor que recogí
De tu floreo.
En tus cabellos
el sol quedó atado
igual que liendre.
Puedo esperar
la vida inútilmente
como al tren.
El detective Ruiz Lima.
Con suma claridad se puede observar que el paisaje de la moderna ciudad tiene formato de tela de araña gigante.
El detective Ruiz Lima es un hombre delgado, que cuando su sombra se refleja en el suelo se confunde con los pichones de álamos.
Su suegra siempre le recomienda mirarles la cara a los acusados y con ello intentar desentrañar la verdad, pero en esta oportunidad no hay a quien mirar para saber lo sucedido. El caso que hoy atiende tiene que ver con la desaparición de una familia entera, incluido el perro.
Para lo cual consiguió una orden de allanamiento para poder estudiar la cuestión de cerca.
Lo primero que llamó poderosamente su atención fue precisamente la cucha del perro, en la que hay muchas evidencias de que hubieron atendido una cría de cuatro cachorros, para lo cual habría que contabilizar otras tantas desapariciones, más que el canino era de origen hembra.
Con esta sola pista comenzó a profundizar la investigación. Luego encontró un extraño dibujo hecho por la nena, donde se puede ver un retrete dibujado donde flotan unos soretes con alas.
A reglón seguido, muy intrigado se dirigió hacia el baño, pudiendo comprobar que la cloaca está seriamente taponada, que cuando tira la cadena no sube papel higiénico sino un líquido rojo parecido a la sangre.
Entonces llamó a un plomero para destapar el sistema y quizá con ello descubrir el problema.
Pero cuando estaba pasando una cinta metálica, un monstruo de cuatro cabezas salió por la boca del caño devorando al empleado.
Navidad en la bruma.
Que sombras frescas!
Huellas de un calvo pincel
Luces de creyón.
Acuño emociones
entre rieles de mazapán
sobre grafitis populares.
Nuestra princesa
brinda tibio aliento
de su corazón.
Barco hundido
Atlántida festeja
que halla oro.
Una gran boda
aires de escafandras
y velas tristes.
Vulgares dichos
de un coro enano
con cura genial.
De nunca morir
de siempre estar feliz
de muchísima paz.
Guirnaldas redondas
la historia continua
jamás se detiene.
Días de Haikus.
Partido de futbol de los camioneros; he olvidado los botines y debo solicitar unos en el vestuario; la camiseta es blanca con una franja verde ingles que cruza de izquierda a derecha. Mis dedos pulgares asoman cual gusanos, endivias en la ensalada completa.
Me postulo para jugar por las puntas, aunque siempre soy número nueve; estúpido de mí.
Pero la cancha es tan pequeña que no entran veintidós; además es de tierra, siendo que ayer llovió a baldazos. Entonces quedé de suplente, teniendo que soportar la deshonra que eso conlleva.
Pero como hay un rio que corre paralelo me quedé pescando para despuntar el vicio sagrado salvando el entredicho.
Escuchen: Siempre hay una hora donde alguien perece o es asesinado. Gol de los gastronómicos, uno a cero, y yo, a pesar de sentirlo, por lo bajo sonrío.
Entonces desesperados acudieron en mi ayuda; pero en dicha distracción, por no haber barrera correspondiente, nos metieron el segundo de tiro libre.
Segundos después el propio capitán se arrodilla sobre el fango de la costa, quitándose el brazalete para que me lo coloque; me siento tentado no pudiendo negar mi presencia, aparte que es un dirigente sindical.
Hice tres goles y con ellos conseguimos ganar.
Un triunfo seguido de muerte, ya que sentí un fuerte dolor en el pecho que me arrastró hacia un túnel; que no es precisamente el de nuestro estadio.
La nada es el infierno.
Si tuviera una poesía que sea como una espada
Clavaría su hoja sobre la tierra fértil. Una rima complaciente
Brotaría bañada en sangre de riego, que lozana se entrevere con los abrojos.
Dando sonrisa al entristecido, valor al que con pánico bichea.
Las palabras tienen alas que bracean al viento con pavor de volcán.
Frases donde el perfume sea placenta que hace contracciones;
Codornices delicadas Nochebuenas para los pobres de mente.
Una carnada para la ballena preñada de oro sesenta quilates.
El contenido es como el pastón que descansa en la losa,
Un pavimento en los designios de la intrépida idea,
Algo que solo el sarnoso acuña cual peras en el corredizo
Cuadro que es tapa en el tanque de la sabia insurgencia.
Un cuento oriental.
Un hombre llamado Remigio que tiene un perro de gran porte; un día interpreta que el animal es de alma funesta, un hijo mal parido maldito por naturaleza, incapaz de entender y menos aun agradecer la enorme confianza que él le brinda. Entonces hace comenzar una guerra fría, donde lo primero fue achicar su ración de comida.
Así fue creciendo el conflicto hasta darle muerte envenenando al pobre. Conflicto final que se desencadenara pues recibió un pisotón habiendo clavado sus pezuñas hasta hacerlo sangrar.
Lo cierto es que el animal murió y Remigio jamás se percató del delito que ello conlleva. Muy incrédulo se animó a confesarlo sin sentir culpa alguna.
Pero al ser increpado, por un conocido suyo, intentó desdecirse, entrando en flagrante contradicciones, lo que originó una denuncia ante la justicia, con la posterior exhumación seguida de autopsia. Allí se determinó el tipo de sustancia letal que hubo utilizado, siendo condenado a la pena efectiva de tres años de cárcel.
Remigio sin rezongar acepto el fallo, puesto que durante el proceso, por entero se dedicó a reflexionar acerca del pecado, cayendo de la higuera de que un animal también merece respeto.
Un Haiku sin métrica.
El centro de gallegos hizo una raviolada tan grande que necesitaron hacerle agujeros a un barco para colar la pasta.
El pasado migratorio.
Una gran paradoja fue aquella donde a un militar le otorgaron el nobel de la paz.
Dijo el poeta.
Matar al lector es como matar al poeta.
El fin de la chacota.
Un abogado se pone de novio con una réplica de la balanza de la justicia y señora.
Pero ésta, cargados de graves problemas de lesa humanidad sus platos, se desenvuelve como mono con revolver, como un sube y baja en la plaza colmada de niños.
Él se acercó ha darle el primer beso de bienvenida pero ella en una de sus alocadas subidas golpeó su mentón con fuerza bruta.
Entonces el letrado hace una interpretación errónea tomando la decisión de dedicar sus servicios a la mafia de los medicamentos.
Finalmente la pobre está siendo utilizada para pesar efedrina en mal estado; mientras un montón de fortachones la pasan por orgías varias.
Hasta que un buen día, donde el galpón que la aloja fuera allanado por la justicia, un policía destapa sus ojos haciendo caer el corpiño de la vista, para luego llevarla consigo y hacerla su legítima esposa.
Balbuceo interior.
Con cuatro palabras ya hilvano grandes pensamientos; después, siento que las ideas emergen como el vapor que provoca la gran temperatura.
Estoy recostado sobre el pesebre mirando camellos con reyes pasar.
Diviso los sueños entre el eco de la cuna solitaria. La vida recién comienza y mis piernas solicitan salir a caminar.
Lo que sigue es una vida errante, donde llevo en suspenso una cruz ambulante. Venciendo la muerte, yendo y viniendo en libertad.
Cacho de alma.
La silla está caliente, una enorme sensación de hastío invade mi cuerpo, en vano espero los milagros arribar, nadie parece escuchar mi pedido de auxilio.
Después cuando mi alma hubo ascendido, quedó una parte de ella en la computadora, mirando extasiada como mi sucesor navega entre la pornografía.
Aunque debí penetrar su alma y dominar las acciones por mucho tiempo. Nadie hace volver al desquiciado. Con suerte habrá de terminar en un convento rezando hasta que uno feligrés le aseste otro golpe mortal.
Pero tiempo después se presentó una psiquiatra que lo exterminó utilizando la pre-paga, nunca más pudo salir del Gutierres.
Yo en estos momentos me ocupo de que conviva con el frío, secarlo de vientre para que haga mucha fuerza para defecar así le agarran edemas cerebrales; de esta manera todo el día repite: Soy un loro sobreviviente, estoy muy feliz con ustedes, no pretendo escapar.
El notario.
Un pájaro herido cayó al depósito de agua del Teniente coronel Fidalgo; dando sus últimos estertores con las propias alas quienes acariciaron la pared de granito, para recién luego ahogarse. Cuando Fidalgo abrió la canilla una pluma de improviso salió quedando atascada a merced del exterior.
Entonces resolvió el problema de falta de lapicera pudiendo concretar la ansiada carta que dará comienzo a un nuevo golpe de estado.
Es una proclama que hará extensa a otros extrayendo fotocopias de la misma.
Luego de cumplida la tarea Fidalgo marchó hacia el coche, encontrándose con un neumático totalmente desinflado; enseguida llamando a la grúa del seguro, que con él atrás, dentro de su rodado, hiso recorrer la ciudad en busca de un lugar donde resolver el asunto. Siempre pensando en las consecuencias de tan férrea actitud subversiva de querer destronar la prestigiosa democracia.
Pero una piedra se estrelló contra el parabrisas, lo que no impidió continuar la marcha, siguiendo obnubilado observando la rajadura crecer sobre el vidrio.
Aun así sus ojos irritados adquieren el color del diablo, del borracho recién despertado de dormir.
Sin titubear.
Me escurro en el tiempo, que es la existencia en plenitud.
Voy pisando las baldosas, que forman un sendero sin fin.
Acuño grandes recuerdos que son mi mejor sabiduría.
Respiro profundo agradecido, aunque temo del lobo.
Se que un espejo de agua bendita nunca será un castigo.
Pero mi saliva es la bomba que hago estallar frente al demonio.
La confianza es una bóveda donde descansa mi espíritu.
Puedo desnudar mi torso castigado tan callado como un árbol sin hojas.
Excitante escaramuza.
El éxito es un triller sobre el objetivo logrado, un magro pasado evanecente, una soga erecta por donde corre un manantial del correspondiente heroico sudor.
Pero el fracaso, ese panorama donde las cosas carcomen la inteligencia en la aurora, es lo que nos toca el débil presente.
Para salvar la vida de los hermosos animales han jodido tanto con alimentarnos de vegetales.
Lavando por siglos la mente con suave ideología igual para todos. Utilizando la religión como medio para forjar la creencia anterior; que ahora, ya sin hacienda con la que contar, para estas fiestas cocino en la parrilla, berenjenas y patatas, viejas pantuflas tiernizadas durante un par de semanas con la leche de una nodriza.
No será de sorprender que habiendo inundaciones de un final de partida, donde luego no crezcan más que cactus, debamos comer lenguas de niños charlatanes con ensaladas de san Pedro.
Mi vida es como una cárcel de mujeres y yo su fiel mascota, vivo entre cucarachas que no aprendo soportar, no por nada me gritan al oído frases insinuantes acerca de pegarme un tiro.
Aun no consigo mi ropa a tiempo, debo partir antes de que inicien el rally (A pesar de ser millonario a falta de saca corcho tuve que utilizar el rabo del chancho).
Una sirvienta acampa en el living de casa, delira, de seguro ha olido la humedad de mis calzones. Comparto mi tiempo con algas de un estanque mágico donde todo adquiere sentido.
El Dakar está a punto de iniciar la competencia, no hay donde apreciar la largada.
Sobre el obelisco han instalado un gran espejo; siento que los bólidos penetran por mi nariz.
El acomodador, hombre extraño que ignoro, aprieta fuerte su mano en búsqueda de una linda propina, intenta amedrentarme, transmitiendo su odio natural, la impotencia de no asesinar el bolsillo con el hielo de la mirada. Sin embargo me abstraigo, prefiero cerrar los ojos e imaginar que estoy entre leones enemigos.
Entonces harto de ser tan sumiso, intrépido, tomé un numero de la mesa central, comenzando a correr detrás de los competidores, siendo uno más de la partida; hasta llegando tercero en la segunda etapa final. Rociado de champagne casi abrazando la corona verdes de laureles.
El Dengue es una enfermedad jorobada que proviene de la picadura del mosquito, por este motivo la población se protege fumigando los hogares. Se recomienda no dejar recipientes con agua pues de allí nacen estos verdaderos enemigos; y de paso con el veneno se eliminan las arañas y compañía.
Yo para evitar dormir la siesta abro la ventana y dejo pasar una mosca, luego por lógica esta molesta tanto con lo cual se logra lo más bien el insomnio deseado.
Pero resulta que de tanto observar los mecanismos de la naturaleza comprobé, por medio de mi perro, que de la orina que ellos dejan en el pasto, es caldo de cultivo para generar insectos.
Entonces yo mismo hago mis necesidades al aire libre para fabricarlos de mi propio elemento y ver si así entablamos una relación cuanto menos amistosa.
Ombligo de la luna valeroso mapamundi Madonna hace estridencias.
Ya sin filamento en la bóveda del torax. Ni entereza para entregar un algo formidable.
La muerte riega la tierra de ausencias. La luna está azul echada dos veces al día.
Mortales que gimen sangrientos finales. El silencio está fraudulento mezclado con gemidos.
Que puta es la costumbre de abrir las puertas al colapso. Quiero morir cuanto antes para nacer en otro sitio. Quiero mañana dar luz para ser un héroe en la sombra. Quiero cien de queso.
Luego de una noche de relámpagos sin lluvia, de truenos carentes de potencia, esta mañana se hace eterna.
Me es imposible digerir los con sabidos momentos. Se hace preferible respirar por las orejas. Ni que hablar de conectar la música que siempre acompaña mi desayuno, increíbles canciones del genio ayer fallecido.
El tiempo se mese sobre una tormenta despiadada que raramente se prolonga sin estallar.
Por mi barrio las calles están desiertas, porque aparte de ser verano, donde la gente huye a descansar, lo que queda de la población se encuentra apostada a los pies del congreso, aunque más no sea a la espera de ver partir su alma rumbo al cielo.
Hoy nace un mito tan grande como un arcángel, enorme como un gigante de milagrosas tonadas, todopoderoso así en la tierra como en el paraíso.
La sala de los pasos perdidos es el reducto de fantasmas humanos desechos por la tristeza, la cola hace recordar a San Cayetano en los días siete allá por Liniers.
A lo mejor sea preferible que la tapa sepulte la imagen trémula del genio.
Llevo contados seiscientos chasquidos con la lengua humedecida de lágrimas; aunque al ver como el enfermo fracasaba en sus intentos de aferrarse a la vida se hacía previsible este final injusto, inusitado. De todos modos no me resigno a olvidar para sentirme un pendejo.
Acepto este sentimiento de amor que emana de la conciencia como algo sustancial de mi persona; pedazo de ser anodino fanático a todo corazón de Roberto Sanchez, Sandro, El Gitano.
Crónica de la inseguridad.
Los hechos ulteriores confirman la cruel verdad, que los asesinos serían estos cuatro malvivientes quienes laceran al muerto en el velatorio.
La gente azorada observa como una patota de jóvenes impresentables manosean al cadáver escarbando en la oreja en busca de un aro de diamante. Están ebrios no haciendo más que reír por lo bajo a rajabonete.
¡Sepan que un muerto es un pedazo de vida hasta que el cuerpo desaparece!
El patrón de servicio.
Un laberinto con espinas, la senda suelta fuerte calor.
El vapor de la madrugada empaña por fuera los virios de la ventana. Aun están distantes las burbujas que nacen, como esperando la orden de atacar, titilan como estrellas dando círculos mínimos, se sueltan no pudiendo permanecer en la figura. Se hacen gotas de lluvia transparentes salidas del fenómeno.
Una parte del conocimiento cede frente a mi nariz, una enorme convulsión se apodera del presente. Y una fuente de corriente alterna me recorre por dentro. Siento angustia, que soy un muñeco de a cuatro pilas.
Vaya novedad ahora pasan el desayuno por la hendija del portón (cruenta manera de intimidar al obrero); hechizado, el correo sabe a medialunas, donde piojosas las letras bailan regeton, los barrotes impregnaron las berlinesas sin azúcar de sabor a sal, como servilletas faxes coronan la portada de la bandeja.
En la oficina pretenden que termine de presumir, de acumular enzimas psicofísicas. Somos todos ratones en la escudería.
Los días pasan y todo sigue como al principio, solamente haciendo ejercicios de rehabilitación
vamos a cambiar al mundo.
Por mí cuenta salí a estirar las piernas, de pronto solté una bocanada de eruptivas maldiciones que fui ahorrando de cada discusión; un rosario de frases vigorosas, herramientas perfecta para acercar las definiciones al grato conocimiento.
Ayer fue calcar la muerte el hecho de tener al jefe ventilando intimidades, al momento he podido contabilizar miles de infidelidades contra su señora.
Con un poco de ignorancia cabe disimular la risa.
Hoy los temblores de la luna se hacen ondinas sobre el tugurio. Se eleva sobre el planeta la moldura del universo.
Pero no obstante se hace ingrato pedalear entre monstruos dando bocanadas de Gamexane.
Cuantiosa actitud de impertinencia no acudir a la medicina, postergar la confesión que me devuelva al hogar.
En casa, Anita lustra las manzanas que pronto iremos a comer. Ella no desconoce que estoy metido hasta la coronilla en algo ajeno nosotros, pero sabe ocultar su angustia con una permanente sonrisa de mujer perfecta.
El mago mujer.
Ella es una esquirla perdida entre los planetas. Carece del don de la ternura. No resiste comparaciones: Es una gaviota como para embalsamar.
También colaboraron los años de camarera sin propinas para fracturar sus llanos sentidos.
Aquellas uñas en punta de media luna fueron muriendo con el correr de los nervios, excive las falanges hiper rosadas creyendo que son rubíes de Catmandú.
Sus parpados fruncidos se sienten los dueños de la mirada; el mal llamado color vendría a ser un condimento que se suelta de la materia, no cabiendo opción mejor que atesorar los músculos principales de la cara.
(Es de pernoctar cuando yace malhumorada, evita los entuertos a toda hora del día).
Pero se acercó hasta el aura un vagabundo a querer conquistarla, como última carta que le queda al pobre antes que su piel se aje con la escarcha.
Aunque ella, insegura con la letra del que huye sin vergüenza, a cualquier intervención amarra su discurso en los sabios concejos. Gélida, por todos los medios posibles elude sentimientos precarios, con indiferencia super reticente, dando para pensar que algo bueno sucede en su entorno burocrático.
Terror en la noche.
Una flecha cae del cielo haciendo estallar una gran película: Atado a un porte equipajes despide su soltería. Es un hombre pesado que al primer vado supo doblar los tirantes de aluminio.
Parece una toalla gigante este desierto donde descansa el universo. Cosas referidas a la felicidad pasan por sus pensamientos: Las dichas de un pescado fresco, o de un verano sin calor, de un amor correspondido, o también de un odio tardío; aunque, quedan como pequeñas satisfacciones frente al sentimiento de omnipotencia que se vivencia al contemplar el firmamento.
Minutos después, siente urgencia de zafar del apriete, pero percibe estar metido en un disparate con final incierto.
Sus amigos tienen pensado arrojar el automóvil a una zanja, como broche de oro para así asustarlo dando por terminada la noche.
Finalmente, cupé fuego y agasajado se hundieron hasta el centro de la tierra, en lo que en realidad es una ciénaga con nombre propio; dejando solamente burbujas en la superficie, rodeado de muchachos atónitos imposibilitados de hacer nada para evitarlo.
Combo para dos.
La hora por fin está llegando, el ovario recibe el segundo cargamento piramidal. El cáliz vierte la leche en la caverna del conocido zaguán; suelta una suerte de suero de color transparente que francamente intimida.
Se sienten embotados, han trabajado de espaldas a los prejuicios.
Es una tarde áspera por la tormenta de arena. Las polainas descansaran hasta después del diluvio. Hay una parva de ropa interior, algunas portan fimo en la sentadera.
Van por la fase cuatro, están a punto de arribar con inteligencia a las postrimerías de hablar sobre el futuro parto. Pero la conversacion siempre decae, se hacen banales las ideas, silenciosas y desesperantes la frases de tonada completa.
La cortina a medio enrollar deja entrar los reflejos seductores de la ruta, espejimos que sucumben al instante.
Hay un arce, como el chulo que sonríe, con las hojas paradas. Sonidos de tímido bafle provienen del establo pues ardillas corren por los fardos.
Pero arrastran un embrollo a punto de enredar la relación, aunque el gozo tapa los resquemores.
Un bucle de la princesa descansa en la almohada. Ha dado la flecha en el blanco. Ha valido la pena el denodado esfuerzo de devanarse los sesos con ilusiones.
¡La acrópolis se desmorona sobre el barranco! ¡Suena la voz grave de un corno del más allá!
Los manes ascienden embarrados y confundidos.
Es calcada la alegría como con música de misa.
Ahora no dejan de embromar que viven en babia.
La casa está colmada de fantasmitas arpías que ponen su émbolo para insuflar un daño concreto, manchando de embustes, de ladridos sin bozales; aunque ni mella hacen pues ellos no se dan por enterados.
Se ha hecho una bola maciza que recubre el nido de esperanzas, pero nadie adula a nadie, la buena sabia aun corre por las venas.
Yacen erizados como en un pegote, sobre un sistema estable de amor de pareja.
Nada importa que las paredes vacías muestren moho del comienzo del siglo, una roña verdosa que suelta una harina letal.
La cama está aun sacudida, con su colcha de armiño a los pies del respaldo inferior. La flecha ha dado en el blanco.
El fabricante.
Una balada que describre una montaña de sal, que enseguida hiso plata fresca; un eslogan comercial sobre unas bombachas transparentes, que por ende lo fueron arrimando a la fortuna de observar, por entre un velo, bellas jóvenes desnudas, dicho con nítida y preciosa voz de tenor soprano; estos fueron los dos últimos delirios principales de la pasada noche.
Por falta de bóveda en el paladar, él no puede entonar correctamente, para lo cual le resultar imposible cantar con dignidad, por ello este trance de enfermo en especial fue para nada perturbador, algo parecido a un sueño musical mezclado con dolores en el abdomen.
Siendo que no fuma, se desconoce el porque de la septicemia que arrastra, a que se debe tanta mugre en el interior del cuerpo.
Por la almohada caliente por la fiebre, sus cabello le han quedado lacios sin otro aparente motivo.
El que adula es aquel que vive distraído, pues nadie está exento de deformidades, o como por ejemplo en su caso de tener que tomar antibióticos cual aspirinas para salvar el pellejo.
Sobre el establecimiento alquilado, está montado su taller, de vacuos productos para el hogar supuestamente utilizables. El resultado de su nueva labor es producto de una estratagema desopilante; primero intentó hacerse notar en los mercados, con unas balizas de aluminio, para finalmente comenzar desde abajo fabricando objetos simples. Un emprendimiento donde dioica se mantiene imperturbable su ilusión de macho cabrío.
Pensó que es una trampa atroz el tener tantísimos calambres en los bolsillos.
Los productos salen a la venta cubiertos de una roña sutil, que para ser de primera mano, de una capa de grasa de considerable espesor.
Su mayor patrimonio es este bendito taller, algo vulgar, colocado debajo de una insigne palmera.
Hubiera convenido involucrarme con mercancías prohibidas, o tal vez hacer soda con agua de la canilla. Mi muerte será la coda de un futuro más digno, continuó pensando.
Finalmente barajó la posibilidad de meterse para sacerdote, aunque después su destino se vea sacudido por falta de fidelidad.
El mejor sabor de un negocio es el tacto permanente con el dinero, con la plata constante y sonante del consumidor final, arremetió su mente para darse aliento.
De armador de placares, pasó a comandar un ejercito de inútiles, para luego caer en esto último ¡Dios salve al mesías! Su padre en cambio, sin transpirar como el dátil, alcanzó una jubilación por invalides.
En esta oportunidad su vida transcurre en un pontón de aluminio lindero a una fabrica de jabón.
La sotana es una imagen que abunda en su imaginario, que hoy es receptáculo en el dormitorio.
Pero a lo mejor me enamore de una emperatriz que me salve del hundimiento, se dijo entre suspiros, para luego pensar en que: Suele ser algo patógeno el momento de tomar decisiones de importancia, pero por algo hay que empezar.
La mañana diáfana yace presente hasta por los rincones.
Al ver consumir a los demás con fervor desmesurado, deduce que lo más conveniente será estar detrás del mostrador y no del otro lado.
Para luego seguir pensando en cosas tan lejanas que le dieron miedo de perderse en la esquizofrenia.
Pero un vendedor le hiso llegar un catálogo de regalos, porque el abastecedor ofrece sorteos con la compra diaria, lo que lo insufló de nuevas esperanzas, de poder copiar la manera de dar los últimos retoques al producto.
-El tiempo no corre si no le agregamos sano combustible; dijo en alusión a la producción de guantes para la cocina; siendo estas sus últimas palabras sobre el tema antes de incendiarse la fábrica con fuego producto del solazo del verano.
Los surcos del plumín.
Soy ágil locomotora del espantoso presente, sobre vías trasparentes debajo de un cristal de agua.
Muerdo el disfraz de insinuante desnudo tragando saliva para no ir de sangre.
Mi destino rusiente pero con velo tieso es un espléndido tesoro en auge, lumen de luz de cascada, que secular se enrolla en una madeja de mordaz pelea.
Con el corazón traicionero voy hundiendo el hondo malestar sobre el estúpido tiempo, sin nada de retribución ando abigarrado en la flácida montaña que es la ciudad en ruinas.
Aunque todas las articulaciones crujen en llantos sin hijos, mi trusa de brazos a cospel jamás se amedrenta ante la gama de guapas posibilidades.
Hay que frenar al amarillo.
Miles de sombrillas de colores flotan al compás del diluvio, donde todas las casas asoman de entre el barro. Ha comenzado un año con varias inundaciones, donde se ven caballos huyendo, topadoras tomando por la nariz, gente con los artefactos subidos en las balsas de los bomberos. La legislatura porteña sería el único sitio donde poder descansar del permanente acoso.
Que joder, habiendo trescientos setenta y siete robos por día, esta gran personalidad que es el sumo pontífice aun usa pañales de seda. Maldigo este milenio de Prepagas, que dominan más que los imperios, donde este mercado oligarca es un cruento laberinto de batatas calientes en el culo.
Por mi parte voy corriendo por la habitación buscando tu amor para confiar mis claveles. Luego de besar tus labios magistrales, nos quedamos haciendo nidos en la alfombra, nudos en el imborrable aire.
Miles de sombrillas de colores flotan al compás del diluvio, donde todas las casas asoman de entre el barro. Ha comenzado un año con varias inundaciones, donde se ven caballos huyendo; topadoras tomando por la espada, gente con los artefactos subidos en las balsas de los bomberos. La legislatura porteña sería el único sitio donde poder descansar del permanente acoso.
Que joder, habiendo trescientos setenta y siete robos por día, esta gran personalidad que es el sumo pontífice aun usa pañales de seda. Maldigo este milenio de Prepagas, que dominan más que los imperios, donde este mercado oligarca es un cruento laberinto de batatas calientes en el culo.
Por mi parte voy corriendo por la habitación buscando tu amor para confiar mis claveles. Luego de besar tus labios magistrales, nos quedamos haciendo nidos en la alfombra, nudos en el imborrable aire.
Marro final.
Su destino hoy está tan enquistado con el del nuevo gato que faltaría que Lupino use bigotes.
Acostumbra acotar la novia: Están viviendo tan pegoteados que a lo mejor tengamos Beduinos.
Sin dejar de lado que es un hombre muy sociable, preocupado por el tema de la inseguridad, nadie se explica el porque de esta alarmante situación medio confusa. No hace tres meses que adquirió la mascota que ya parece que manejara un títere.
Pero Lupino, apodado el lobo ingles, cuando hace las compras en el almacén del barrio, mete al gato en la bolsa para que no moleste, y encima para no escucharlo maullar le propina dulces caricias con las manos metidas dentro entre la mercadería.
Su apodo se corresponde principalmente, de verdad, por adorar al imperialismo de occidente, ahora que los ingleses irán a explotar petróleo en las Malvinas, hace un paso de comedia con el animal como burlándose de la patria. Pero ha de ser una charlatanería, puesto que cuando juega la selección de su pais no hace más que vitorear los goles del conjunto de Maradona.
Suele contar por la madrugada el dinero en efectivo que irá a gastar el día siguiente, en este sentido es tan arto meticuloso que hasta plancha los billetes al son de la agonizante luna para que se vean mejor con el radiante sol del mediodía.
Ahora Lupino se encuentra en una casa de repuestos Subaru intentando adquirir un embreague original.
Una mujer que inicia una discusión sobre la soberanía, dejando inconcluso el misterio de cuanto cuesta una caja de velocidades, a merced de una tremenda ira propia de una ametralladora, enfrenta a Lupino cuando este, incontinente, se mete y como broche de oro termina por acotar con la frase: Que es ingenuo pretender que los demás pidan permiso para usar lo propio. Entonces ayudada por un paraguas le clava en los testículos la punta de metal, para luego continuar con la compra de su interes.
Lupino, doblado, con dificultad mete las manos en la bolsa, a la vez que suelta un sonido de bisagra oxidada, mientras extrae el dinero para pagar y se retira caminando en tres patas.
Aunque en la puerta lo esperaba el marido de la agresora quien le arremete con un planchazo en la nuca.
Cuando Roberto Lupino regreso al hogar fue presa de unas convulsiones, teniendo por urgencia que soltar la bolsa con el disco. Allí fue que su gato asustado escapó para nunca más regresar.
Castigado por la castidad dejo de existir a la hora cero de un viernes santo.
Sus ideas estuvieron subordinadas al alma de libertino que llevó dentro, aunque a decir verdad siempre mujeres de la vida fueron su gran debilidad, su enorme pasión inconclusa.
Fue un chamaco que hiso refregar la conciencia hasta alcanzar una sabiduría interesante; pero atento a claudicar los días de invierno cuando el celo golpeaba su bajo vientre.
Así de torturado por la conducta de golpe creó una cámara que fue su cárcel, celda donde murió de soledad con el Rosario envuelto en la diestra.
Aunque dicha derivación tuvo su resultado en alcanzar un respeto inusitado.
Habría que enunciar sin miedo palabras elogiosas para así homenajear su paso por la tierra. Habría que vanagloriar su conducta de soldado perfecto, pero nadie cuenta las balas en el pecho del pendejo, ni los latidos ajenos, ni los latigazos.
Su hiel hiso lacerar a montones de atorrantes pero no obstante finalmente se depositó en las manos del señor. Eso vale una señal del cielo, una inauguración que determine la paz en el barrio.
Con harapos se cubrió las heridas, pero los suyos le comieron la risa y el encanto.
Nadie que de repente se convierta al catolicismo debe ser denegado de afecto. Para eso existen las religiones, para albergar al desahuciado.
De nada vale anexar un comentario piadoso, pero si mencionar la riqueza que se expresa en el universo, de variado contenido, de álgida elección, bocetos que se hacen realidad ante el agua y el oxigeno, como en el tarro donde asoman las lombrices felices de servir al rebaño.
Su estancia fue como una zona de lomadas, de doscientos cráteres ardiendo en erupción.
Fue un querubín en patineta por la montaña pretendiendo anegar los proyectiles con la pesadez del pobre cuerpo, intentando refrenar con besos a los que impactaron en la confitura del triste corazón. Un alma serena envuelta en la paladina mala suerte. Un eterno adolecente confundido por la trágica infancia. Mermelada de bichos, jalea del diablo, siempre lucho por alcanzar la bondad, el meridiano donde poder hacer pie para no ahogarse, el paradero adonde encontrar la salvación con dignidad.
La conciencia fue un chubasco haciéndole pasar las de Caín, no obstante nunca permitió que ese costado triunfe sin su consentimiento.
Salido de una camada de delincuentes, hiso saltar la banca del mal para cruzar la meta anhelada.
Vestido de blanco partió por un pasadizo exclusivo para los que triunfan sobre las calamidades del vicio maldito; de jersey sus entrañas orgullosas brincaron las verjas de Dios.
Ahora es un querosén en la estufa, un habitué del cielo sin tupé, una perla del tamaño de una arveja, continuamente felicitado por los propios chaparrones de la nueva era del recalentamiento global; un patriarca con caries pero de blanca dentadura que brilla cual sol.
Criado a tuco nunca se arto del tomate.
Los ángeles están aplaudiendo su llegada sin solicitar propina, las nubes piden represalia para el que no permanezca de pie.
La ciudad en ruina.
Por la actitud nómada de no salir del hogar por parte de la población, debido a la inflación, inseguridad, y demás problemáticas acuciantes, la merma en las ventas se hiso más que notoria.
Sienten más que fastidio los comerciantes, no sabiendo ya que treta pergeñar, como para redondear la recaudación necesaria para continuar subsistiendo.
La avenida que atraviesa el centro se ve cual pórtico desprovisto de ornamentos y columnas.
Son cuasi fantasmas los cuatro mismos peatones locos, que a diario se animan a recorrer tan solo mirando vidrieras, aunque no siendo así la ciudad se vería como un verdadero desierto.
Si al momento de atender al cliente no fluye tu mejor ser solícito, valdría mejor anotarte para barrer los balnearios junto con los que cumplen con la probéishon.
Se hace imposible para los vendedores plasmar con simpatía sin que por ahí se filtre algún gesto propio de la mala liga, "dejo" de lo contrario al júbilo, que es ese rostro torcido por las avatares. Además de hacerse imposible, muy difícil, que por parte del comensal los vueltos en monedas no se vean con regocijo, por lo tanto ya nadie deja propina en los restoranes.
Con seguridad debemos estar encabezando el ranking de la malaria.
Como única salvación habría que avivar la economía con los antiguos bonos emitidos por el banco central. Si hasta el mar se ve triste, vedando la sonrisa él universo.
Decididos a fomentar sus negocios en ruina las calles están colmadas de volantes de propaganda.
Por fortuna días pasados hubo un veranito económico, cuando una flota de ultramar, proveniente de China, hiso una parada de dos días sobre las costas de este rincón del mundo. Haciendo historia al punto de que muchos al hablar adoptaron el acento oriental.
Hubo que autorizar que las mujeres estén eximidas de reproches por brindarse al extranjero.
En verdad a lo sumo alguna que otra muchacha se encargó de ofrecer sus servicios sexuales, no debiendo ser ello una cuestión o un asunto pendiente a desarrollar.
Los rayos del sol aprietan como las ataduras de tripas secas, por lo tanto el consumo de refrescos fue la actividad más provechosa.
Sin embargo la crisis golpea en el seno de la sociedad no discriminando ricos de pobres.
Así como cuando sobreviene un terremoto habría que cimentar de abajo acudiendo a la Cruz Roja internacional, sin exagerar, como para salvaguardar a más de un tercio de la población.
Prestemos muchísima atención al hecho de que los habitantes caminemos entumecidos por la desesperación a paso de robot, cargando como el caracol fuertes depresiones psíquicas, además como sobando el lomo al pudiente.
Ramona Echegaray, esposa de Remigio Barrenechea, tiene un comercio de vestimenta masculina, es uno de los más reconocidos dentro del rubro. Días pasados ante la posibilidad de una venta importante, debió acceder a tener que rebajar la mercadería a menos del costo, además de soportar un importante manoseo dentro del probador.
Pero no solo aquí se atraviesa por esta maldita crisis, el país entero padece de esta ingrata contingencia. Las obras públicas están más que paralizadas, se organizan colectas hasta en la barra de los cafetines.
Pero el colmo es tener que llegar a secar la ingrata humedad con más humedad como para ahorrar energía, soportando dicho mal metido en los huesos; habiendo que desovar en la letrina.
Estoy sumido en un estadio de abulia. Siento que nadie impedirá que me arroje al vacío, que retroceda a la prehistoria. Ya no poseo matices siendo un bicho gélido y baboso.
En pleno fervor por la vida quizá me detenga a delinear mi propia muerte.
Giro roto sobre la leva escandalizada de la existencia, teniendo que desterrar mi nombre en el anonimato.
¿Tendré que untar la piel de pasta de mafia para transgredir las leyes y triunfar?
Con mi Ford Fiesta sin gasolina deberé cruzar el umbral de Dios al ritmo del eximido; colarme en el metro observando como las murallas de la patria se quedan sin pintura. Festejar la navidad apreciando sahumerios. Desechar el aseo con detergente para hacerlo con saliva sucia de grasa. Escalar el morro con las rodillas. Pedir que la luna pronto colisione con el planeta. Vivir en cautiverio intentando equiparar envidia y desesperanza. Hacerme de un léxico inapropiado para mi educación. Acostumbrarme a comer únicamente faina de harina de corteza de pinos, trabajar en la oscuridad dentro de un lógico cementerio.
Ultimamente me tomé el atrevimiento de reportear a los parientes para saber que opinan de la acusiante situación, encontrando la unanime respuesta de que aquí hace falta una revolución llevada acabo por el hombre común.
Mi suegra hiso una verdadera catarsis frente al microfono del grabador:
Antes la gente vivía con júbilo mientras que hoy solamente se respira.
La milonga con el tango a todo volumen eran verdaderas peregrinaciones multitudinarias donde solo se observaba felicidad en el rostro, hoy solamente nos queda el semblante lechoso.
Hoy la música tecno es impúdica donde se hace dudar de la condición humana, nada más puedo decir que signifique algo prudente, solo que los sonidos bajos hacen vibrar mis tetillas, que en mi sangre hacen su recorrido final al compás del serio bochinche.
Las jovencitas yacen desestructuradas con las bombachas a medias astas.
Mi cuerpo está duro, antes que el destino diga basta, tengo los huesos enmohecidos por el resentimiento, hace tiempo que dejé de lucir como un humano hembra entrando en la tercera edad. Percibo una juventud subestimada al borde de un abismo sin fin. Soy harina de otro costal.
El muchacho de la esquina dorada.
¿Pero que objeto tendría para el joven Alberto, situado en Cochabamba esquina Perú, amasar una idea para después abandonarla? Fueron muchos días pensando en como emular a su peor enemigo de los sentimientos, competidor de amores ¿Porqué ahora justo frente al arco solo habría de claudicar? Las chicas quedaron en a llamarlo él, sería tonto dejar pasar la oportunidad haciendo pegar la pelota en el travesaño.
Es evidente que su nuevo look está dando sus buenos resultados. Pero a Dios gracias el jopo de siempre no fue puesto en duda y aun continua al frente de la cabeza.
Fueron memorables aquellos días de vacaciones en la sierra, donde por vez primera se sintió de verdad enamorado de la vida. Repito: las chicas lo eligieron por su conducta de adulto, bien plantado en la vida, sobre rieles de acero; por memorables instancias que le marcaron las líneas del rumbo.
Entre las vigas de cartón maleable de la discoteca quedaron los ecos de frases lanzadas con seguridad y prestancia. Pero finalmente se decidió por la rubia de ojos celeste, que a ambos los estuvo enloquecido desde el comienzo de la carrera.
Ellos se dieron su primer y único beso hasta la fecha, quedando la mejilla de Alberto impregnada con rayones de manteca de cacao, por culpa del sol fuerte quien en especial opacó los labios de Jimena.
Lanzó sinnúmeros de piropos cual discurso de gato en celo. Mientras su rival agazapado, observaba a las doncellas con los colmillos choreando saliva (El maldito anodino es un muchacho hijo de terratenientes, que en vez de competir con los de sus quilates se infiltra con la población de la clase media, estando detrás de Jimena todo lo que duró la partida).
Ahora luego de un tórrido verano ante un flojo Abril inestable, toda esta linda muchachada permanece estudiando en sus respectivos establecimientos, lo que hace difícil encontrarse para continuar las relaciones pendientes.
Pero el millonario de Rodolfo ha organizado una fiesta para que puedan reencontrarse. Así es que pasado mañana tendrán la posibilidad de continuar la relación que dejaron en suspenso.
Lo mío es tuyo, fueron palabras del propio Alberto mezcladas con el saludo inicial, mientras Jimena observa encantada la mansión en el campo. Y algo desubicado continuo diciendo: Yo al mundo le doy sin solicitar nada a cambio, agrega mientras alisa su peinado a lo Elvis Preysler, percibiendo un raro ambiente, sintiendo ser la guarnición de un plato exquisito, que hay un mórbido clima de burla a su alrededor.
Pasen gritó el dueño de la estancia desde la piscina cristalina, no pierdan más tiempo, coman, bailen, y diviertanse.
Una notable noche, llena de grillos felices y estrellas que titilan sin descanso, los espera como radiante. Niñas que parecen mujeres, conduciendo el cuerpo con suma elegancia, armando el porvenir sin revisar las consecuencias. Jóvenes que abandonan la lactancia dispuestos a clavar sus espinas en el destino imprevisible. Bocas que no dejan de reír y que saben repeler el amargo sabor de la desdicha, con la simple labor de tocar la piel amiga que ahora es un pan caliente.
Son todos arbolitos que sueltan frutos, manojo de llaves de un mosaico de vida.
La fiesta, del esperado reencuentro, transcurre tranquila, sin que se pueda predecir un magro final. Pero un mensajero, perteneciente a la familia de Rodolfo, dio aviso de que una procesión de campesinos muy enojados viene marchado.
Entonces el grupo de amigos detuvo el festejo y luego de algunas discusiones quedaron divididos en bandos diferentes, con ópticas distintas, pero todo en torno de cómo hacer para escapar del escarmiento sin resultar alcanzados por la ira de la turba. Un acontecimiento de tono improcedente que cual inundación fue invadiendo la intimidad de los chicos.
En pocos minutos la entrada quedó totalmente copada de campesinos que alzan sus herramientas en son de protesta, exigiendo la presencia del padre de Rodolfo, quien se encuentra amotinado en un escondite bajo tierra.
Toda la concurrencia quedó en vilo, con sus semblantes gélidos del susto, ya que la revuelta es más importante de lo inicialmente establecido.
Pasó que Rodolfo, con tan solo catorce años, se hiso presente ante los sublevados, solicitando únicamente un salvoconducto para sus compañeros.
Aunque en menos tiempo de lo imaginado, como en una épica pesadilla, fue desnudado, y puesto atado de los pies detrás de un carro que pronto lo habría de arrastrar.
Sinceramente Alberto se sintió aliviado de saber que la imagen del héroe romántico quedaba en llamas ante tamaña vergüenza, pero de todos modos avanzó cuatro pasos al frente y con voz serena invitó a los campesinos a que depongan la insolente actitud. Pero vaya resultado, que en pocos segundos también fue crucificado siendo colgado de los pies en un hermoso árbol.
Así es que el pánico acaparó la reunión de amigos. Las niñas no hacen más que gritar, y el resto de los varones corren asustados hacia el fondo de la vivienda. Mientras la turba de campesinos avanza enfurecida queriendo atrapar al resto de los presentes.
Uno a uno fueron apresados, siendo los muchachos castrados sin piedad, exhibiéndose los testículos clavados en delgadas flechas, que fueron puestas al costado de los fogones, para ser asados más luego deglutidos.
Las niñas no corrieron mejor suerte, ya que sus cabelleras fueron arrancadas como en la época de los indios del norte del continente Americano.
Finalmente el único sobreviviente fue Albertito, que debido a tanta saña desplegada, quedó olvidado en el Nogal.
Y a los dos días de terminado todo, alguien como disfrazado, que misteriosamente salió del salón donde se desarrollaba el baile, lo liberó para luego marcharse sin hacer comentarios.
Alberto, medio resfriado, pero bastante bien de salud, recorrió la dantesca escena presa de un llanto inconmensurable, bastante arrepentido de su pasado de envidia, presa de una cuasi malaria que eruptiva avanza sobre su piel lastimada.
Enseguida ocupó un altar que existe en la vivienda poniendo su cuerpo a rezar.
Más luego de infructuosos llamados telefónicos, trato de insertar un C-D room con manchas de sangre, pero fue imposible hacerlo funcionar en dicho estado.
Como cuando se balanceaba colgado, aun tiene visiones de espanto sobre un mapa mental de negro nácar. Siente vida en el corazón, no sabiendo como continuar sus pasos de sobreviviente que asoma a la nueva realidad.
El lugar aun sigue vibrando por la tropilla de campesinos salvajes; sin criterio piensa que todo ha sido por falta de aumentar los salarios, que por cuatro garbanzos se produjo una cruel matanza, puestos a disecar sus amigos al asador.
Haciéndose presente una furia loca, sin rumbo, intenta unir los retazo de humanidad de Jimena entre mocos que descienden de a chorros.
El sol azota la nuca, básicamente es un muerto entre los muertos.
Cuando mira el horizonte todo parece normal, pero al volver la vista en su entorno, queda pelado de estupor.
Suena atrevido, pero recorrió la habitación de los dueños en busca de algo de valor, encontrando joya y alhajas, más dinero en efectivo, que sin titubear guardó con celo en una mochila.
Luego se dirigió hacia un almanaque a los pies del teléfono e intentó registrar la fecha del día.
Algo prosaico, dijo adiós a los amigos asesinados, luego caminando hacia el faro del fin del mundo sin intentar conspirar contra el futuro por delante.
Un montón de tristeza se refleja sobre los campos trillados, una ruina es su estampa, un engrudo su sangre que recorre lenta las venas.
Dispuestos a exiliarse en quien sabe donde, imagina estar ante el jurado mintiendo para salvar su honor.
Partículas de espigas que arrastra el viento golpean su rostro uniforme, redondeado por los cachetazos aun tibios, moja su boca en el agua de una laguna, su lengua blanda musita barbaridades, y en su núcleo de la memoria quedó la imagen de Jimena a quien tanto amó.
Se hace preguntas sobre el futuro, desea hervir en aceite, o renacer en una maceta, suda lagrimas de impotencia con el botín sacudiendo la espalda. Intenta trepar la cuesta que lo lleva directo a la ciudad. Aunque a lo lejos divisa una patrulla de gendarmería que avanza hacia la estancia.
Con apuro realiza un poso donde sepultar el botín.
Imberbes, hace dos días que ocurrió todo, como puede ser que, vestidos del oliva de la patria puedan estar así de inoperantes; pensó, mientras su cuerpo se ladea al compás de los motores de las cuatro por cuatro, maquinas perfectas que surcan con vigor las salinas; destacadísimos móviles que mejor se lucirían con los panaderos; continuo parafraseando con las manos llenas de tierra seca.
Cárceles.
Para cocinar hay que poseer cierta paciencia, diferente a cuando se manduca, que puede realizarse a lo bestia. Hicimos una salsa que sabe a jarabe y que suelta un vapor como el éter. Y en un horno a fuego fuerte, asamos una carne como de dinosaurio, a la que luego le aderezamos la salsa que terminó por estropear lo mejor que teníamos. Como resultado, con Nancy decidimos divorciarnos, ya que nuestra economía está quebrada no pudiendo seguir la costumbre comer en los restoranes. Pasado un tiempo, no me hago ningún problema pues mi ex mujer fue una araña venenosa que suelta espuma por la boca.
Ahora teniendo una nueva pareja le hice la proposición de contraer nupcias, petición que fue aceptada sin dudar un instante. Aun conservo la cresta fruncida por el susto que arrastro del anterior matrimonio, pero confío que con esta nueva mujer las cosas han de salir mejor.
Ella hace de esta noble profesión de cocinar un verdadero arte, ama todo ello y quedarnos en casa, más luego con la panza llena pretende ir a la cama con la intención de tener relaciones sexuales.
Hoy día Lunes de principio de Febrero del dos mil diez, en la cena a preparado una anguila al escabeche, que vistas de lejos hace recordar a una víbora cobra hecha rebanadas, más alquiló una película condicionada habiendo prometido lo peor. A mi me encanta la sobremesa pero ella no pierde tiempo para comenzar con lo sexual.
Yo le tengo que indicar cuando hemos finalizado de comer, y no precisamente para levantar la mesa, puesto que pensando en lo que vendrá suele perder la armonía en mitad del banquete. Pero siempre lo solicito con ternura pues no desearía que pierda la dicha interesante costumbre.
En casa el que manda soy yo, aunque a fuerza de superación fue ganado terreno en el sentido de aplicar el reglamento, de hacerme gozar intimidando mi antigua condición de caudillo.
Me encuentro dedicado a la venta de libros, y de a poco el trabajo va mejorando, por lo tanto nuestra finanza aumenta con el transcurrir del tiempo.
Tengo amurada en la pared una biblioteca donde guardo revistas que quedan de yapa, se leer pero ni por dinero soy capas de hacerlo. Fui criado en un vagón de tren para lo cual nunca aprendí más de la primario. Eso si conozco un poco de mecánica de automotores, pero odio la grasa, por lo tanto da lo mismo que sea un ignorante. Tampoco me encuentro interesado en la transformación de la realidad, me encantan como son las cosas y nada deseo que sea distinto, solamente que quisiera un poco más en lo referido al dinero; con tan solo lo necesario soy el tipo más feliz de la tierra.
Veinte años es mucho tiempo como para aprehender a vivir correctamente, nadie me ha podido cambiar, ya no creo que vaya a ser otro. Cuando muera tengo pensado en un cajón ir a para a la bóveda donde descansan los restos de mi madre.
Marcela esta haciendo mayonesa, de tanto batir está colorada como si hubiera tomado sol en el Sahara. Por mi parte solo exhibo una importante costra de mugre, pues anduve jugando a la pelota en una cancha de tierra.
Esta será una velada de amasijo, la petisa esta por demás mimosa y la anguila de rio sabe a alimento afrodisíaco. Son las costumbres lo que hacen al humano ser reticente, nunca el cuerpo dice basta cuando hay placer de por medio, es la mente enferma la que impide el correcto funcionamiento de la persona.
Hoy tengo el miembro macizo como para asignarle un vendaje, o un apósito para elefantes, voy a sudar sangre de tantísimo bombear la canilla; hoy mi mente es una chimenea de pensamientos libidinosos.
Carezco de celos, no existiendo un opositor que se me compare, duermo tranquilo de toda duda existencial. Noches pasadas, después de una suculenta raviolada casera, con estofado de cuadril, pude llenar un condón entero en una sola deposición, y todavía rebalsaba un poco, tranquilo espero que esta noche salga lo mismo.
La petisa es maleable, pero aguanta cualquier asonada, las piernas son verdaderas tijeras a las cual no hay manera de ofrecer resistencia. Con todo lo fuerte que soy me siento una rata en la trampera, un pajarito pegado en el alambre. Miro la cosa parada y me parece estar frete a un faro.
Por momentos me considero un ser superior, porque la naturaleza me responde con vehemencia. Es decir, percibo que puedo manejar el tiempo, andar de la mano del sol amistosamente, como una parte sustancial del engranaje, igual que con los astros, y los seres vivientes que están conectados con mi mente de una manera patente.
Al día siguiente de aquella cena donde comimos ensalada de mejillones y calamares en su tinta. En la que luego hicimos el amor la noche entera, amanecí con el semblante muy amarillo.
Entonces preocupados, previa autorización de la obra social, llamamos al médico de cabecera, quien me diagnostico insuficiencia renal, problemas en el hígado y arritmia cardíaca.
Demás esta decir que ese día de considerarme una supernova, estrella sobrenatural, pase a sentirme un roedor de alcantarilla.
En poco tiempo, a pesar de sentirme fenómeno, amanecí en una camilla perteneciente a la ambulancia, ya que dicho pigmento, cual tintura uniforme, se afianzo aun más en todo el cuerpo.
Para enseguidita enterarme de que necesito un trasplante de riñones e hígado. Un desastre dramático que tira las ilusiones por la borda.
Aunque gracias al gremio puedo estar primero en la lista de espera para conseguir donante.
De todas maneras continuo con la idea de que soy un semidios, solamente que ahora de regreso al hogar.
La cuestión es que nuevamente quede sin esposa, pues Marcela me abandono en plena recuperación. Pero en su lugar ahora estoy de novio con una enfermera.
Se llama Lucila, es por demás suave y solo piensa en formar un hogar y tener muchos hijos, en fomentar una familia que viva en una nube de algodón.
Para nada estoy enfadado con la vida, solamente que ahora me siento un hombre común.
Por fortuna solamente me trasplantaron parte del hígado, ya que el resto de los problemas mejoraron rápidamente.
Estoy atado con alambres pero tengo la potencia anterior, soy sutil y alusivo, un rápido apostador del amor en estado de pureza.
Clavados mis brazos a la cama del nosocomio, cohesionado con la manguera del suero, maleable juguete esperanzado, muy a pesar de todo cero agresividad, con todo favorable para mi recuperación y nueva inserción a la temible realidad de todos los días.
Juro que nunca más le daré la espalda al cielo, seré una gota cristalina, la estampa de un patriota que lucha por mejorar la acuciante realidad. Hoy mi ego hiso parir humildad, estoy deshecho pero en vez de considerarme un ser superior a todos los voy a bendecir, los voy a proveer de sabiduría sin embarcarme en ideas excéntricas. Aun hay oro debajo de la almohada.
Con Lucila hacemos el amor tres veces por semana, y aunque me cueste un poco trato de que sea breve. Solamente buscamos que ella quede embarazada, sin curvas vamos directo al objetivo primario. De todos modos la cama es un incendio que se propaga. Quizá por primera vez realmente me siento muy enamorado.
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